Se cumple una década del asesinato del Dr. Rodolfo Torre Cantú, quien al momento de su deceso era candidato al gobierno del estado de Tamaulipas.
El atentado mortal de quién hubiera sido el rotundo triunfador de las elecciones, conforme a los resultados de las encuestas que se hicieron en ese tiempo, sigue siendo un crimen sin resolver.
No se esclareció el crimen a pesar de que la candidatura suplente, el gobierno del estado y el control del aparato judicial y policiaco se puso en manos del hermano del difunto, Egidio Torre Cantú, a quien por cierto muy pronto le resultó molesto el recuerdo y las menciones de su hermano el Doctor.
Con tantas herramientas para esclarecer el homicidio, que en su momento tuvo a su disposición el ex gobernador Egidio Torre, resulta extraño y sospechoso que hubieran optado por condenar al olvido este crimen, que no fue ni el primero ni el único que ha teñido de sangre el ejercicio de la política en nuestro estado.
Y UNO QUE SABE DEMASIADO YA TRABAJA PARA AMERICO:
¿Será que las pesquisas sobre este horrendo crimen conducen a motivos que podrían ensuciar al difunto y a su partido? ¿Será que los autores intelectuales y materiales tenían, y aún conservan, tanto poder como para evitar que la verdad se difunda?
En la misma fecha en la que los tamaulipeco eligieron a Eugenio Hernandez Flores como sucesor del matamorense Tomas Yarrington, el Doctor Rodolfo Torre obtuvo el triunfo en la elección de diputado local por uno de los distritos capitalinos.
Torre Cantú no sería diputado local por mucho tiempo, pues su amigo el Geño lo invitó a ocupar la titularidad de la Secretaria de Salud. Pero las tareas formales en la burocracia estatal, fue solo una parte de las responsabilidades encomendadas al galeno egresado de la Facultad de Medicina que la UAT tiene en Matamoros. La otra misión que le asignaron al Doctor Torre fue hacerse cargo de lo que llamaron la Representación Territorial (le llamaban erre tee) en Matamoros, que era una especie de vicegubernatura de facto, que el gobierno priista implementó para tener el control político y económico de los municipios más importantes, por supuesto por encima de los presidentes municipales.
Teniendo en cuenta que Rodolfo Torre Cantú estudio la universidad en Matamoros y fue por varios años una especie de vicegobernador o alcalde bis en la ciudad fronteriza que es cuna, sede original y capital del Cartel del Golfo, suena lógica la versión que señala al cartel de los Z, -creado por una escisión del Cartel del Golfo-, como el grupo delictivo que ordenó la muerte del candidato.
El fin del sexenio en el que gobernó Eugenio Hernández, y su proceso sucesorío, coincide con el rompimiento del Cartel del golfo con el grupo a cargo de ejercer las tareas violentas, que al independizarse fue bautizado con la ultima letra del abecedario.
Versiones no oficiales, -pues nada se ha dicho oficialmente- indican que los jefes de los zetas, con predominio en la capital del estado, convocaron a dialogar al inminente gobernador del estado para pactar el trato que recibirían... El Doctor no acudió a su llamado.
El hermano, Egidio Torre, vive como jeque árabe en San Pedro, Nuevo León, acusado de traicionar la memoria y el legado de su hermano, así como de traicionar a su partido. Que los panistas no lo toquen ni con el pétalo de una indagación o filtración en medios, prueba la condición de traidorcete del viejo del mostachón.
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