Visitanos tambien en:

viernes, 12 de diciembre de 2025

«CONFIESAN TRUCO SIN RECATO»: «NUEVO LEON ADMITE NO REGISTRAN como MUERTOS los ABATIDOS AUNQUE esten MUERTOS»…detras de la reducción de Americo y la federación hay un costal de trucos para verles la cara.


Cuando Pitágoras se entere de los cálculos del Gobierno mexicano, lo mismo en N.L que en Tamaulipas o el resto del pais sobre la cifra de muertos, seguro se levanta de la tumba para exigir disculpas públicas. Las cifras oficiales, esas que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública recita con solemnidad, parecen más un acto de prestidigitación que un registro criminal: desaparecen muertos como quien borra manchas con Photoshop.

Resulta que mientras los reportes gubernamentales presumen apenas 12 homicidios dolosos en los primeros siete días de diciembre en Nuevo León, los archivos periodísticos registran 24. 

Una diferencia menor, diría cualquiera que ya aprendió a no escandalizarse. Pero 12 muertos “fantasma” no son error de dedo: son política pública. La Fiscalía estatal, tan diligente para justificar, salió a decir que siete de esos cadáveres no cuentan porque “eran delincuentes abatidos” y los otros cinco “están pendientes de autopsia”. O sea, mientras el perito busca el bisturí, el político busca cómo maquillarlo en la estadística.

El truco que tambien practica la federación está en la aritmética conveniente: restas a los abatidos, suspende a los torturados y cuentas solo a los muertos domesticados. Y listo, ¡reduciste la violencia! En el Excel de la paz rota, el homicidio se vuelve cuestión de criterio. Lo que para la prensa es ejecución, para el Gobierno es “hecho en proceso de esclarecimiento”. Es como si te dijeran que el incendio no cuenta hasta que el humo pase la aduana.

Y por si fuera poco, no hay reportes diarios. Sólo mensuales. Así las “mañaneras” pueden adornar gráficas sin preocuparse por la sangre fresca. Durante ese lapso de silencio burocrático, los muertos esperan turno para volverse cifra —o, mejor dicho, para ser omitidos con elegancia.

La narrativa oficial ,una copia de la retórica «mataulipeca», insiste en que “la violencia va a la baja”. Y es cierto: va bajando del registro a la negación, del expediente al limbo. En los municipios de Doctor Arroyo, Linares, García, San Nicolás, Escobedo, Aramberri, Los Ramones y Juárez, las ejecuciones del crimen organizado tienen más rigor contable que las oficinas del Estado. Al final, las gráficas sonríen mientras el país sangra.

Porque aquí, más que con homicidios, jugamos con eufemismos: no hay muertos, hay “abatidos”; no hay crisis, hay “reajuste metodológico”. Y así, entre estadísticas retocadas y silencios oficiales, el Estado logra lo imposible: matar la realidad sin disparar una sola bala.

Con informacion: ELNORTE/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tu Comentario es VALIOSO: