La caricatura del «Chavo del toro» para EL ECONOMISTA, retrata a Pedro Haces como si negara a “El Limones” con la misma vehemencia con la que uno niega la dieta frente a la taquiza: de dientes para afuera, mientras las fotos con el extorsionador cuelgan en internet como si fueran estampitas sindicales y el oficialismo,de su misma cuadra y establo,que lo capturó, igual se hace tarugo.
Lectura de la caricatura
El texto de “negamos rotundamente que el señor Limones… pertenezca a esta gran confederación” es casi cita taquigrafiada del guion que Haces ha repetido en entrevistas y redes, solo que aquí la “gran confederación” luce más bien como sucursal armada de la productividad del narco.
Los tres monitos con cuernos de chivo, lentes oscuros y gorras de “narco-chic” parecen el verdadero comité ejecutivo de la CATEM: secretaría de Extorsión, subsecretaría de Cobro de Piso y coordinación general de Selfies Incómodas con presencia nacional.
Ironía del discurso oficial
Mientras el gobernador de Coahuila y diversos medios exhiben que “El Limones” se paseaba como cuadro sindical, firmaba acuerdos, saludaba jefes militares y usaba la marca CATEM como charola, el Diputado Pedro Haces de Morena,creyendonos idiotas, jura que nunca fue de la casa, como si al tipo lo hubieran photoshopeado en todos los eventos.
La caricatura se burla justo de esa gimnasia verbal: el dirigente que grita “no se equivoquen” rodeado de personajes que nadie en su sano juicio confundiría con monaguillos, pero que según el libreto oficial de Omar García Harfuch,que aqui actúa de alcahuete engañabobos, jamás tuvieron nada que ver con la confederación más blanca que la nieve.
Religión, Judas y papel bíblico
La acusación del gobernador de Durango con alusiones bíblicas remata la escena : que si Pedro negó a Cristo tres veces, que si Harfuch opera como profeta remiso, que si hay un becerro de oro al que nadie quiere nombrar, trasladando el deslinde de Haces al terreno del evangelio apócrifo de la 4T.
La viñeta funciona entonces como homilía laica: arriba el sermón solemne del “negamos rotundamente”, abajo la procesión de fusiles y gorras cannábicas que desmienten al predicador, un pequeño vía crucis sindical donde cada balazo equivale a una fe de erratas.
Vista así, la caricatura parece boletín oficial de la “Gran Confederación de la Productividad y Otras Actividades No Muy Legales”, donde el único requisito para pertenecer es que su líder lo niegue tres veces frente a las cámaras.
En resumen: mientras el país discute si “El Limones” fue, es o será de la CATEM, el cartón ya dio su veredicto visual: si camina como confederación, cobra como confederación y posa detenido en las fotos, muy probablemente no sea precisamente la pastoral obrera de Morena que pregonan en los micrófonos.
Con informacion: ELECONOMISTA/

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