«CAYO en RUSIA y YA lo DEPORTARON a CUBA»: «CHINO del FENTANILO podria DILUCIDAR CUANTO PAGÓ a la GUARDIA NACIONAL para HACERSE la DORMIDA»…y escapara en menos de lo que tarda un fentanilo en disolverse bajo la lengua.

La historia de Zhi Dong Zhang se parece más a la de un agente doble durante la Guerra Fría, que a la de un capo chino del fentanilo, cita hoy el Diario Español,El Pais,del capo chino del fentanilo con nombre de empresario de tecnología y alias de prócer africano que movía toneladas de droga y millones de dólares entre Los Ángeles, Sinaloa y Pekín que terminó fugado de la capital mexicana.

Acusado por Estados Unidos de lavar más de 20 millones de dólares entre 2020 y 2021 —a través de una red tan tupida que haría sonrojar a Wall Street—, Zhi Dong fue detenido, confinado y, para sorpresa de todos menos de los que lo soltaron, liberado por un juez con el entusiasmo garantista de un mártir judicial. Lo mandaron a su casa, con custodia de la Guardia Nacional, y en menos de lo que tarda un fentanilo en disolverse bajo la lengua, ya estaba rumbo a la nada.

El escándalo explotó el 11 de julio, pero su fuga no fue improvisada: fue coreografiada. La GN lo “vigilaba”, el juez lo “restringía”, y el capo simplemente atravesó la legalidad mexicana como quien cruza una cortina de humo. Según reportes, el hombre ahora descansa en Cuba, tras intentar entrar a Rusia con pasaporte falso —detalle que solo refuerza su mística de espía oriental reciclado en narco tropical.

Y aunque el Gobierno mexicano se rasgó las vestiduras, nadie de la Guardia Nacional ha pisado el bote, pese a que su misión era exactamente esa: que el hombre no se pelara. No hay cárcel, no hay sanción, no hay vergüenza. Solo un sospechoso silencio que, en este país, suena al tintineo de un soborno.

Así que cuando finalmente con el Chino bajo resguardo, por ahora interrogado en Cuba,se podría saber cuánto costó la puerta abierta. Cuánto se pagó para que la Guardia Nacional se hiciera la dormida, para que un juez confundiera un arresto con una mudanza, y para que un capo del fentanilo se evaporara de la capital más vigilada de América Latina.

Al final, Zhi Dong no escapó: lo escoltaron.

Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/DAVID MARCIAL PEREZ