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lunes, 6 de octubre de 2025

DE "PRIMERA FILA al CORRAL":"PRESIDENCIALISMO TORPE y EMOCIONALMENTE REPROBADO de SHEINBAUM ALUDE al VIEJO PRI al APLICAR la PEDAGOGIA del CASTIGO"...el simbolismo es brutal y marca quién es parte del círculo íntimo y quién está afuera, aunque sigan “dentro” de la fiesta


Lo que pasó ayer ,es que los políticos “consentidos” de la 4T, esos que en marzo pasado ,mas por descuido que por dolo, le dieron olímpicamente la espalda a la Presidenta Claudia Sheinbaum en pleno mitin contra los aranceles de Trump (quedó la foto para la posteridad), ayer ya no salieron de lado V.I.P. y fueron enviados detrás de las vallas como un escarmiento que nos remite a los viejos sistemas que creíamos extintos.

Pero el colocar a los políticos tras vallas en un evento tan público y simbólico es, en el fondo, un acto de poder clásico, de esos que hacían época en el viejo PRI cuando un dedazo, un manotazo o un desplante marcaba jerarquías y lealtades. El mensaje, aunque vestido de seguridad y “orden”, es clarísimo: quien no se alinea, queda marginado; quien se pasa de listo, va al corral, metafórica (y ahora literalmente) hablando. Es la política de la foto y del lugar asignado, recordando más a épocas de control centralista que a un gobierno moderno, pluralista o humanista.

Simbolismo y Comparación con el PRI

El simbolismo de la valla es brutal: marca quién es parte del círculo íntimo y quién está afuera, aunque sigan “dentro” de la fiesta. Así se forjaba el presidencialismo autoritario del viejo régimen, donde el castigo era social, público y visible, aunque nadie se atreviera a llamarlo así. La metáfora del “corral” y la foto negada recuerdan el “quítate de ahí” a los díscolos.

Inteligencia Emocional (o la Falta de)

Desde la óptica de la inteligencia emocional, encerrar a los tuyos no es sólo torpe, sino que puede fomentar resentimientos, cinismos y grillas soterradas. En vez de sumar, una acción así divide y refuerza los microclimas tóxicos clásicos del priismo autoritario. Es la pedagogía del castigo, no del diálogo ni la inclusión; una decisión más reactiva que reflexiva, que lejos de fortalecer el liderazgo, podría debilitarlo en el mediano plazo al exhibir inseguridad y falta de manejo fino.

En conclusión, la escena es una postal del presidencialismo de siempre: la jefa manda y quien la desafía recibe la banca. En términos de ética política e inteligencia emocional, hubiera valido más un gesto de reconciliación y disciplina puertas adentro que teatralizar castigos públicos—y menos aún con las cámaras listas. La política, como la vida, suele cobrar factura por este tipo de desplantes de fuerza.

El Crimen: Darle la Espalda

Como ya se sabe,en el mitin del pasado 9 de marzo, mientras Sheinbaum intentaba dar el mensaje “patriótico” al Zócalo lleno, los siguientes personajes estaban de espaldas, en plena pose para la cámara:

  • Andrés Manuel López Beltrán (“Andy”, el hijo corrupto ademas de incómodo de AMLO): 
  • Luisa Alcalde (la siempre presente ahora jefa de MORENA): (2)
  • Adán Augusto López (“el presidenciable que no fue” ahora multiseñalado por corrupto, bandido y narco): (3)
  • Ricardo Monreal (“el ironista del show”, coordinador en Diputados): (4)
  • Manuel Velasco (otro ex-presidenciable verde): (5)
  • Alejandro Esquer (“el dinero vaquero” de Palacio): 

Todos achicándose la estampa para la selfie, y dejando a la Presidenta como figurín secundario en su propio evento.

El Castigo: De Primera Fila al Corral

Ayer, la crónica de la humillación fue simple: ya no estaban en primera fila. Ahora fueron confinados tras el cerco de metal, como animales de exhibición. Ricardo Monreal lo resumió con humor negro y ese cinismo tan suyo: “Hoy nos encorralaron para no cometer aquel error”. Cuando le preguntaron si por fin los pusieron “en orden”, contestó aún más ácido: “No nos pusieron en orden; simplemente la Presidenta decidió poner unas vallas”.

Los Nombres y el Mensaje

Aquí no se salvó ni uno. Monreal siguió ironizando, diciendo que esto no era regaño, que la Presidenta les reconoció su chamba en las reformas (“yo lo sentí como un reconocimiento de ella a los senadores y diputados”). Pero la realidad es que el mensaje fue diarísimo: la Presidenta manda, y quien no se alinea recibe banca tras las vallas. Todo, claro, “sin romper” con el ex, porque hay que guardar formas aunque haya jitomatazos políticos.

El Apapacho y el Desdén

Después del discurso de Sheinbaum, Monreal y Adán Augusto, a quien no le quitan las sospechas de corrupción ni con cloro, se saludaron como si nada, diciendo ante cámaras que todo bien, que hasta la Presidenta fue amable y repartió sonrisas. El punto es: los que en marzo pensaron que podían ningunear a la Presidenta, hoy quedaron retratados (otra vez), pero ahora en la esquina de los vetados.

Con informacion: ELNORTE/

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