En el Hospital La Raza del IMSS en la CDMX, pedir una cita de especialidad se ha convertido en un deporte extremo y, al mismo tiempo, en un acto de fe. A las tres, cuatro o cinco de la mañana, cientos de derechohabientes desafían el frío, la paciencia y la dignidad humana para formarse en una larga fila que recuerda más a la del molinito de peregrinos de la Basílica que al acceso a un servicio público de salud. Todo, para que al final les digan, con una sonrisa humanista y transformadora: “Su cita quedó para marzo, abril… o quizá mayo, si tiene suerte.”
Esteban Martínez, un hombre de 62 años, salió de una cirugía de próstata y tendrá que esperar hasta el 15 de mayo para una simple valoración. Es decir, el IMSS le da medio año para ver si sigue vivo o si la cita ya puede agendársela San Pedro.
Otro caso: una paciente con cáncer llegó al amanecer, fue atendida hasta las 11:00 y su próxima cita es en marzo. Si la enfermedad avanza antes, tal vez le den una cita exprés… al panteón.
Y mientras tanto, Antonio Lozano, otro guerrero del turno eterno, llegó el lunes 15 de diciembre a las siete de la mañana. Se formó frente a filas que daban la vuelta al hospital. Regresó el miércoles, después de admitir derrota, y cinco horas más tarde, obtuvo su premio: una cita para abril de 2026. Medio año de espera para que alguien confirme que efectivamente necesita la cirugía que ya sabe que necesita.
Las escenas se repiten frente a cada ventanilla: pacientes exhaustos, adultos mayores con cobijas, madres con niños en brazos, personas que incluso ya superaron enfermedades y solo esperan la siguiente fase —una reconstructiva, por ejemplo— como si el derecho a sanar se rifara entre unos cuantos.
Lo peor es que nadie se asoma a dar la cara. Grupo REFORMA buscó al IMSS para preguntar por las interminables filas y por qué las citas médicas son más difíciles de conseguir que una entrada para Taylor Swift. Pero claro, el silencio institucional es la especialidad de la casa: “sin respuesta”.
Así que los derechohabientes seguirán peregrinando en busca de una cita médica, movidos por la misma esperanza que empuja a quien cree en milagros. Porque en el IMSS, pedir atención médica ya no es un trámite: es una prueba de resistencia.
Con informacion: ELNORTE/

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: