Lo que empezó como un reclamo legítimo terminó con una mano en la cara y otra en el cuello. En la Colonia Indeco Naranjo, al norponiente de Monterrey, Óscar Eduardo Jair, de 26 años, decidió responder con violencia a la incómoda pregunta de su pareja: “¿Quién te escribe?”
El macho moderno —modelo defectuoso, edición sin inteligencia emocional— no soportó el reclamo y se fue directo al manual del cobarde: levantar la mano. La víctima, también de 26 años, contó que ya no era la primera vez que discutían, pero el martes las notificaciones del celular detonaron la rabia de quien cree que el amor se demuestra con control y amenazas.
Una cachetada aquí, un intento de ahorcamiento allá, y después la fuga desesperada de ella para pedir ayuda. Minutos más tarde, patrullas de la Policía de Monterrey llegaron al domicilio, alertadas por el C-4, y detuvieron a Óscar Eduardo, quien ahora cambia el sofá por las frías bancas de una celda mientras el Ministerio Público revisa su caso.
Por fortuna, la historia no terminó en tragedia, aunque bien pudo. Porque aquí, en la ciudad donde todavía algunos creen que “los problemas se arreglan en casa”, una mujer más se salvó de ser estadística. Y un golpeador menos anda suelto.
Con informacion: ELNORTE/

y en qe termino este caso? al parecer el sujeto esta libre
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