Alejandro “M_Alito” Moreno no llegó a Código Magenta en plan zen. Lo hizo con el verbo encendido, como si se tratara de un mitin en plena arena política donde se soltó contra Morenos y Morena com la nueva Venezuela del Norte,repartío denuestos contra algunos de los suyos y hasta la para la Presidenta Claudia Sheinbaum,le alcanzó.
El PRI no está muerto, sólo anda de parranda
Alito arranca su defensa con la vieja frase del priismo inmortal: «nos han querido enterrar desde el 2000 y aquí seguimos». Según él, el PRI no sólo respira, sino que late «en la mente de los mexicanos». Y aunque acepta que los priistas no son perfectos, jura que al menos saben gobernar, a diferencia de los improvisados del presente. Dice que la gente “estaba mejor” con los gobiernos priistas: menos caos, más resultados, y, sobre todo, más orden tricolor.
“Morena es el narcopartido y no se mordio la lengua”
Si algo dejó claro Alito es que no tiene pelos en la lengua cuando se trata de Morena. Los llama «cínicos y corruptos», los acusa de haber pactado con el crimen organizado y de ser responsables de que más del 70% del país viva bajo la sombra de la inseguridad. Para él, Morena no sólo destruye instituciones, sino que representa «lo peor de este país».
Y como buen gladiador político, lanzó su reto de macho alfa: “Con el PRI se toparon con pared. Yo no les tengo miedo ni me echo para atrás”. Se pinta como el último opositor en pie, dispuesto a defender la patria antes que la marca partidista.
Del PRI fóssil al PRI “millennial”
Le preguntaron si el PRI vive su “crónica del fin”, pero Moreno se aferra a la narrativa del renacimiento. Defiende que bajo su mando el partido tiene “jóvenes, mujeres y gente echada para adelante”, y su receta es la de siempre: caminar, sumar, y no llorar. Hasta presumió que, tras derrotas pasadas, lograron regresar al poder en 2012, como si ese revival fuera garantía de que el fenix priista siempre resucita.
Tiro directo a los “ingratos del pluri”
Cuando los conductores citaron a viejos priistas inconformes, Alito se burló con desprecio quirúrgico. Les dijo campeones “mundiales de las plurinominales” y “acomodaticios del poder”. Los acusó de criticar al PRI mientras se arrodillan ante Morena por miedo o por embajada. “Si no quieren ayudar, que no estorben”, lanzó con tono de advertencia mafiosa.
Llamado a una cruzada anti-Morena
El líder priista insiste en que su nueva cruzada no es solo partidista, sino de “defensa de México”. Dice que no hay tiempo que perder: si en 2027 la oposición no logra construir un frente mayoritario, “van a destruir este país”. Repite que Morena ha cooptado el poder judicial, persigue opositores y manipula a los medios. En su lectura apocalíptica, México está a un paso de convertirse en “una Venezuela del norte”.
Sheinbaum no se salva
Tampoco se guardó municiones para la presidenta Claudia Sheinbaum. Dijo que su gobierno no rompe con López Obrador sino que mantiene “la estela de corrupción más grande de la historia”. Asegura que “todos los caminos llevan a López Obrador”, y que los hijos y hermanos presidenciales forman parte de una red de “engaño y pactos impunes”. En su versión, el obradorismo huele a pólvora, fentanilo y cinismo.
Epílogo de batalla
Antes de despedirse, Alito remata con tono épico: “El miedo es de los cobardes. Hay que enfrentarlos”. Promete que su PRI seguirá cabalgando, como en El Quijote, aunque los perros ladren. En otras palabras: para él, cada documental que anuncia el fin del tricolor sólo confirma que “el dinosaurio sigue caminando”.
Una crónica del fin… o el prólogo de un nuevo delirio. El tiempo —y las urnas— dirán.
Con informacion: CODIGO MAGENTA/
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