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domingo, 21 de diciembre de 2025

«DIRECTO y SIN ANESTESIA»: EL «ORO NEGRO se CONVIRTIO en AGUJERO NEGRO y GOBIERNO MANOS de ESTOMAGO TIRARÁ OTROS 31 MIL MILLONES de DOLARES a la BASURA de la INCOMPETENCIA»…la petrolera deja de pagar la fiesta y se sienta a la mesa a tragarse el presupuesto.


Pemex ya no es la “gallina de los huevos de oro”, es el hoyo negro fiscal más caro del Estado mexicano: en 2026, por primera vez, el erario le dará más dinero del que recibe y el saldo para Hacienda será un boquete de unos 31 mil millones de dólares/pesos, mientras la empresa arrastra un ladrillo de deuda cercano a los 100 mil millones de dólares.

Del tesoro nacional al lastre

  • Durante décadas Pemex llegó a aportar cerca de la mitad de los ingresos públicos; hoy se ha volteado el tablero y la petrolera se ha convertido en uno de los rubros de gasto más pesados del presupuesto federal.
  • El think tank México Evalúa calcula que en 2026 la Federación recibirá 233 mil millones de pesos de Pemex pero le transferirá 263 mil millones, es decir, no habrá ingresos petroleros netos sino pérdidas por 31 mil millones de pesos, algo inédito en un Presupuesto de Egresos.

Números que cuentan el caos

  • La compañía ya carga con un pasivo financiero que ronda los 100 mil millones de dólares, volumen que la coloca entre las petroleras más endeudadas del planeta y que ya obligó al gobierno a montar rescates recurrentes.
  • Para 2026 el gobierno planea inyectar más de 14 mil millones de dólares para cubrir vencimientos de deuda y otros gastos de Pemex, además de estructurar vehículos de inversión y deuda pública que funcionan como respiradores artificiales para una empresa técnicamente asfixiada.

Del contribuyente al rescatista cautivo

  • Jorge Cano, de México Evalúa, lo resume con bisturí: Pemex dejará de aportar algo significativo a las finanzas públicas y, en la práctica, los contribuyentes pagarán más impuestos no para escuelas u hospitales, sino para sostener una petrolera que no genera utilidades.
  • Alejandro Schtulmann advierte que esta “reversa estructural” convierte a Pemex en el principal beneficiario de los flujos fiscales mientras el Estado —y el público— quedan como perdedores netos, un modelo de subsidio que huele menos a política energética y más a codependencia presupuestal.

Política, parcheo y fuga

  • La debacle no es solo de mercado: reformas fiscales recortaron la carga del viejo DUC de 65% a 30%, se simplificó el régimen y se multiplicaron las inyecciones de capital, pero la producción se mantiene en torno a la mitad de su nivel pico y el hoyo financiero sigue agrandándose.
  • El gobierno de Claudia Sheinbaum promete que Pemex podrá caminar solo hacia 2027, sin nuevas transfusiones de Hacienda, pero entre vencimientos voluminosos, calificaciones crediticias nerviosas y un presupuesto amarrado al respirador de la petrolera, la apuesta suena más a acto de fe que a plan de negocios.

***La nota base de esta triste radiografía es el reportaje de Bloomberg, reproducido por varios medios especializados, sobre cómo Pemex se ha convertido en una de las cargas financieras más pesadas del gobierno mexicano.

Fuente original.-Bloomberg/

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