Desde la creación de la Guardia Nacional (GN) el 30 de junio de 2019, hasta el primer bimestre de este año, se han dado de baja 9 mil 16 de sus elementos.
El número de bajas va en aumento. En 2019, la dependencia federal documentó una; en 2020, 312; en 2021, mil 691; en 2022, 6 mil 955, y en el primer bimestre de 2023, 57, de acuerdo con la respuesta a una solicitud de información realizada por EL UNIVERSAL vía transparencia a la Guardia Nacional.
Los motivos de las bajas que ocupan los primeros lugares son renuncia, con 8 mil 393 efectivos; defunción, 236; conclusión del servicio, 127 e incapacidad permanente, con 101.
Especialistas en seguridad consultados por este diario resaltan que una hipótesis del motivo de las bajas es que existe un desgaste de los uniformados y también que hay una tendencia de los mandos militares de cansar a los elementos que formaron parte de la Policía Federal, al relegarlos, asignarles tareas que no les gustan y quitarles responsabilidades.
Sergio Padilla Oñate, investigador del Instituto para la Seguridad y la Democracia, refiere que hay un desgaste en la forma en que está operando la GN y las diversas tareas que realiza.
Puntualiza que algunos efectivos participan en enfrentamientos, efectúan tareas de policía y, dice, para el personal castrense debe ser desgastante que los manden a un lugar para labores de policía de proximidad o incluso soportar rebeliones sin poder hacer mucho más que aguantar y dar la cara.
“Es un desgaste grande que está sufriendo la corporación por el tipo de despliegue al que se le está obligando… Teóricamente si la Guardia Nacional fuera como la Gendarmería en Francia o la Guardia Civil en España, debería ser una policía enfocada a terrenos rurales, con poca presencia estatal para combatir este tipo de amenazas intermedias, es decir, que no es un crimen común, pero tampoco son guerrillas”, externa Padilla Oñate.
El también profesor de la especialidad en seguridad pública de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM precisa que la Guardia Nacional es una policía municipal gigante; son soldados, pero efectúan tareas parecidas a las de las policías municipales, como operación de retenes, algunas detenciones y mantenimiento del orden, pero no se ve que sea un enfoque quirúrgico.
César Gutiérrez Priego, experto en derecho militar y seguridad interior, señala que muchos de los elementos que pertenecían a la Policía Federal no se adaptaron al cambio.
Explica que a pesar de que la Guardia Nacional es una policía de alcance federal, se había incrustado en la estructura de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y al menos administrativamente, hasta ahora utiliza reglamentos militares.
“La Guardia Nacional está sufriendo un desgaste en cuanto a todo el trabajo que tiene que estar realizando, porque debe de encargarse de las cuestiones del orden federal, también apoyar a las entidades federativas y muchos elementos no están acostumbrados”, asevera.
Víctor Hernández, profesor e investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, considera que la Guardia Nacional es una ficción jurídica. Resalta que desde su creación a la fecha alrededor de ocho de cada 10 de sus integrantes son personal del Ejército y de la Armada que sólo reciben un oficio de comisión y se les disfraza de guardia para fingir que son elementos de policía, pero en realidad es una corporación que nunca se consolidó.
El especialista en seguridad subraya que algunas de las bajas en la corporación se deben a un proceso de despido que aún no concluye de personal de la Policía Federal y muchas de sus quejas son que tienen menos prestaciones y estándares de vida.
El experto destaca que ha bajado la calidad del tipo de elementos a los que se permite el acceso a la corporación de seguridad, en un intento desesperado por tratar de pretender que la institución ya está consolidada y que realmente se podía construir una policía nueva durante un sexenio; sin embargo, lo que hicieron fue dejar que prácticamente cualquier individuo ingrese a la Guardia Nacional.
“Eso lo hemos visto reflejado en el número de incidentes que hay en las patrullas, videos del personal en estado de ebriedad (…) porque al querer cumplir con una meta, se acaba de poner en peligro a la ciudadanía”, sostiene Víctor Hernández.
Alan García Huitrón, maestro en Criminología y experto en temas de seguridad, comenta que las bajas pueden ser normales, pero ante una nueva corporación que está reclutando es un número significativo porque no se busca que renuncien, sino al contrario, que ingresen y permanezcan en la unidad.
“Hay mucha inconformidad dentro de la Guardia Nacional porque se fusionó lo que era antes la Policía Federal con miembros del Ejército y Marina, entonces hay muchos elementos de la otrora Policía Federal que están inconformes por las condiciones y tratos”, afirma.
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