El Instituto Nacional Electoral parece haber vuelto a demostrar que la burocracia mexicana no necesita enemigos: se basta sola para poner en riesgo los datos de millones de ciudadanos. Los servidores internos del INE habrían sido comprometidos —una vez más—, esta vez por el grupo hacker «Sc0rp10n», conocido por traficar con información robada de instituciones gubernamentales como si fueran naranjas en el tianguis digital.
El periodista y especialista en ciberseguridad Ignacio Gómez Villaseñor explicó que estos piratas no sólo entraron a los servidores del INE, sino que ahora los ofrecen al mejor postor, como si la red interna del organismo fuera una ganga de segunda mano. Son los mismos que hace unos meses pusieron en venta la base de datos de 20 millones de pensionados del IMSS y que ya habían hecho sudar a la Fiscalía de Nuevo León.
“La evidencia es contundente”, advirtió Gómez Villaseñor. “Esto es un acceso total, persistente y, lo peor, habría sido pagado por un partido político hace un año”. Ni el INE, ni los involucrados, han movido un dedo —por ahora.
Según las imágenes difundidas en la red X, los hackers dejaron “backdoors” tan bien camufladas que ni los técnicos del INE podrían hallarlas aunque supieran exactamente dónde buscar. No estamos hablando de otra filtración del padrón electoral: es peor. Se trata de una invasión completa, con posibilidad de manipular o robar datos sensibles, credenciales, comunicaciones y hasta documentos firmados digitalmente.
“Reitero: no hay que minimizar esto. El INE debe informar con responsabilidad y no salir con la típica negación institucional”, insistió el periodista, cansado de ver cómo las autoridades confunden transparencia con silencio oportuno.
Para colmo, la supuesta red comprometida ya habría sido eliminada hace un año, justo en plena temporada electoral, lo que encaja con la narrativa del ataque. El INE presume que ahora tiene autenticación multifactor (MFA), pero los expertos señalan que de poco sirve cuando se filtran cookies de sesión que permiten acceder sin invitación. En resumen: el candado es nuevo, pero la puerta sigue abierta.
La cereza en el pastel tecnológico: los atacantes habrían montado nuevas VPN dentro del propio sistema del INE usando túneles UDP sobre DNS, una técnica tan avanzada que hace parecer a los servidores del instituto como una piñata digital, llena de datos listos para caer.
Gómez Villaseñor cierra con una frase que retumba más como advertencia que como análisis: “El incidente es gravísimo y el INE no debe minimizarlo”. Pero si algo ha demostrado la historia reciente es que la autocomplacencia institucional en México tiene la piel más gruesa que cualquier firewall.
Con informacion: ELNORTE/

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