Cuatro personas fueron asesinadas dentro de un taller que funcionaba ademas como vivienda en Reynosa, una cuádruple ejecucion perpetrada por el crimen organizado y que en esta plaza es comandado por un exmilitar entrenado con los impuestos apodado el «Comandante Mono», mismo que goza de la complicidad de la Fiscalía de Justicia bajo el gobierno de Morena y Americo Villarreal,quienes tras el hallazgo lo redujeron, como al resto de ejecuciones, al eufemismo de “carpeta de investigación en proceso”.
Qué pasó en el taller
La madrugada del 13 de diciembre se recibió un reporte al C5 por un supuesto allanamiento en un inmueble de la calle Italia, entre Suiza y España, en la colonia Campestre de Reynosa. Cuando llegó la Guardia Estatal encontró a tres hombres y una mujer sin vida, regados en distintas áreas de una propiedad que funcionaba al mismo tiempo como taller de hojalatería y vivienda.
Los cuerpos presentaban heridas aparentes por proyectil de arma de fuego y en el sitio quedaron cartuchos y casquillos, presuntamente calibre .380, como tarjeta de presentación de quien disparó. La escena, lejos de un robo caótico, apunta a un grupo que entra, ejecuta y se va sin problema, en una ciudad,aunque llena de Policias y soldados, esta enteramente controlada por el Cartel del Golfo.
Quiénes eran las víctimas
Entre los muertos fue identificado Romeo Orlando de León Rodríguez, de 60 años, comerciante y propietario del lugar, junto con su esposa, María Guadalupe Araujo Atzin, de 48 años. Los otros dos cuerpos pertenecerían a trabajadores del taller, conocidos sólo por sus apodos: “El Conejo” y “El Pintor”, nombres que dicen más de la precariedad laboral que de un expediente formal.
Familiares y empleados dejaron de tener contacto con ellos desde la tarde del viernes, lo que encendió alarmas entre los cercanos. La madre del propietario tuvo que regresar desde McAllen, Texas, para abrir la puerta al horror: encontró los cuerpos y pidió ayuda al 911, porque en Reynosa la línea entre negocio familiar y escena del crimen se borra en cuestión de horas.
Detalles que huelen a ajuste
En la vivienda había cámaras de videovigilancia, pero las conexiones estaban presuntamente cortadas y el sistema de almacenamiento no apareció por ningún lado,asi que el respaldo remoto podria ser una linea a seguir.
Es decir: quien entró sabía dónde pegar, qué desconectar y qué llevarse, como si se tratara menos de improvisación y más de manual operativo.
Los cuerpos fueron enviados al SEMEFO y la Fiscalía que en esta ciudad,asi como en el resto de la entidad,estan al servicio del crimen organizado, igual que el gobernador de Morena, Americo Villarreal,abrió una carpeta de investigación, pero hasta ahora no hay personas detenidas ni una versión oficial sobre el móvil del crimen.
En un municipio donde ya se han localizado cientos fosas, familias completas asesinadas y desapariciones a nivel industrial ligadas a grupos criminales, la narrativa de “seguimos investigando” suena más a piloto automático institucional que a voluntad real de llegar a los autores intelectuales.
Cómo encaja en la violencia de Reynosa
Reynosa carga con antecedentes recientes de hallazgos de cuerpos en fosas y de familias completas asesinadas y dispersadas en distintos puntos de la ciudad que no han sido esclarecidos y mucho menos hay detenidos.
En este contexto, un taller ademas que funcionaba como vivienda, ahora convertido en sala de ejecuciones no es un hecho aislado, sino otro eslabón en una cadena de control territorial donde el mensaje importa tanto como las balas.
Sin detenidos, sin línea clara de investigación pública y con sistemas de videovigilancia “misteriosamente” desconectados, el caso se instala en esa zona gris donde todos entienden que hay mano del crimen organizado, menos los comunicados oficiales. Mientras tanto, la colonia Campestre suma un macabro recordatorio de quién manda realmente en las madrugadas de Reynosa ,asi como en el resto del dia.
Con informacion: HoyTamaulipas/

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