La historia reciente del enfrentamiento de bandos de la misma banda en Sinaloa,que inició como un pleito entre hermanos cuates del gobierno , La «Chapiza y Mayiza», esto tras la traicion de los primeros al «Mayo Zambada», ya es y desde hace menos de un año, una guerra local que se volvio regional, pero amenaza con trascender la geografía con la suma de bandos del crimen organizado que ya no son de la misma banda y que operan con metodos sangrientos en Tamaulipas y otras partes de México.
De tal suerte, que este episodio de sangre y dolores convirtió ya en una infección ma atendida por los galenos de la estrategia y si juzgamos la evidencia,esto presenta indicios no solo de no querer resolverse, sino de acentuarse.
De acurdo con Milenio,que cita fuentes oficiales,resulta que en esta película de terror ya hay un nuevo participante , el Grupo Zeta de Tamaulipas que opera con las iníciales del Cartel del Noreste (CDN) y que hasta hace muy poco sus lideres gobernaban a Américo Villarreal a través de sus abogado, que era asesor del mandatario,asi de puerca la postal de la pudrición humanista y todo con permiso militar de facto.
Este grupo, herencia directa del infame cártel de Los Zetas fundados por Osiel Cardenas desde el ejercito mexicano, ya se montó en la fiesta de plomo y orgia de sangre que prevalece imparable en Sinaloa.
Es la entrada formal de Tamaulipas en un campo de batalla ajeno al alinearse a La Mayiza,lo que obliga a las autoridades a tomar nota de que la región de Sinaloa ya no fue el tablero local de disputa, sino la punta de lanza de un conflicto aun más cruento y sangriento de alcances nacionales.
Hoy esas rencillas ,que empezaron con una primera traición del gobernador Ruben Rocha Moya a Melesio Cuen, aliado politico del Mayo Zambada,se podrían traducir en un cisma de proporciones nacionales. Un auténtico terremoto criminal.
Lo que está claro es que, tras la caída de «El Mayo» Zambada y la captura de “El Chapo,” la guerra fratricida en Sinaloa ya escaló hasta niveles nunca vistos, y la alianza entre Los Chapitos y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) —aliados contra el hijo de «El Mayo», Ismael Zambada Sicairos, y su facción, ahora incluye en su contra la suma de Los Chukys, peligroso brazo armado derivado del Cártel del Noreste.
Esto muestra que este conflicto trasciende la geografía. Ahora la pelea es en cinco estados estratégicos: Sinaloa, Nayarit, Durango, Zacatecas y Tamaulipas; de un problema local, se pasó a un tablero nacional de poder, rutas estratégicas y hegemonía criminal, donde también se juega la entrada a puertos clave en Tamaulipas y la influencia en la frontera con Estados Unidos.
Así que el Grupo Zeta ya puso el pie en la puerta del noroeste para perpetuar la guerra y Sinaloa dejó de pelear en casa para envolverse en un conflicto que pone en jaque al país entero, con alianzas estratégicas, traiciones y ovillos de violencia que exhiben el nuevo rostro del narcotráfico mexicano: no más guerras de barrio, sino un pináculo de una organización criminal nacional, en constante recomposición, cuyos daños trascienden del Pacífico y el Golfo, poniendo en evidencia que la violencia tiene ahora un alcance imposible de confinamiento local.
Este reacomodo, que incluye además la expansión del CJNG a territorios que alguna vez fueron cotos exclusivos de otros cárteles, indica que la guerra de cárteles dejó de ser un problema individual para transformarse en un fenómeno de alcance regional y nacional, con grupos que cruzan fronteras estatales, alianzas de conveniencia y una violencia que ya no entiende de límites políticos ,pero si entiende de politicos metidos, aun impunes y dentro de la mayor otganziacion criminal de este pais,MORENA.
Con informacion: LA OPINION/ MILENIO/
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