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lunes, 29 de diciembre de 2025

«SHEINBAUM YA se FROTA las MANOS»: «GOBIERNO PREVÉ OBTENER 473 MIL MILLONES de PESOS del IMPUESTO a la GASOLINA que AMLO PROMETIO QUITAR»…ya estamos alineados al club global que usa el combustible como cajero automático.


El mismo movimiento cuatritransformador y humanista que juró enterrar el “gasolinazo” hoy presume un súper impuesto a la gasolina con el que quiere exprimir 473,279 millones de pesos en 2026; la vuelta de tuerca es tan perfecta que hasta parece planeada desde la primera arenga en el Zócalo.

Aquel día de “no más gasolinazos”

En 2018, López Obrador puso por escrito entre sus 100 compromisos que no aumentaría el precio de las gasolinas por encima de la inflación, que se acababan los gasolinazos y que produciríamos nuestra propia gasolina para, eventualmente, abaratarla. Se vendió la idea de que el IEPS era el malo de la película neoliberal, ese impuesto “especial” que podía recortarse porque el país, ahora sí, viviría de refinerías milagrosas y de la autosuficiencia energética. 

Del demonio fiscal al salvavidas del erario

Hoy el mismo IEPS a gasolinas es la joya de la corona recaudatoria: el gobierno de Claudia Sheinbaum planea obtener 473,279 millones de pesos solo por ese concepto en 2026, equivalente a 62% de todo lo que se recauda por IEPS (refrescos, cigarros, apuestas, etcétera). La cuota por litro subirá por inflación: la magna pasa de 6.45 a 6.70 pesos, la Premium de 5.45 a 5.65 y el diésel de 7.09 a 7.36, mientras Hacienda jura que nada de esto afectará el precio al consumidor porque la “estrategia de estabilización” seguirá viva. 

Del subsidio amoroso al cobro en serio

Durante buena parte del sexenio de AMLO, el IEPS funcionó como válvula política: se aplicaban estímulos para bajar o incluso volver negativo el impuesto y así contener el precio al público cuando el petróleo se disparaba. Pero para el cierre de 2025, el gobierno decidió retirar completamente los estímulos: en estas vacaciones decembrinas los automovilistas están pagando la cuota llena del IEPS, sin anestesia ni descuentos patrióticos. 

¿Es México un bicho raro en el mundo?

En la mayoría de países de la OCDE los impuestos a las gasolinas son un instrumento central de recaudación y política climática, y pueden representar en torno a la mitad del precio final del combustible o más.

En México, históricamente el IEPS a combustibles llegó a ser tan subsidiado que, en ciertos años, el componente impositivo total (IVA + IEPS) reducía el precio final en alrededor de 15%, una rareza frente a países donde el fisco encarece el litro en 40 o 50%.

El chiste global: todos cobran, México primero prometió quitar

Hoy el panorama se “normaliza” a su modo: México se alinea al club global que usa la gasolina como cajero automático, mientras vende el relato de que actualizar el IEPS por inflación “no es aumento” aunque la recaudación prevista escale a casi medio billón de pesos. 

En resumen, el cuento quedó así: el mundo grava la gasolina, México la subsidió para luego castigarla, y aquel “no habrá gasolinazos” terminó convertido en un “habrá gasolineros patrióticos” que cobran el mismo IEPS contra el que se hacía campaña.

Con informacion: EL ECONOMISTA/

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