El diputado federal Juan Guillermo Rendón Gómez, del partido Morena, atrajo la atención pública al presentar una iniciativa que propone sancionar con tres a cinco años de prisión y multas económicas a quienes interpreten de manera incorrecta el Himno Nacional mexicano.
La propuesta de encarcelar a quienes se equivoquen al cantar el Himno Nacional, presentada por el diputado Juan Guillermo Rendón Gómez, representa una muestra flagrante de autoritarismo y desconexión con la realidad del país. Es una iniciativa que merece ser denunciada, ridiculizada y combatida con toda severidad, pues exhibe el pensamiento retrógrada de un legislador más interesado en los símbolos que en resolver los problemas reales de la sociedad mexicana.
Un enfoque absurdo y represivo
Rendón, diputado de Morena y abogado, propone penas de hasta cinco años de prisión —y multas económicas significativas— simplemente por alterar o equivocarse al entonar el Himno Nacional. Es un despropósito que, en lugar de proteger a los ciudadanos de delitos graves, busca crear una policía del canto, un absurdo tribunal del error patriótico capaz de privar de la libertad a artistas o ciudadanos comunes por equivocaciones muchas veces involuntarias.
Prioridades fuera de lugar
En un país con crisis de inseguridad, 26 mil ejecutados de la nueva cuenta que ya acumulaba 200 mil y mas de 133 mil desaparecidos ,falta de acceso a la justicia y desigualdad lacerante, pretender encarcelar a alguien por no saberse la letra de un himno revela una alarmante confusión de prioridades. En vez de legislar para mejorar la vida del pueblo, Rendón se afana en custodiar símbolos mientras la realidad exige soluciones de fondo en temas de salud, educación y derechos humanos.
Riesgo para la libertad de expresión
Especialistas han calificado la propuesta como desproporcionada y un riesgo innecesario para la libertad de expresión. Convertir errores en delitos penales sólo infantiliza el debate público, judicializa la cultura y crea un entorno persecutorio que amenaza el arte y la espontaneidad de la sociedad mexicana.
Argumentos endebles y voluntad punitiva
Rendón justifica su ocurrencia citando errores cometidos por figuras públicas en eventos mediáticos, pero responde con una lógica punitiva, como si el país tuviera de sobra cárceles y no necesitara justicia real para quienes sí cometen crímenes que hieren a la sociedad. Su propuesta, más que cerrar vacíos legales, ensancha la brecha entre el México real y el México que algunos políticos imaginan desde su curul.
En suma, este tipo de iniciativas no sólo deben ser recriminadas, sino que exigen la indignación activa de la ciudadanía. Legislar es responder a los problemas del pueblo, no intentar controlar lo incontrolable desde la burocracia del absurdo.
Patriota no es ser patriotero
La diferencia entre “patriota” y “patriotero” en este contexto es clave para entender la naturaleza y el absurdo de iniciativas como la de Juan Guillermo Rendón.
Patriota
Un patriota es quien ama profundamente a su país y actúa buscando su bienestar y desarrollo. Trabaja diariamente para mejorar la sociedad, reconoce los problemas del país y busca solucionarlos, participa en la vida democrática y tiene una conciencia social real. El patriota defiende su nación no sólo con palabras, sino con acciones concretas orientadas hacia el bien común.
Patriotero
Por otro lado, el patriotero se caracteriza por alardear excesiva e inoportunamente de patriotismo, pero carece de compromiso real con la sociedad. El patriotero confunde símbolos con soluciones, exhibe un amor ruidoso y superficial por la patria, y suele anteponer gestos exagerados, como la defensa de himnos o banderas, a la solución de problemas ciudadanos. Suele rechazar la crítica constructiva, exige obediencia ciega y prioriza la “pureza” de símbolos antes que el bienestar de las personas.
En este contexto, llamar “patriotero” al diputado es señalar que pretende imponer penas absurdas en nombre de la patria, sin aportar valor real ni soluciones de fondo al país…es un payaso, un remedo de diputado.
Con informacion: PROCESO/

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