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viernes, 24 de octubre de 2025

«NARCOS ACOMODEN el * …los VAN a TRATAR como AL-QAEDA»: «SECRETARIO de GUERRA de EE.UU ANTICIPA la LICENCIA para CRUZAR FRONTERAS SIN PEDIR PERMISO para MAPEAR REDES,CAZAR y MATAR NARCOTERRORISTAS»…asi se escondan debajo de las piedras.


El mas reciente discurso de Pete Hegseth,Secretario de Guerra de los EE.UU, es dinamita pura envuelta en retórica patriótica: su forma de hablar no sólo pretende conmover, sino también lanzar un mensaje de poder y de guerra sin disimulo. Cada palabra es un proyectil conceptual que busca justificar lo que se perfila como una operación militar de grandes proporciones.

Cuando dice “vamos al ataque”, ya no habla de contención ni de cooperación. Habla de ofensiva, una palabra que en jerga militar significa “licencia para cruzar fronteras” sin pedir permiso. Hegseth no menciona carteles: los llama “organizaciones terroristas extranjeras”. En ese giro semántico hay toda una reconfiguración del tablero geopolítico: si el enemigo ya no es criminal sino terrorista, entonces la ley internacional de soberanía que alude con recurrencia la Presidenta Claudia Sheinbaum,pasa a segundo plano.

Al colocar a los cárteles al nivel de Al-Qaeda o ISIS, introduce una ecuación que multiplica el alcance del discurso presidencial. El mensaje: América Latina —y especialmente México— se transforma en el nuevo frente de la llamada “guerra contra el terror”. Este marco simbólico no es inocente. Permite, bajo el lenguaje de la moral y la justicia, operaciones encubiertas y ataques preventivos.

Cuando Hegseth repite que “cada barco destruido salva 25,000 vidas estadounidenses”, lo que está haciendo es matematizar la violencia, convertirla en una ecuación moral: matar es salvar. 

Es la lógica inversionista de la guerra limpia, la anestesia discursiva que legitima la muerte como política de salud pública. Habla de “encontrarlos, mapear sus redes, cazarlos y matarlos”, todo un mantra de exterminio acompañado de una declaración que esta lejos de ser retórica suelta, es un globo sonda que mide la reacción internacional antes del golpe.

En suma, el discurso preludia una embestida mayor: ya no una “colaboración binacional”, sino una doctrina de incursiones militares unilaterales bajo el argumento de la amenaza terrorista. Peter Hegseth no está improvisando. Está afinando el libreto que antecede al ruido de los motores de ataque. 

Con informacion: @Redes/

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