Será el sereno, pero apenas se deshicieron del Fiscal Alejandro Gertz Manero y el gobierno de la Cuarta Transformación se lanzó a abrir expedientes empolvados y hasta descongelar cosas juzgadas.
Detuvieron ayer a César Duarte, el ex gobernador priista de Chihuahua y en Tamaulipas iniciaron una cacería judicial local contra el ex gobernador panista Francisco Javier Cabeza de Vaca.
Y a esos recientes golpes se suman los casos judicializados de los también ex gobernadores Silvano Aureoles, de Michoacán, y Roberto Sandoval, de Nayarit. Ni qué decir de la insistencia sobre el Cártel Inmobiliario del PAN, en el que ya fueron vinculados a proceso Luis Vizcaíno y Christian von Roerich, director jurídico y ex alcalde de la Benito Juárez, respectivamente.
Muy prestas las fiscalías morenistas para ir sobre los supuestos “pecados del pasado”, pero nada de poner una mano encima a las multimillonarias corruptelas del presente cuatroteísta. Sí, las de los cómplices y protegidos morenistas de la nomenklatura de Tabasco, la que dirige Andrés Manuel López Obrador.
Nada de tocar ni con el pétalo de una presunción de sospecha a Andy López Beltrán y a su séquito de amigos, comandados por Daniel Asaf y por José Antonio Martínez Dagnino, aquellos que todavía controlan el huachicol desde Pemex, la ayudantía de la Palacio Nacional y protegen a sus factureros a través del Sistema de Administración Tributaria. Peor aún, la presidenta Claudia Sheinbaum ya salió al rescate de Andy López Beltrán, a quien traía apestado detrás de las vallas de los festejos del primer año de gobierno y el sábado pasado, sí lo placeó y lo presumió en el mitin por el séptimo aniversario de la fundación de Morena. Lo mismo sucedió con Adán Augusto López. Mucho beso, mucha sonrisa. No hay duda de que tuvo su efecto el manotazo desde Palenque.
Tampoco conocemos nada -desde su traslado de Paraguay a México- de los avances en las investigaciones de Hernán Bermúdez Requena, el jefe policial de Tabasco al servicio del cártel de “La Barredora” y de su jefe cómplice, Adán Augusto López. Sí, el mismo líder de Morena en el Senado que fue el mensajero que le llevó a la presidenta Claudia Sheinbaum el ultimátum de acelerar la “renuncia” del “Fiscal Independiente”. O lo hacía ella “por la buena” o la operaría el inculpado e investigado Adán Augusto López “por la mala”. Volvieron a ganar los pavorreales que se pasean en La Chingada.
¿Alguien sabe por qué tiene una semana silenciado el espinoso caso del casinero, huachicolero y presunto traficante de armas, Raúl Rocha Cantú, del que nada se sabe a partir de la salida del Fiscal Alejandro Gertz Manero? ¿Es testigo protegido o no? ¿Está en México o ya lo sacaron del país para evitar que diga todo lo que sabe? Les dio pánico que el dueño del concurso de Miss Universo involucrara a todo Bucareli y a medio Tabasco en todos los actos de corrupción, operados con Pemex y con la Secretaría de Gobernación, en los días que ahí despachaban Adan Augusto López y Ricardo Peralta Saucedo. ¿Cuántas decenas de millones de pesos por semana recolectaban de su protección a los centros de apuestas?
Nadie sabe, nadie supo, en qué terminaron las complicidades de Manuel y Fernando Díaz Laguna, los sobrinos del Almirante Rafael Ojeda, protectores portuarios y aduaneros en la introducción de millones de litros de huachicol por Tampico y Tuxpan, todo bajo el amparo y protección de altos personajes del morenismo.
Si alguien intenta comprobar el anillo de protección sobre Morena, basta recordar que en el sexenio de Enrique Peña Nieto fueron seis los gobernadores de todos los partidos que pisaron la cárcel. Algunos todavía están purgando sentencias. Y en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y el primer año de su sucesora, ninguno. Ni pez grande, ni pez chico. A Ignacio Ovalle, el titular de Segalmex, le crearon un capelo político en Gobernación, para que no rindiera cuentas de los 17 mil millones de pesos malversados en su malograda “Conasupo cuatroteísta”.
De lo que fuimos testigos ayer, con la detención del ex gobernador chihuahuense César Duarte, es de la enésima maniobra distractora desde Palacio Nacional. Dejar en claro que el ex Fiscal Alejandro Gertz Manero protegía a personajes, que hoy, bajo la nueva fiscal Ernestina Godoy, sí son aprehendidos de inmediato.
En la realidad, los asesores de la presidenta Claudia Sheinbaum ya no quieren que se hable de la muerte del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ni de la represión a la protesta en el Zócalo de la Generación Z, como tampoco quieren que los espacios mediáticos -tradicionales y digitales-, continúen invadidos de imágenes de las protestas de campesinos y agricultores, lo mismo por el “madruguete” con la Ley de Aguas 2025 que por los precios de garantía al maíz.
Está claro que, el discurso desde Palenque, surtió su efecto: A los pollitos de mi corral morenista me los cuidas y me los maiceas. A los pavorreales de la oposición, me los enjaulas y me los desplumas. ¡Cuánta “grandeza”!
Con informacion: CODIGO MAGENTA/

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