La violencia en el Bajío mexicano volvió a cobrarse otro nombre propio, esta vez el de Agustín Solorio Martínez, coordinador político distrital del Partido del Trabajo en Apatzingán. Desapareció el pasado sábado para convertirse en uno mas de la cifra de 133,588 victimas que se acumulan en el pais,pero reapareció cinco días después en Guanajuato, pero ya sin voz para explicar qué demonios pasó. Como si se tratara de otro “ajuste” en la contabilidad siniestra de la Tierra Caliente, su cadáver fue hallado y confirmado en pleno Congreso michoacano, justo entre discursos de condena y minutos de silencio que ya parecen rutina institucional.
La diputada morenista Sandra Olimpia Garibay dio la noticia con solemnidad, exigiendo una revisión de la estrategia de seguridad —esa frase que los políticos pronuncian cada semana como si fuera conjuro o placebo—. El Congreso guardó un minuto de silencio, mientras afuera los muertos siguen multiplicándose sin pausa ni pudor.

Las primeras versiones apuntan a que el cuerpo, tan solo uno mas de 30 mil 724 asesinados bajo el Gobierno de Claudia Sheinbaum, fue encontrado en territorio guanajuatense, aunque las autoridades, fieles a su estilo, no sueltan prenda. Mientras tanto, los diputados de todos los colores se unieron en un coro de indignación que suena igual cada vez que matan a alguien con cargo público.
El Partido del Trabajo,aliado de Morena, condenó el asesinato de su compañero y exigió justicia “plena y pronta”, dos palabras que en México rara vez aparecen juntas. La dirigencia nacional había pedido días atrás una “investigación profunda y seria” sobre la desaparición de Solorio, como si las investigaciones superficiales y absurdas no fueran ya parte del mobiliario de la política nacional.
Lo cierto es que Michoacán se desangra con nombre y apellido: un exalcalde, un líder limonero, y ahora un dirigente partidista. La violencia sigue marcando el pulso de una región donde la política y el crimen parecen compartir trincheras y mientras los discursos oficiales siguen tapando el hedor con consignas de paz, ya son casi 134 mil desaparecidos y mas de 230 mil muertos tan solo del primer y segundo piso.
Con informacion: ELNORTE/

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