Las ligas que presuntamente unen a integrantes del crimen organizado con políticos y aspirantes a una candidatura de Morena en Michoacán provocaron que la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a tierras del general Lázaro Cárdenas se realizara con altos niveles de tensión.
Un informe elaborado en lo alto de la Secretaría de Gobernación –desde los tiempos del entonces subsecretario Ricardo Peralta– alertaba que habriá tres tipos de candidatos a un cargo de elección popular en Michoacán en los comicios del 2021: los limpios, sin nexos con el crimen; los afiliados al Cártel Jalisco Nueva Generación y los miembros de los grupos criminales que pelean contra Nemesio Oseguera “El Mencho”.
Específicamente, ese informe expresa su preocupación por la cercanía entre integrantes del grupo criminal Los Viagras con miembros de Morena, quienes han organizado brigadas para pedir el voto a favor de candidatos en la zona de Tierra Caliente.
AMLO con Eliseo Delgado. Foto: Cuarto Poder.
En el expediente está una problemática fotografía de Andrés Manuel López Obrador tomada en 2018, cuando era candidato presidencial: el tabasqueño está sobre un templete, de perfil, usando una camisa de cuadros rojos y blancos, mientras sostiene en lo alto el brazo derecho de Eliseo Delgado Sánchez, quien fuera el nominado de Morena para ser el alcalde del violento municipio de Buenavista.
LA NARCOPOLÍTICA MICHOACANA
Una segunda fotografía muestra a Eliseo Delgado flanqueado por una mujer y un hombre que usan una blusa y una gorra de Morena, respectivamente. Y a su lado está un hombre a quienes fuentes de inteligencia ubican como la mano derecha de un capo conocido como “El Boto”, jefe de una célula de ""Los Viagras" conocidas como "Blancos de Troya". Datos del gabinete de seguridad aseguran que el morenista Eliseo Delgado –el hombre al que el hoy presidente apoyó en campaña– era la carta fuerte de "Los Viagras" para tomar control del municipio de Buenavista, clave para controlar la zona de aguacates y limones más frondosa de Michoacán.
En contraste, el Cártel Jalisco Nueva Generación tenía a su propio candidato y rival a vencer de Eliseo Delgado, según el informe de inteligencia criminal: el perredista Lorenzo Barajas.
Ambos se midieron en una campaña electoral marcada por el miedo y las amenazas. El triunfador fue el morenista Eliseo Delgado, pero ni siquiera pudo tomar posesión: el 20 de julio de 2018, siendo alcalde electo, un comando armado irrumpió en un restaurante del municipio que iba a gobernar y lo asesinó a tiros, mientras sostenía una reunión con su equipo de transición.
Un año después, en 2019, el rival de Eliseo Delgado, el perredista Lorenzo Barajas, fue asesinado mientras asistía a un baile en la comunidad de La Ruana. Su homicidio estaría relacionado con una serie de venganzas entre "Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación" que se activan en años electorales para tomar el control político de los municipios más cotizados del estado.
SIN FOTOGRAFÍAS INCÓMODAS
Por eso, en esta ocasión, el gobierno mexicano ha sido extremadamente cauteloso con la agenda del presidente Andrés Manuel López Obrador en Michoacán, especialmente a la hora de ubicarlo junto a candidatos de Morena que podrían tener un pasado y presente ligado al crimen organizado.
Pero para no desairar a los integrantes de grupos criminales, y provocar su enojo, la versión oficial es que la contingencia sanitaria –y la parcialidad que hay que guardar con los candidatos– impide al presidente Andrés Manuel López Obrador reunirse con liderazgos locales.
Por ejemplo hubo quien se quedariá con las ganas de citarse con el presidente, un personaje conocido en Michoacán como “El Chunde” –ligado en diarios locales y redes sociales al grupo criminal de Los Viagras– quien a finales de año publicó un video en Youtube y Twitter pidiendo apoyo del gobierno para formalizar su propio grupo de autodefensas.
Respaldado por decenas de personas cuyo rostro está cubierto por cubrebocas, solicitaba presencia de la Guardia Nacional para detener el avance de sus enemigos, el Cártel Jalisco Nueva Generación, en la zona conocida como “El Aguaje”.
“Señor presidente (...) le pedimos de favor que nos apoye con el gobierno. Le hemos pedido de mil maneras que venga a apoyarnos y no, no hay presencia del gobierno acá (...) Apóyenos, aquí estamos para esperar al gobierno, porque si no tendremos que levantarnos y ya tenemos poquitas armas y vamos a buscar más. No queremos a esos cabrones para acá, son los ‘jaliscos’”, dice el hombre identificado como “El Chunde”.
LA VIOLENCIA AMENAZA A MORENA
El cuidado ha sido especialmente alto en esta gira –la primera del año y la octava en Michoacán desde que Andrés Manuel López Obrador es presidente– debido a que el objetivo del viaje fue inaugurar tres cuarteles de la Guardia Nacional en los municipios de Maravatío, Zamora y Cotija.
Se trata de una reacción desde Palacio Nacional a una realidad que el propio presidente ha tenido que admitir: en Michoacán –y Guanajuato– la estrategia de seguridad no ha funcionado y los homicidios siguen subiendo, acelerados por la guerra entre más de 10 grupos criminales en la entidad.
"Está aumentando la incidencia delictiva en Michoacán. Está siendo Guanajuato y Michoacán los estados que nos están preocupando, más en lo que tiene que ver con violencia. (La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana) Rosa Icela está pendiente, ya está incorporada completamente, todos los días tenemos nuestra evaluación", dijo el presidente en la conferencia matutina del 6 de enero pasado.
Al interior del gobierno federal, y de Morena, reconocen que el partido del presidente arranca como favorito en las elecciones para gobernador y más de la mitad de los municipios; sin embargo, la violencia y la presencia del crimen organizado podría destronar a los morenistas del primer lugar en las encuestas.
El presidente está blindado, a prueba de imágenes comprometedoras que puedan poner en duda su combate al crimen organizado. ¿Lo estarán los electores de Michoacán?
Con informacion.-@emeequis/