Un domicilio de la colonia 5 de mayo, en Culiacan,en Sinaloa,convertida en la ciudad mas peligrosa de Mexico llena de soldados y policías, fue tiroteada por quinta ocasión con ráfagas de arma larga de distintos calibres por un grupo armado durante la noche de ayer viernes sin que se reportaran personas lesionadas y como siempre, ningun responsable detenido.
La casa de la 5 de Mayo ya no es domicilio: es cartulina de tiro con respaldo oficial. Cinco ráfagas, cero heridos, cero detenidos: la estadística perfecta del fracaso.
Lo que sí dice
- Un grupo armado llega, descarga cuerno de chivo contra la misma fachada, otra vez, y luego se va como si tuviera pase de salida firmado.
- Es la quinta ocasión que balean esa vivienda, la rutina ya parece agenda: noche, ráfagas, militares después, daños materiales, reporte, nota, y a dormir.
- La casa queda cribada, el vecindario temblando, pero el parte oficial respira aliviado: “no hubo lesionados”, casi como si fuera logro de gobierno y no ruleta rusa comunitaria.
Lo que no dice
- No dice quién manda en esa cuadra, pero el guion se repite tanto que la duda sobra: el único que no manda ahí es el Estado.
- No dice cuántas veces más se puede balear la misma fachada sin que la autoridad se dé por aludida; al parecer el límite no está en la ley, sino en el yeso de la barda.
- No dice por qué siempre hay convoy, casquillos y acordonamiento, pero nunca esposas ni fichas signaléticas; la impunidad aquí no es circunstancia, es protocolo.
La coreografía de siempre
- Primero truenan las armas, luego llegan los uniformes a posar entre casquillos, cintas amarillas y flashes, como escenografía de rutina.
- Los peritos levantan evidencias que terminarán archivadas en ese cementerio de carpetas donde los tiros sí se cuentan, pero los responsables no.
- El reporte se redacta con el mismo lenguaje vacío: “grupo armado”, “daños materiales”, “no se reportan lesionados”, como si la bala que no entró al cuerpo tampoco atravesara la vida del barrio.
Cinco veces, cero detenidos
- Cinco ataques al mismo punto y ni un solo detenido: eso ya no es incapacidad, es sistema.
- Cada ráfaga que no acaba en arresto es un mensaje más claro que cualquier conferencia de prensa: aquí hay licencia para disparar mientras se respete la cortesía de no dejar cadáveres.
- El vecino aprende rápido la lección: cambia de ruta, de horarios, de tema; lo único que no cambia es el dato duro que nadie quiere escribir en el parte: la ley pasa, pero no se queda.
El verdadero parte extraoficial
- El comunicado no lo firma la fiscalía, lo firma el eco de las balas: “aquí se puede hacer esto cinco veces y no pasa nada”.
- La informacion de NOROESTE presume “no hay lesionados”, pero el barrio entero queda herido: en la costumbre, en el silencio, en esa pedagogía del miedo donde la única materia obligatoria es agacharse.
- Y mientras tanto, la casa de la 5 de Mayo sigue ahí, más parchada que protegida, convertida en recordatorio de que en Culiacán la puntería nunca falla… la justicia nunca llega y hay viene la sexta.
Con informacion: RIODOCE/

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