Los mas recientes hallazgos de mujeres descuartizadas en Ciudad Victoria, no son simples “hechos delictivos aislados”: son un grito de guerra de dos franquicias criminales que se sienten tan dueñasde la capital como de la nómina del gobierno de Morena y Américo Villarreal Anaya.
Una ciudad tomada por dos bandos de diferente banda
Ayer Ciudad Victoria amaneció con una mujer tirada en plena calle Ferromex, colonia Ampliación El Palmar, sin vida, a la vista de todos, como si la vía pública fuera morgue y mensaje al mismo tiempo.
Casi al mismo tiempo, sobre el kilómetro 171 de la carretera antigua Tula‑Victoria, aparecieron restos humanos, acompañados de un narcomensaje, la firma obligada de quien se sabe impune, en este caso Los Zetas confrontados con Los Escorpiones del Cartel del Golfo,que dirige Alfredo Cardenas Martinez,alias El Contador (…ligado criminal y politicamente el gobernador) y que recien estrenaron liderazgo.
Narcomensaje y desafío
El texto en la cartulina fluorescente no busca sólo amedrentar a “José Pacheco y Francisco Medrano, La Muga”, sino exhibir la extorsión como política pública paralela: “sigan cobrando la cuota de luz” es la confesión brutal de quién manda realmente en la calle y disputa el cobro abiertamente como también lo hace la CFE.
El lenguaje soez y directo (“así van a terminar”, insultos y burlas) retrata a grupos que ya no le hablan al gobierno, sino que se le ríen en la cara, seguros de que ningún operativo oficial les va a borrar la sonrisa, pues ambos han sido aliados del gobernador de Morena, Americo Villarreal Anaya.
Los socios incómodos del poder
No es casual que este show macabro ocurra en el estado donde se han documentado nexos entre facciones del Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste y operadores políticos ligados al propio Américo Villarreal, como el abogado Juan Pablo Penilla, exhibidos en investigaciones y videos desde 2023.
Mientras analistas y periodistas describen a Tamaulipas como “estado fallido” y detallan cómo el Golfo y el Noreste se reparten control delictivo, el gobierno insiste en el discurso de la “pacificación”, como si las ejecuciones con narcomanta fueran simple ruido de fondo.
Capital de los poderes… del narco
La capital que debería concentrar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se ha convertido en vitrina del control territorial del crimen: cuerpos en la calle y restos en la carretera, mientras la Fiscalía sólo “activa protocolos” y la Vocería de Seguridad tuitea comunicados asépticos.
El mensaje de fondo es brutal: las organizaciones que antes fungieron como aliados tácticos de proyectos electorales hoy se sienten con derecho de auditor externo sobre la ciudad; si alguien cobra, extorsiona o se mueve sin su permiso, termina despedazado como anuncio espectacular del nuevo orden.
El espejo que el poder evita
Cada cartulina fosforescente clavada junto a un cuerpo y que tambien han incluido reclamos a los consanguíneos del gobernador y sus mas cercanos ahora infiltrados en la Secretaria de Gobernacion,es un dictamen forense de la gobernabilidad real: aquí decide el que puede exhibir una cabeza humana en plena carretera sin que nadie lo detenga.
Y mientras el Palacio de Gobierno simula sorpresa ante los “focos rojos”, los grupos criminales escriben a mano alzada la verdadera Constitución de Tamaulipas: la ley del narco, rubricada con sangre y gritos de desafío que ya no caben debajo de ninguna alfombra oficial porque un delincuente gobierno y sus secuaces cobran, bonitos cobrones.
Con informacion: ELNORTE/
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