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jueves, 2 de octubre de 2025

EL «DATO OFICIAL es BRUTAL y lo TRADUJIMOS»: «YA NO HAY BILLETES para LADRILLOS porque PRIMERO TENEMOS que PAGAR los INTERESES SALDO de la ORGIA GASTALONA HEREDADA»…México no está quebrado, pero anda pagando fiados con otro fiado.


El dato es brutal: el Gobierno del segundo piso, por culpa del la vocación dilapidadora de primer piso,está gastando bastante más en pagar la tarjeta de crédito nacional que en levantar escuelas, carreteras o trenes. 

Para ponerlo en cristiano: de enero a agosto se fueron 820 mil 820 millones de pesos en intereses y cargos de la deuda, mientras que en obra pública apenas se invirtieron menos de 510 mil millones. Eso significa que existe una brecha de más de 310 mil millones de pesos: alcanza para hacer varias líneas del Metro, hospitales de alta especialidad o, ya de perdida, tapar más baches de los que esta administración se ha dignado.

El contraste con el año pasado es el toque más ácido: en 2024, todavía se gastaba más en infraestructura que en el servicio de la deuda. Ahora, la tendencia se volteó, y en pleno año nuevo, con gobierno nuevo, la inversión física quedó hecha añicos. Hacienda justificó el bajón diciendo que 2024 fue “atípico” porque era año de cierre de sexenio y se gastó a lo grande en infraestructura simbólica. Traducción libre: ya no hay billete para ladrillos porque primero hay que pagar los intereses de los préstamos heredados.

Lo que significa en la vida real

  • El país hoy prioriza pagar “obligaciones del pasado” por encima de construir su futuro tangible.
  • La deuda no es nueva, pero el costo financiero sí se está devorando más rápido el presupuesto.
  • En términos callejeros: el Gobierno está hipotecado hasta las orejas, y el margen para meter concreto o acero se angosta peligrosamente.

El dilema de fondo

Expertos como Paulina Castaño de Fundar lo dijeron con todas sus letras: si no se abre el debate sobre cómo frenar el costo creciente de la deuda, la inversión pública —que trae bienestar y crecimiento sostenible— se va al cuarto de los triques. Porque nadie prospera echando todo en la licuadora de intereses bancarios mientras las calles, hospitales y redes eléctricas se desmoronan.

En resumen: México no está quebrado, pero anda pagando fiados con otro fiado. Y si seguimos en este loop, en vez de cortar listones de nuevas obras estaremos cortando cupones de pago, como si el gran logro fuera seguir al corriente con los acreedores y no con los ciudadanos.

Con informacion: ELNORTE/

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