En Durango cayó El Limones, pero el árbol que lo sostuvo sigue bien plantado en la Ciudad de México. Edgar Rodríguez Ortiz, secretario de organización de la CATEM en La Laguna, no era cualquier sindicalista: era el cobrador, el “tesorero informal” de Los Cabrera, esa franquicia criminal que extorsiona desde los corrales hasta las cámaras empresariales.
Toda esa maquinaria funcionaba con membrete sindical y toda flecha, si uno sigue la cuerda, termina apuntando al mismo despachito del líder nacional de la CATEM: Pedro Haces Barba, diputado federal de Morena, íntimo de las altas esferas políticas que recien apareció a 98cm de Omar García Harfuch.
La historia huele más a nómina que a ideología. En La Laguna, Rodríguez Ortiz imponía cuotas de “solidaridad” a productores, transportistas y comerciantes, con el logo del sindicato como arma y la bendición tácita del poder.
Cuando la Fiscalía de Durango cateó oficinas de la CATEM —esas donde las paredes tienen más siglas que retratos— el escándalo no fue el cateo, sino el silencio que lo siguió. Nadie pregunta por qué un sindicato “de trabajadores libres” tiene operadores con fichas del CNI y rutas de lavado que harían palidecer a un banco suizo.
El Limones presumía contactos con militares y alcaldes, mientras en Reynosa el lider nacional Pedro Haces se codea, igual que el gobernador Americo Villarreal,con Mario Guitian Rosas,alias La Chispa,el lugarteniente del departamento de extorsiones del Cartel del Golfo,todos jugando al mismo juego: ser sindicalistas de día y recaudadores de piso de noche.
No es casualidad que las cámaras empresariales hayan pedido a la presidenta Sheinbaum detener el cobro de “cuotas” disfrazadas de afiliación sindical. Lo curioso es que las denuncias siempre se topan con el mismo muro: la protección política de Pedro Haces, ese hombre que puede pasar de la tribuna al sindicato y del sindicato a la sobremesa con media clase política sin despeinarse el bigote.
Así, mientras los gobiernos presumen “golpes a las finanzas del crimen organizado”, la CATEM sigue operando como una cooperativa de impunidad: extorsiona, recauda y lava, con la bendición de un fuero. En México, parece, los formatos cambian, pero los cobros de piso siempre llegan con membrete oficial.
Presumir la captura del Limones sin capturar a los que lo empoderaron,es una vil farsa cuatritransformada,tan solo para mandar mensajes de cambio, sacrificando piezas del ajedrez criminal.
Con informacion: ELNORTE/

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