El discurso de austeridad y la exigencia de vivir en la “justa medianía” han sido, desde su fundación, los pilares éticos y políticos que Morena y sus líderes han presumido como distintivos de la llamada Cuarta Transformación.
Sin embargo, la realidad cotidiana de muchos de sus principales cuadros y representantes ha desmentido sistemáticamente esos postulados, generando una brecha cada vez más visible entre el discurso y la práctica.
El “dinero y lo tarugo no se pueden ocultar”
La frase encaja a la perfección por los episodios recientes protagonizados por quienes se autodenominan exponentes del “humanismo” y la “transformación”.
En el caso de los morenistas y aliados de la 4T, el dinero -en forma de autos de lujo, viajes en primera clase, propiedades ostentosas y accesorios de marcas exclusivas- se exhibe sin pudor, pese a los reiterados llamados a la austeridad y la “justa medianía”.
Y lo tarugo,torpes,tardos y tarados (4T) ,les viene de su desempeño, de la falta de oficio, de la mediocridad a flor de piel y la poca congruencia, de esa incapacidad de ocultar la contradicción entre el discurso y la práctica, también a la vista de todos.
Porque no importa cuántas veces se firmen nuevos compromisos éticos ni cuántos lineamientos se aprueben: la realidad se impone y, como dice el dicho, ni el dinero ni lo tarugo se pueden esconder, quien quiere dinero si no lo puede expresar como a ellos y el resto del animalero politico les gusta.
Así, el broche de oro de esta etapa de la política “humanista y transformadora” es la evidencia pública de que, por más que se proclame la humildad y la vocación de servicio, los hechos muestran otra cara: la del poder que no resiste la tentación del lujo y la del político que, creyendo poder engañar a todos, termina por exhibirse a sí mismo. Ese es, sin duda, el colofón inevitable de una historia donde el discurso y la realidad marchan por caminos opuestos en Tamaulipas como en el resto de pais.
La contradicción entre los principios y la realidad
A pesar de que los estatutos del partido y los llamados reiterados de su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, insisten en la austeridad llegando incluso a presumir no tener cuentas bancarias-, la vida diaria de varios morenistas se caracteriza por lujos y ostentación: viajes en primera clase, camionetas blindadas, traslados en helicópteros o aviones privados, autos de lujo, residencias en el extranjero y exhibición de artículos de marcas exclusivas.
Cuando estos excesos salen a la luz, los involucrados suelen justificarse asegurando que los recursos provienen de su patrimonio personal y no del erario, pero en el fondo desoyen los principios y el llamado a la sobriedad que el partido exige, especialmente tras la firma de los “100 postulados de un/una morenista” que obligan a vivir en la austeridad.
El endurecimiento reciente: una respuesta a la presión pública
Tras una serie de escándalos recientes -como los viajes en helicóptero de Ricardo Monreal y Pedro Haces, el viaje en business class de Gerardo Fernández Noroña a Francia, la exhibición de autos de lujo por parte de legisladores y funcionarios, y la ostentación de artículos costosos por figuras como Olga Sosa-, la dirigencia nacional de Morena aprobó este 5 de mayo de 2025 un nuevo paquete de lineamientos internos para restringir los lujos y la opulencia entre sus militantes y aspirantes a cargos públicos.

Entre las nuevas reglas destacan:
- Prohibición de viajes aéreos en primera clase o en aeronaves privadas, sin importar si el recurso es público o privado.
- Prohibición del uso de vehículos blindados y servicios de seguridad privada, salvo justificación de seguridad.
- Prohibición de exhibir signos de ostentación material: joyería, ropa de marcas exclusivas, propiedades o automóviles de alto valor, restaurantes o turismo de lujo.
- Prohibición de usar recursos públicos para beneficio personal, familiar o de grupo.
- Prohibición de hacer turismo político o participar en congresos internacionales sin justificación indispensable.
- Prohibición de organizar eventos oficiales o privados con dispendio o lujo excesivo.
- Prohibición de recibir recursos de empresarios, proveedores o grupos de interés a cambio de beneficios políticos o partidarios.
La presidenta Claudia Sheinbaum y la dirigencia han enfatizado que estos lineamientos buscan regresar a los principios fundacionales del partido y corregir el rumbo tras los excesos y la desconexión con la base social.
La hipocresía reiterada: prohibir lo que ya estaba prohibido
El hecho de que Morena deba volver a aprobar reglas que ya estaban en sus estatutos y en los postulados firmados por sus cuadros revela una hipocresía estructural: los principios de austeridad y humildad han sido violados de manera sistemática por sus propios representantes, quienes, además, suelen justificarse con argumentos de legalidad formal pero no de ética política.
Casos paradigmáticos como el de Ricardo Monreal, quien defendió su uso de helicópteros privados argumentando que no usó recursos públicos, o el de Pedro Haces, quien ostenta un rancho de lujo y organiza fiestas para la élite morenista, muestran que la brecha entre el discurso y la realidad es profunda y persistente.

Lo mismo ocurre con la exhibición de autos de lujo, viajes internacionales y propiedades costosas por parte de otros funcionarios y familiares de figuras clave, como el caso de José Ramón López Beltrán, hijo del expresidente, cuya vida en mansiones en Houston desarmó el discurso presidencial de austeridad.
Reacción y escepticismo
Aunque la dirigencia de Morena ha advertido que quienes incumplan los nuevos lineamientos podrán ser sancionados -incluyendo la expulsión e inhabilitación para futuras candidaturas-, el escepticismo social es alto, pues la reiteración de estas prohibiciones evidencia que la disciplina interna ha sido débil y la rendición de cuentas, insuficiente.
En síntesis, el nuevo episodio en el que Morena vuelve a prohibir los lujos y la ostentación no es más que la confirmación de una hipocresía estructural: el discurso de austeridad y vida modesta que enarbola la 4T sigue contradiciéndose con la realidad cotidiana de sus cuadros dirigentes, quienes, lejos de vivir en la “justa medianía”, han normalizado el acceso a los privilegios que decían combatir.
Con informacion: REFORMA/MEDIOS





