«YA les GANÓ en el PROCESO»: LA «REINA del PACIFICO ACUSA a FGR de QUEDARSE con DEPARTAMENTOS INCAUTADOS por la PGR que YA FUE ORDENADA su LIBERACION»…sobrina de Miguel Felix Gallardo.

Durante años, la PGR como hoy lo hace la FGR,han vendido sus “hazañas” como la joya de su vitrina: lujosas propiedades, autos y cuentas bancarias decomisados a narcos ,pero una vez que se disipa el humo, solo eso queda,humo.

Asi pasó con Sandra Beltran,la llamada La Reina del Pacífico.Una mujer que simbolizaba el glamour del narco, ahora reducida a un expediente y unas fotos de evidencias que le decían a Mexico,igual que hoy,que estábamos ganando la guerra”

En octubre pasado, María del Carmen Sánchez Cisneros, titular del Juzgado Cuarto de Distrito en Materia Penal en la Ciudad de México, sobreseyó el juicio de garantías de la sinaloense al considerar que la FGR ya había ordenado la liberación de los inmuebles 5, 6 y 35 del condominio de Puente Cuadritos 18, colonia San Nicolás Totolapan, alcaldía Magdalena Contreras.

Sin embargo, Ávila Beltrán impugnó la resolución de la jueza ante el Décimo Tribunal Colegiado en Materia Penal, pues acusó que la FGR ha sido omisa en dar cumplimiento a la entrega de los inmuebles mencionados, ordenada desde junio de 2014 en la averiguación previa 966/MPFEADS/2002 y ratificada apenas en junio pasado.

Ahora, la misma justicia que la exhibió termina tambaleando frente a ella. Sandra Ávila Beltrán, terca, elegante, y con una memoria más larga que los procesos judiciales, sigue reclamando lo que dice es suyo.La Fiscalía General de la República ya la combatió en proceso y como siempre ocurre,perdio.

El mito de la victoria se desvanece cuando los “golpes históricos” terminan siendo castillos de arena. Aquella narrativa de mano dura se desmorona entre omisiones y trámites olvidados. Y así, lo que alguna vez fue un símbolo de poder estatal hoy parece un mal chiste burocrático: la Reina del Pacífico reclamando sus reinos perdidos, y la justicia mexicana atrapada en su propio laberinto de papel sellado y silencio institucional.

En el fondo, nadie ganó. Ni la PGR de los viejos tiempos que presumió trofeos ajenos, ni la FGR que ahora se hace la sorda. Solo persiste la misma historia de siempre: un país que celebra incautaciones con bombos y platillos, hasta que la realidad judicial le pasa la factura.

Con informacion: ELUNIVERSAL/