Arreglado por Humberto Zurita Eraña subsecretario de Gobierno, brazo ejecutor de César Verástegui Ostos El Truco, el ex diputado local Ciro Hernández Arteaga aquel a los que los altamirenses veían como buen perfil como candidato a la alcaldía de Altamira por Morena, dio su brazo a torcer ante el gobierno de Cabeza de Vaca antes de que fueran efectivas dos demandas penales por el presunto acoso sexual a menores, una de ellas NUC: 28/03/093/00595/2020 carpeta en la Segunda Unidad General de Investigación en Altamira de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) de Tamaulipas.
Ciro Hernández de vocación monaguillo fue impuesto por la iglesia católica dentro de la política del PRI en Altamira donde por su conducta “honesta” por el clero rápido escalonó como servidor público de tesorero, a síndico, después a contralor y luego a diputado local esta última candidatura fue invitado por el PAN.
La mayor parte de su vida Ciro Hernández ha vivido del erario público, se da golpes de pecho como alma caritativa ayudando al prójimo, ahora que se quedó sin empleo se la pasó atacando al gobierno municipal panista de la alcaldesa farsante Alma Laura Amparán Cruz, incluso dijo al que esto escribe que se le iba a plantar afuera de su casa en el Ejido Medrano donde la jefa de la comuna se mandó a pavimentar su calle a base de concreto hidráulico.
El interés de Ciro Hernández mercenario de la política, es primero él, luego él y por último Altamira, su sueño es gobernar el pueblo, puerto industrial que se pelean tres grupos de poder: el de Juvenal Hernández Llanos, Romana Flores y Geraro de la Portilla, el interés de ellos son los bancos de materiales en la Pedrera, el del ejido Medrano y en el ejido El Fuerte; el otro frente es el del remedo de diputado Miguel Gómez Orta, Javier Gil y Armando López que su interés son contratos de obra a sus constructoras y el último frente es el del bandido Pedro Carrillo y la sobrina Griselda Carrillo.
Al sumarse a los “rateros e indolentes” como tanto llama Ciro Hernández a los panistas, a los despreciados “panistas” que gobiernan Altamira, aquellos que lo veían como candidato peligroso por Morena, lo aplacaron ofreciéndole la candidatura a la alcaldía por el PAN, a Alma Laura Amparán -hija- una diputación local y al merolico con suerte que votó a favor por endeudar a Tamaulipas Miguel Gómez Orta la candidatura a la diputación federal.
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