El anuncio del presidente Donald Trump sobre la posibilidad de emprender operaciones terrestres contra cualquier país con infraestructura vinculada al tráfico de drogas hacia Estados Unidos volvió a colocar a México en el centro de la atención internacional
Aunque el mandatario estadounidense no mencionó directamente al país, sus declaraciones resonaron en la región porque, semanas atrás, había señalado tener identificados los domicilios de los principales narcotraficantes mexicanos y no descartó una incursión militar. Esa afirmación contradijo incluso a su propio secretario de Estado, Marco Rubio, quien había asegurado que Washington no contemplaba acciones unilaterales contra México.
El mensaje de Trump, emitido durante una reunión con su gabinete en la Casa Blanca, dejó entrever su intención de ampliar el alcance de su política antidrogas más allá de los operativos marítimos. Si bien hizo referencia a Venezuela como el eje de su ofensiva, advirtió que cualquier nación donde se fabriquen o distribuyan drogas que terminen en Estados Unidos sería susceptible de ataques.
En México, las palabras del expresidente fueron interpretadas como una advertencia directa. En un momento en que la violencia asociada al narcotráfico sigue siendo un tema sensible, la posibilidad de incursiones militares extranjeras evocó viejas tensiones sobre soberanía y cooperación bilateral en materia de seguridad.
El tono beligerante del discurso de Trump reflejó una visión de la lucha antidrogas centrada en el uso de la fuerza y en la extraterritorialidad de la política estadounidense, marcando un nuevo episodio de presión sobre los países latinoamericanos involucrados en el combate al narcotráfico.
Con informacion: ELNORTE/

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