Después de que la senadora de Morena Andrea Chávez desplegó camiones promocionando su imagen en “caravanas de la salud” en su natal Chihuahua, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo informó que enviariá una carta a la dirigencia del partido guinda para sugerir que haya reglas, porque “no se debe adelantar nada”.
Que dijo la encargada del despacho presidencial:
“Voy a enviar una carta a la dirigencia de Morena, porque creo que tiene que haber reglas, no se debe adelantar nada”.
“No es ninguna orden, ninguna, no. Es una sugerencia de una militante bajo licencia de Morena, de ciertas reglas que tiene que poner el partido para que nadie se adelante a nada, eso yo creo que es importante. Entonces, lo he pensado, ahora lo hago público, creo que no se lo había platicado a nadie, pero creo que vale la pena poner ciertas reglas dentro del Consejo Nacional de Morena para cualquiera que legítimamente quiera participar en una elección que se va a dar, pero hasta 2027, ¿no? Entonces, hay que poner reglas, hay que recordar la ética de nuestro movimiento”.
La caricatura ilustra una evidente contradicción en la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum respecto a los actos anticipados de campaña.
En ella vemos dos espectaculares: uno de 2022 con la silueta de Sheinbaum y el hashtag “#EsClaudia”, y otro de 2025 con la figura de una jirafa y el hashtag “#EsDeKe…”. Irónicamente, entre ambos aparece un globo de diálogo que dice “…no se vale adelantarse…”.
Esta imagen refleja perfectamente la inconsistencia entre las recientes declaraciones de la presidenta y sus propias acciones pasadas.
Sheinbaum, quien ahora afirma con contundencia que “no se debe adelantar nada” y anuncia el envío de una carta a la dirigencia de Morena para establecer reglas, parece olvidar que su propia candidatura presidencial estuvo precedida por una intensa promoción anticipada.
La incongruencia del discurso presidencial
El caso de la senadora Andrea Chávez, quien desplegó camiones promocionando su imagen en “caravanas de la salud” en Chihuahua con miras a la gubernatura de 2027, ha provocado que Sheinbaum adopte una posición aparentemente ética: “Para nosotros no es llegar, no es un asunto de llegar al poder por llegar al poder, para nosotros lo más importante es la transformación del país”. Sin embargo, este discurso contrasta notablemente con la estrategia que la llevó a ella misma a la presidencia.
Doble estándar manifiesto
La presidenta se posiciona ahora como guardiana de la ética política al señalar: “Hay que poner reglas, hay que recordar la ética de nuestro movimiento”. Esta declaración resulta contradictoria cuando se observa que el movimiento que encabeza utilizó extensivamente la promoción anticipada de su figura, incluyendo espectaculares, eventos y propaganda con frases como “Es Claudia” mucho antes de los tiempos oficiales de campaña.
Evasión de responsabilidades
Cuando se le preguntó sobre posibles sanciones, Sheinbaum evadió la responsabilidad directa argumentando que “las sanciones partidarias le corresponden a la Comisión de Honestidad y Justicia”. Esta respuesta evidencia una estrategia de distanciamiento personal frente a las consecuencias políticas, mientras mantiene el control narrativo mediante “sugerencias” a la dirigencia partidista.
Las consecuencias de la inconsistencia
Esta falta de congruencia entre el discurso y la práctica deteriora la credibilidad de las instituciones y del proyecto político que dice representar. Si bien la presidenta afirma que su movimiento debe “dar el ejemplo”, la caricatura expone una realidad donde las reglas parecen aplicarse selectivamente según la conveniencia política del momento.

Es notorio cómo la senadora Chávez, tras ser señalada indirectamente por Sheinbaum, inmediatamente alineó su discurso al de la presidenta, evitando dar explicaciones a la prensa y limitándose a decir: “No voy a hacer declaraciones, ya les dije que estoy de acuerdo con la Presidenta”.
La verdadera transformación política que México necesita debe comenzar por la congruencia entre el discurso y la acción. Como bien ilustra la caricatura, no basta con proclamar que “no se vale adelantarse” cuando uno mismo se ha beneficiado de esas prácticas. El bien dicho definitivamente no es igual al bien hecho cuando las reglas que ahora se promueven no se aplicaron con el mismo rigor en el pasado.
Con informacion: Yahoo noticiás/





