Parece que Donald Trump decidió que el poder blando es cosa del pasado. Desde Mar-a-Lago, su fortaleza tropical y su fuente inagotable de titulares, el Presidente de Estados Unidos anunció una nueva clase de buques de guerra que, con modestia cero, llevarán su nombre: Trump Class USS Defiant. Sí, «Defiant», porque “humilde” o “discreto” no estaban disponibles en el catálogo.
El republicano de 79 años aseguró que estos barcos serán “los mejores del mundo” —como todo lo que pronuncia entre comillas y mayúsculas—, equipados con cañones, láseres, armas hipersónicas y, por qué no, nucleares. Todo muy «peace through superior firepower». En otras palabras: mostrar músculo para no tener que usarlo, por ahora.
Trump dejó claro que esta demostración naval no es para China. No, con China “nos llevamos muy bien”, dijo, con esa sonrisa de vendedor de seguros que quiere convencerte de que el fuego no quema. El mensaje, entre líneas, flotaba directo hacia el Caribe: Maduro, te estamos mirando.
Y por si alguien no había entendido la metáfora, Trump lo tradujo en lenguaje plano: “Creo que sería inteligente que Maduro abandone el poder”. Traducción libre: o te bajas del barco… o te lanzamos uno encima.
Desde Caracas, Maduro intentó devolver la pelota, pidiendo que “cada Presidente atienda sus asuntos internos”. Pero claro, decirle eso a Trump es como pedirle a un tiburón que se concentre en nadar y no en morder. El dictador venezolano, en su eterno tono de maestro zen tropical, agregó que si vuelve a hablar con él, se lo recordará. “Cada quien en lo suyo”, dijo.
Si esto fuera una partida de póker geopolítico, Trump acaba de poner medio océano en la mesa para decirle a Maduro: la fuerza se exhibe para no usarse, pero no me tientes a probar lo contrario.
Con informacion: ELNORTE/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: