No salen las cuentas y Adán Augusto López se ha vuelto a meter en una nueva polémica. Durante los últimos días, las oficinas del Senado han ido recibiendo centenares de cajas de libros. En concreto, 17.000 ejemplares de Grandeza, el último libro recién publicado del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Son una especie de regalo adelantado de Navidad por parte del jefe de la bandada morenista dirigido a sus 67 compañeros. Los senadores de la oposición, además de quedarse sin regalo, se han lanzado a criticar una compra que, contando con que el precio de venta del libro es de 448 pesos, ascendería a casi 8 millones de pesos.
La respuesta de López ha seguido el patrón de sus últimas polémicas, que lo han tenido desde el verano en el ojo del huracán. Entre la ambigüedad y la jactancia, el poderoso senador afirmó que los compró con su dinero, y no a cargo del presupuesto público, pero no aclaró la cifra exacta ni los destinatarios.
Preguntado específicamente si los pagó de su bolsillo, López respondió: “Bueno, pues uno hace el esfuerzo. Yo tengo la previsión de que con mis ahorros de este año… algunos regalan vinos, corbatas, quesos. Yo prefiero regalarles libros”.
El tono recuerda a las explicaciones que dio a finales de septiembre, cuando una investigación periodística señaló que entre 2023 y 2024, el exgobernador de Tabasco recibió 80 millones de pesos que no presentó en su declaración patrimonial ante el parlamento. La polémica llevó incluso a la presidenta, Claudia Sheinbaum, a pedir en público a López que diera una explicación. López acudió a su fortuna familiar, en concreto a una herencia de su padre, así como a su propio trabajo como notario. “A mí me contratan, modestia aparte, pues soy el notario público de mayor éxito en la historia de Tabasco, sin agraviar a mis compañeros notarios”.
En esta nueva polémica, el senador dijo no recordar exactamente la cifra de compra pero afirmó que negoció “un precio especial con la editorial [Planeta], porque una cosa es el precio de producción y otra cosa es el precio, digamos, al librero”. Y añadió que fueron “como ciento y tantos pesos cada uno”. Con las nuevas cuentas, saldría una suma total de 1.7 millones de pesos. En principio, el objetivo es que cada senador entregue un puñado de libros en cada uno de sus Estados a los simpatizantes de la Cuarta Transformación. Pero el asunto se ha ido enmarañando más a medida que algunos senados han dicho que ellos fueron los que compraron los libros. Por ejemplo, Eugenio Segura, legislador por Quintana Roo, afirmó haber comprado 10 cajas, con 200 libros, a 600 pesos cada uno, por encima incluso de los 448 pesos de la venta al público.
Adán Augusto, como es más conocido, es un peso pesado dentro del partido. Amigo personal del expresidente y su mano derecha como secretario de Gobernación, López llegó a ser precandidato presidencial. Tras caer en las primarias y con la victoria final de Sheinbaum, tiene el influyente cargo de jefe de la bancada morenista en el Senado. Hábil y veterano operador político, algunos de sus movimientos durante esta primera legislatura han provocado roces entre el oficialismo. En ocasiones, ha impulsado una agenda distinta a la de la presidenta, que para las reformas de calado necesita del encaje de sus socios parlamentarios.
Las polémicas y acusaciones internas empezar ya durante las primarias de Morena, cuando sus competidores le acusaron de recibir millones de pesos, para promoción y publicidad, provenientes de empresas privadas que dejó fuera de su declaración patrimonial. Desde este verano se le han ido acumulando los problemas a quien el expresidente López Obrador considera “un paisano, amigo y compañero entrañable”.
La detención de su jefe de policía, Hernán Bermudez, durante su breve mandato en Tabasco, desató una oleada de acusaciones en torno a haber nombrado como secretario de seguridad a alguien que dirigía con una mano la policía del Estado y con la otra, una célula local del Cártel Jalisco Nueva Generación, una de las mafias más poderosas del país. Luego se conocieron los sustanciosos contratos de obra pública recibidos por sus amigos, los pagos multimillonarios de particulares cuando era servidor público o por las inconsistencias de su declaración patrimonial.
Durante meses, la catarata de polémicas parecía que podía terminar erosionando al veterano operador, incluso al punto de darse una renuncia o salida pactada. Pero vendaval amainó, Adán Augusto siguió en su cargo al inicio del nuevo curso legislativo y su figura ha sido clave, por ejemplo, para desatascar uno de los movimientos institucionales de más peso en lo que va de sexenio. La inédita renuncia de Alejandro Gertz Manero a la Fiscalía General de la República no se entiende sin la operación a varias bandas del jefe de la bancada morenista.
Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/DAVID MARCIAL PEREZ/
