La información oficial mas reciente, que reconoce que en el caso de 34 policías asesinados en Sinaloa desde septiembre de 2024, no existe una sola persona detenida, envía un mensaje contundente y alarmante a la ciudadanía: la impunidad en México no solo es estructural, sino que alcanza niveles que desafían incluso la lógica estadística y la ley de probabilidades.
No es casualidad ni azar que en todos los casos la moneda caiga siempre del lado de la impunidad del Cartel de Sinaloa: es reflejo de un sistema incapaz de proteger a sus propios agentes y de esclarecer crímenes, aun cuando las víctimas son quienes deberían investigar y combatir el delito.
Impunidad total: mensaje de desprotección y desconfianza
El hecho de que ningún asesinato de policías haya sido resuelto ,e incluso ello incluido en la cifra,pero cometido contra el agente federal cercano a Omar Garcia Harfuch.

Nada los acicala,no se inmutan,asesinados son cifras con invitacióna seguros matando.

En nueve embarazosos meses, muy pese a la gravedad de los ataques y la supuesta prioridad que deberían tener estos casos, evidencia una profunda incapacidad institucional, local,estatal,federal y militar.
La fiscalía estatal reconoce tener abiertas las carpetas de investigación, pero no ha logrado aprehender a ningún responsable, ni siquiera en flagrancia.
Esta situación refuerza la percepción ciudadana de que el acceso a la justicia está condicionado y que el esclarecimiento de los delitos depende más de la presión política o mediática que de la eficacia de las instituciones. El 77% de los mexicanos considera que la presión externa influye en la resolución de los delitos, y solo el 11% confía plenamente en las instituciones de procuración de justicia.
La “impudemia”: una enfermedad estructural
- La impunidad que tambien se advierte en Tamaulipas y el pais,es vista como una enfermedad crónica en México. El 99% de los delitos no se castiga y la “cifra negra” (delitos no denunciados) supera el 90%, lo que perpetúa la violencia y la desconfianza social.
- Entre las principales causas de la impunidad, los ciudadanos señalan la colusión de autoridades con delincuentes, la falta de investigaciones reales y la liberación de delincuentes por parte de jueces. Todo esto se agrava en el ámbito local, donde las fiscalías estatales muestran las peores tasas de esclarecimiento, especialmente en homicidios y delitos graves.
El absurdo estadístico: la ley del azar rota por la impunidad
- El hecho de que, en todos los casos de policías ejecutados, la autoridad nunca logre detener a los responsables, desafía la ley de probabilidades. Estadísticamente, sería esperable que al menos en algunos casos se lograra una detención, aunque fuera por azar. Sin embargo, la constante es la impunidad total, lo que sugiere no solo incapacidad, sino posibles complicidades o una descomposición institucional tan profunda que ni siquiera los crímenes contra agentes del Estado se resuelven.
Impacto social y político
- Este nivel de impunidad erosiona la legitimidad del Estado, fomenta la repetición de delitos y envía un mensaje de desprotección absoluta a la sociedad y a los propios cuerpos de seguridad.
- Además, la percepción de corrupción en las instituciones de seguridad y justicia es altísima: más del 96% de los delitos quedan impunes y la mayoría de los ciudadanos percibe corrupción en la policía y el sistema judicial.
Conclusión
La situación descrita no solo es un síntoma de la “impudemia” que corroe a México, sino que constituye un desastre institucional que atenta contra la seguridad, la justicia y la confianza pública. Cuando ni siquiera los asesinatos de policías se esclarecen, la impunidad deja de ser una estadística y se convierte en una certeza, rompiendo cualquier expectativa de justicia y dejando a la ciudadanía en total indefensión.
Con informacion: DEBATE/






