Un Congreso que legisla al ritmo de las órdenes del gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo , diputados que son más fieles que un perro callejero con hambre, y un sistema que, entre aplausos y complicidades, recicla delincuentes certificados en próceres del “cambio verdadero”.
El Poder Legislativo, ese ente que debería equilibrar los excesos del Ejecutivo, se ha vuelto un club privado donde la obediencia se premia con contratos y la disidencia se castiga con el exilio político. La catadura moral de quienes votan lo que les dictan desde el despacho gubernamental alcanza niveles escandalosos: levantan la mano no para representar al pueblo, sino para blindar al patrón.
La reforma fue propuesta por el Consejo Estatal Electoral pero de la autoría del gobernador Ricardo Gallardo,busca obligar a los partidos políticos locales a postular a una mujer en las elecciones de 2027, bajo el argumento de la paridad sustantiva, pues nunca en la historia del estado ha habido una gobernadora.
Gallardo y su partido, el Verde Ecologista, han forzado los tiempos para apurar los trámites legislativos: el viernes se aprobó el dictamen en la Comisión de Puntos Constitucionales y el domingo citaron al pleno del Congreso para votar la reforma a las 9:00 de la mañana, sin debatirla.
Los cambios a la Constitución local fueron aprobados con 19 votos de las bancadas del PVEM, PT, MC, PRI, Nueva Alianza y dos diputados panistas. Han votado en contra los seis legisladores de Morena y dos del PAN.
La reforma modifica tres artículos de la Constitución local y una buena parte de la Ley Electoral del estado, pero el artículo que ha dividido al oficialismo es el segundo transitorio, que establece: “Para el proceso electoral ordinario 2027, los partidos políticos, coaliciones y candidaturas independientes únicamente podrán registrar candidaturas de mujeres para la titularidad de la gubernatura del estado”. Un traje a la medida de la senadora Ruth González Silva, esposa del gobernador Ricardo Gallardo,el patrón de la mayoría del congreso.
Y el patrón, por cierto, no es un dechado de virtud. No lo decimos nosotros: lo dice su expediéntelo grita Morena,su aliada.
En 2015 pisó la cárcel federal acusado de delincuencia organizada. Hoy viste de traje aun indiciado en informes militares, se codea en eventos oficiales, y con total desparpajo va conseguir su propósito de dejarle el cargo a su esposa la senadora Ruth González Silva, como quien hereda una hacienda. La transición democrática convertida en negocio familiar.
San Luis Potosí bajo el manto del Partido Verde y Morena,se tragaron el cuento de los redentores reciclados y ahora el Legislativo se arrodilla ante un exreo con aspiraciones hereditarias, lo que se firma no es una ley: es la partida de defunción de la decencia pública.
Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/ERNESTO NUÑEZ/

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