México tiene ese raro talento para repetir recetas que ya nos intoxicaron. El menú de este sexenio promete “orden y eficacia”, pero la cocina huele sospechosamente a lo mismo: un nuevo chef con apellido García y la misma cucharota del poder centralizado. El país se sienta a la mesa con la esperanza de un platillo distinto, pero en cuanto el cocinero afila sus cuchillos, el comensal empieza a sospechar: ¿no hemos probado ya este guiso?
Porque si alguna lección dejó Genaro García Luna y Felipe Calderon con el mismo ejercito, fue que la cocina del poder, cuando se cierra y acumula el fuego en una sola parrilla, termina con los ingredientes quemados y el pueblo indigesto. Ahora, entre los aplausos y los flashes, se vuelve a servir el mismo estilo: “orden primero, transparencia después”. Y claro, con la receta secreta guardada bajo llave.
Harfuch asciende mediaticamente con el aura inflada del policía eficaz , del estratega técnico, el hombre que “pone en orden la casa,pero lo hace con los reductos de la vieja policia federal que fue parte del desorden.
Pero entonces habrá que preguntar: ¿orden para quién y a costa de qué? Porque detrás de cada mano firme, de cada mano dura,hay una sombra que crece, saldo de un combate selectivo, mas de una caprpeta que no se investiga si son protegidos del gobierno,expedientes que no se abren y una élite conminada a aplaudir mientras el resto se empacha. El déjà vu está servido, y México, como siempre, lo vuelve a prubar con resignado apetito,aunque sabe que no le gusta porque ya sabe a que sabemos violencia, mas muerte y mas levanton,como con Calderon,pero sin que el tenga la culpa.
El Fracaso es mas probable con una Fórmula Repetida
El escepticismo no es gratuito, porque aqui el optimista resulta ser un pesimista, solo que esta mal informado. Cuando se repiten errores del pasado como el poder centralizado,es mas una invitación al derrumbe que al triunfo, destacando una receta probada como mala , el control absoluto en manos de otro García,tambien conlleva fallar absolutamente ,no se debe soslayar que el que hoy los combatir,en el pasado se «dejaba querer».
El déjà vu del poder en un solo hombre: buena en teoría, tóxica en la práctica. Si la fórmula falló una vez, esta segunda ronda no salva la mesa, solo la quiebra. Porque «Si algo puede salir mal, saldrá mal»,como citan las leyes empíricas de Murphy.
No por nada llevamos mas de 720 mil muertos,siempre esperando un resultado distinto, pero siempre haciendo lo mismo.
Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/PABLO FERRI/
El Tren Maya tenía una misión: ser el motor para revertir el histórico atraso del sureste mexicano. El expresidente Andrés Manuel López Obrador apostó a que atraería el turismo, detonaría la economía y conectaría a las comunidades locales.
A un año de que se inauguró por completo la obra, que atraviesa cinco Estados a lo largo de 1.500 kilómetros de vías, el tren ha impactado de manera muy superficial la vida de los turistas y pobladores. Aun en temporada alta, los trenes circulan casi vacíos en algunos tramos, y en las estaciones suele haber más guardias nacionales y empleados de limpieza que visitantes, según ha constatado EL PAÍS.
Un informe clasificado del Fondo Nacional de Fomento al Turismo al que ha accedido este periódico preveía que, en su primer año de operación, el Tren Maya transportaría al menos a 74.000 personas diariamente. La realidad es que, según cifras oficiales, el tren trasladó de media a 3.200 pasajeros diarios, un 5% de lo proyectado.
El turismo internacional que visita la península mexicana sigue dependiendo, en su mayoría, de las compañías de viajes, que arman itinerarios con empresas de autobuses, vinculadas a su vez con los grandes hoteles y restaurantes, mientras que los habitantes y trabajadores locales hacen su rutina con el transporte público, taxis o motos particulares. Hay pobladores que nunca se han subido al tren, pese a que el Gobierno ofrece tarifas preferenciales para ellos. El expresidente se empeñó en este ambicioso proyecto al grado de confrontarse con los jueces, que suspendieron varias veces la construcción por los enormes daños causados al medio ambiente, entre deforestación y destrucción de cenotes.
Para los pobladores, el escaso descuento que les ofrece la compañía militar que opera el Tren Maya se anula con el costo del transporte que deben costear para llegar a las estaciones. “Nosotros acá nos movemos en moto, u ocupamos los taxis. El tren, de mi pueblo, está lejos. Si yo quisiera moverme en tren, básicamente tendría que gastar doble. Para ir a Mérida, tomo el autobús. Es más directo y más barato”, explica Héctor Chan, un guía turístico en la zona arqueológica de Chichén Itzá, uno de los principales atractivos de la península. Los turistas se agolpan en torno a la imponente pirámide de Kukulcán, toman fotos y se autorretratan. Algunos se colocan enfrente de la edificación y chocan las palmas para comprobar el curioso fenómeno acústico que devuelve el sonido como un rugido. “Nosotros nos imaginábamos algo diferente con el tren”, dice Chan, “que iba a llegar muchísima más gente. Los turistas siguen llegando, pero con las compañías de tours”.
Los visitantes confirman la explicación del guía turístico. Cosina, una mujer de Alemania, ha preferido alquilar un auto, porque le parece más práctico. Nunca había oído del Tren Maya. “Justo me estaba preguntando estos días si había trenes en México. Ahora lo sé”, comenta. Víctor, de Portugal, dice que durante los días que ha estado de visita no ha visto indicaciones para usar el tren, así que ha contratado un tour. “Creo que lo promueven muy poco”, observa. Yannick y su amigo, también alemanes, eligieron, por flexibilidad, rentar un auto. “Puedes ir a donde quieras, cuando quieras. Es quizá más caro, pero más conveniente”, señalan. Una familia de Polonia acompañada de sus dos hijos pequeños pagó un tour porque, dicen, se sienten más seguros. “Si no trajéramos a los niños, sin duda nos subiríamos al tren”, sostienen. Candela, de las Islas Canarias, solo sabe del Tren Maya lo que ha leído: recuerda que hubo manifestaciones para frenar su construcción porque “lo hicieron dentro de la selva”; ella y sus cuatro amigos contrataron también un tour. ¿Han pensado en utilizar el tren? “La verdad es que no”, resuelve ella.
El Ejército, al que López Obrador entregó el control del Tren Maya, se ha lanzado a la caza de visitantes. Además de invertir 74 millones de pesos, casi cuatro millones de dólares, en publicidad en televisión, radio y redes sociales, en noviembre y diciembre ha bajado a la mitad el precio del pasaje redondo para todos los turistas. Es lo que ha permitido a algunas familias abordar el tren por primera vez. Es el caso de María del Refugio Eusebio, que ha viajado con sus hijos, nieto y hermana desde Hidalgo. “Queríamos vivir la experiencia, porque se habla mucho del Tren Maya, y lo queríamos conocer. Está nuevo, bonito, cómodo”, observa. “Pero”, precisa, “sin esta promoción, yo creo que no habríamos venido, porque es algo caro”. Los precios varían en función del trayecto recorrido. El tramo de Mérida a Cancún, uno de los más concurridos, cuesta entre 780 y 1.040 pesos en clase turista (entre 43 y 57 dólares).
El Tren Maya es un punto de encuentro de contrastes. Al margen del descarrilamiento que sufrió uno de los trenes en agosto, que no dejó daños graves ni víctimas, el tren funciona correctamente. Así lo aprecia Pablo Piquero, un ingeniero español que trabaja para una firma de trenes, que se ha subido para recorrer todo el circuito por “curiosidad profesional”. “Algunos de sus problemas son enfermedades de juventud. La línea no está montada del todo. Con el paso del tiempo, se solucionarán. Fuera de eso, el tren es moderno y funciona bien. El personal trata muy bien a la gente, mejor que en Europa”, afirma. Las estaciones están limpias, lo mismo que el interior de los coches; la puntualidad es indiscutible; la vigilancia, a cargo de elementos de la Guardia Nacional, es permanente en el tren y las instalaciones. “Yo me siento muy segura aquí. No hay manera de que se suba un maleante a asaltar o que alguien se robe tu equipaje”, aprecia Reina Kinil, que viajaba desde Tenosique (Tabasco) a Cancún (Quintana Roo), un trayecto de 12 horas, acompañada de su numerosa familia.
Aun con todo, persisten fallos que amargan la experiencia. No hay wifi en el tren. No hay persianas para protegerse del sol. Las conexiones eléctricas no siempre funcionan, lo mismo que el aire acondicionado. El mayor problema es que las estaciones están ubicadas lejos de los centros poblacionales, lo que desincentiva su uso. No solo es la distancia: tampoco hay una red de transporte accesible que conecte con las terminales.
En los principales destinos turísticos o ciudades, el Tren Maya dispone autobuses por un precio que para los locales no es barato (entre 60 y 80 pesos, de tres a cinco dólares); además, los horarios de las corridas son limitados. Una viajera recuerda la vez que llegó en el último tren a Cancún y no encontró el bus. En medio de esa inconstancia, los taxis se han vuelto la única alternativa, y han establecido arbitrariamente una tarifa mínima de 250 pesos (14 dólares). Por ello, los pobladores siguen optando por las tradicionales terminales de autobuses, que están dentro de las ciudades.
A las diez de la mañana, el estacionamiento de Chichén Itzá está repleto de autobuses turísticos y vans. El transporte que parte de la estación del Tren Maya, ubicada a 14 kilómetros, llega casi sin gente. Un vendedor de artesanías dentro de la zona arqueológica, llamado Luis, dice tajantemente que el tren no ha ayudado a mejorar su economía familiar.
“A nosotros como pueblo no nos beneficia en nada. Así de claro”, sostiene. “Se destruyeron monumentos y cenotes. Fue un negocio de los empresarios con el Gobierno, a nosotros los mayas no nos tomaron en cuenta”, critica. El comerciante acusa que los turistas extranjeros no les compran sus artesanías, aconsejados por las propias compañías de tours, que tienen convenios con las grandes tiendas.
El poblado de Bécal, cercano a la estación de Calkini en Campeche y reconocido por los sombreros que los artesanos fabrican desde hace décadas adentro de las cuevas, es ajeno al gentío de Chichén Itzá. A las tres de la tarde, la plaza principal está desértica. Los locales de comida comienzan a cerrar, ante la falta de clientes. El sombrerero Felipe Canto, de 77 años, cuenta que hay semanas enteras en que no recibe visitantes y no vende. “Pero yo soy como las hormigas: cuando hay, junto, y de ahí voy sacando un poco”, ilustra. Como muchos otros pobladores, nunca ha usado el tren. Para, por ejemplo, ir a conseguir material para su trabajo, “no sirve”, dice. Y, tratándose de un viaje de placer, prefiere no descuidar su tienda, por si se aparece algún día el tan esperado visitante.
Otro artesano, José Uicab Caamal, tiene mejor suerte, y suele recibir grupos de turistas extranjeros que llegan a bordo de camionetas. El atractivo de su tienda es que tiene acceso a una cueva al interior de su taller, donde hace demostraciones del tejido de los sombreros. El constante contacto con la humedad de la cueva le ha provocado una especie de ronquera permanente. “Me han recomendado que cobre a la gente por la visita, pero yo no he querido hacerlo. Lo que yo quiero es que me compren sombreros”, dice. Hace unos días, cuenta, el personal de la compañía del Ejército vino a verlo para pedirle un favor grande: que comente a los visitantes extranjeros, esos que llegan en carro, que el Tren Maya está de promoción.
Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/EL PAIS/ZEDRYK RAZIEL/CARLOS CARABAÑA
En los primeros 10 meses del año, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha generado un hueco financiero al Gobierno de 284 mil millones de pesos, que equivale a casi cinco veces el presupuesto de la Secretaría de Salud, de acuerdo con un análisis de México Evalúa.
Eso, en cristiano y con la irreverencia debida, significa esto: el Gobierno está sangrando la chequera para sostener a Pemex, y para tapar ese hoyo de 284 mil millones está recortando obra, medio ambiente y hasta salud.
Qué es el “hueco” de 284 mil millones
A nivel de la banqueta, “hueco financiero” quiere decir que a la caja del Gobierno le faltó lana que ya contaba como segura.
El plan era que el petróleo dejara una ganancia neta; en cambio, Pemex salió tan caro que el Gobierno terminó con 284 mil millones menos de lo que esperaba tener disponible.
Cómo se arma el boquete
Pemex sí mete algo de dinero, pero saca mucho más del erario: aportó 204 mil millones, pero el Gobierno le transfirió 386 mil millones, o sea, saldo negativo de 182 mil millones solo por ese flujo directo.
Además, Hacienda había presupuestado 234 mil millones de pesos netos de ingresos petroleros, y el resultado quedó 417 mil millones por debajo de esa meta; al sumar y restar todo, el boquete final es de 284 mil millones.
Qué se está dejando de hacer
Ese hoyo equivale a casi cinco veces el presupuesto de la Secretaría de Salud de ese periodo; en la práctica es como si tuvieras dinero para cinco hospitales y se lo aventaras a una empresa que no deja utilidades.
Para cuadrar las cuentas, el Gobierno recortó hasta 29% a Infraestructura, casi 30% a Medio Ambiente y 26% a Salud frente a lo que tenía programado, es decir, se paran o retrasan obras, servicios y programas mientras se sigue inyectando a Pemex.
Por qué duele más: deuda y costo financiero
Mientras Pemex chupa recursos, el costo de la deuda pública ya ronda un billón de pesos al mes de octubre, su nivel más alto en 25 años, encarecido casi 8% real contra el año previo.
La deuda total del sector público ampliado (Gobierno, Pemex, CFE, IMSS, ISSSTE, banca de desarrollo) ya llega a unos 18 billones de pesos, creciendo más que la economía, lo que significa más lana para intereses y menos para servicios públicos.
En términos de cantina
Si el Gobierno fuera una familia, Pemex es el tío que gana bien pero se lo revienta todo, llega endeudado y cada mes hay que pasarle dinero, así que se recorta en comida, medicinas y reparaciones de la casa para seguir sosteniendo al tío.
Mientras no se haga rentable a Pemex ni se ponga un alto a esos apoyos “extraordinarios”, el boquete se seguirá tapando con menos hospitales, menos carreteras y más deuda, aunque en el discurso se venda como “rescate de la soberanía energética”.
Doce presuntos integrantes de una célula dedicada a la extorsión, dicen que fueron detenidos mediante órdenes de aprehensión, luego de que autoridades federales y estatales, las mismas que permitieron que operarar, dice los detectaron que operaban desde el Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Reynosa, utilizando más de 80 números telefónicos y 70 cuentas bancarias para exigir depósitos a víctimas, principalmente adolescentes y adultos mayores de Matamoros.
La acción dicen,fue resultado de trabajos de inteligencia realizados por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y titipuchal de autoridades mas.
Per no dicen, que el gobierno de Tamaulipas,el de MORENA y AMERICO VILLARREAL,es el resonsable directo de que estas células afiliadas al Cartel del Golfo hayan operado sin resistencia, por lo que vender como triunfo lo que huele a podrido desde kilómetros de distancia,es un abuso contra la inteligencia colectiva, pues ciudadanos no son idiotas.
Resulta que, bajo el brillante mando de quien debía mantener el orden en los penales, las cárceles se convirtieron en centrales telefónicas del crimen. Los reos no solo gozan de mejor señal que medio estado, sino que hasta montaron su propio “call center” de extorsión. Todo esto, claro, mientras el gobierno presumía la existencia de decenas de inhibidores de señal que, curiosamente, inhibian todo menos el delito.
Ademas gobiernan carteles
Los informes penitenciarios oficiales no mienten: los penales de Reynosa y Matamoros siguen bajo el autogobierno del Cártel del Golfo, mientras los responsables públicos se refugian en diagnósticos maquillados que reprueban… pero no incomodan. El autogobierno carcelario se ha vuelto una tradición local, una especie de franquicia del caos que se repite con precisión institucional en cada penal del estado.
Y justo cuando las evidencias apuntan a descontrol, el gobierno sale con su discurso de victoria: “hemos reforzado la seguridad”, dicen, mientras los extorsionadores siguen marcando desde el penal con la misma facilidad con la que un funcionario evade responsabilidades. Si la corrupción fuera deporte olímpico, Tamaulipas ya tendría asegurado el oro, la plata y el bronce. Pero no, aquí prefieren llamarlo “logro, victoria contra la extorsion,aunque la historia se siga repitiendo en todo el estado y no solo por teléfono».
La estrategia va viento en popa: mientras Fuerza Civil de N.L se dedica a reforzar carreteras, lo mismo en la peligrosa rumbo a Reynosa que la no menos letal a Nuevo Laredo, el crimen organizado refuerza ejecuciones. Diciembre ni siquiera ha cumplido su primera semana y ya se perfila para competirle a los meses más sangrientos del año.
En Doctor Arroyo, los automovilistas tuvieron su propia versión del “¡Feliz lunes!”: dos hombres desmembrados a la orilla de la carretera a Matehuala, como recordatorio de quién manda en la ruta. El mensaje del grupo criminal, por supuesto, quedó bajo llave. No sea que al divulgarlo se altere la paz social o el buen ánimo decembrino.
Los restos eran tantos que las autoridades no sabían si estaban contando víctimas o piezas de rompecabezas. “Dos cabezas, dos torsos, extremidades sin precisarse cuántas.” La frase parece escrita por Kafka, pero es el parte policial. A unos cuantos kilómetros, un retén militar; los delincuentes, prácticos, decidieron dejar la mercancía antes de pasar por revisión.
En Linares, la tragedia se repitió con otra puesta en escena. Dos cuerpos con las manos amarradas fueron encontrados en Gatos Güeros, como si la geografía rural fuera ahora el catálogo de horrores del Estado. Los familiares, con la angustia a cuestas, llegaron antes que la justicia. Y la sospecha—triste, inevitable—se confirmó en las ropas y los rostros: eran los desaparecidos de la semana pasada.
Así arranca diciembre: con retenes, con comunicados, con patrullas que giran en círculos. La Fuerza Civil vigila el asfalto; el crimen, el territorio. Y entre ambos, el ciudadano atascado en medio, esperando que al menos el año nuevo traiga mejores titulares que “hallan restos.”
Parece que los astros también cooperan con la justicia gringa, porque a Ismael “El Mayo” Zambada —ese eterno fantasma del narco que logró evadir a la justicia por mas de 5 décadas que lo convirtieron en el «Boss» de Sinaloa ,muy y gracias a 8 sexenios de corruptos aun impunes en Mexico,lo mismo politicos de todas las religiones y credos,investidos de gobernadores o con uniformes de autoridad de todos colores,incluidos aquellos Generales que sin honor ,valor,lealtad ,ni sacrificio lo protegieron.
La audiencia de sentencia esta programada para el 12 de enero de 2026,11 dias después de que el capo cumpla los 78 años de edad.
Y claro, el viejo capo no podía despedirse sin su numerito moralista. En su declaración, habló de su vida criminal con la dulzura de quien recuerda su primer amor, solo que aquí el romance fue con la mariguana del 69.
“Pido perdón a los que han sufrido”, dijo, con la misma entonación de un cura en retiro que confiesa haberle robado las hostias al arzobispo. Lo suyo no fue una epifanía espiritual, sino una estrategia cósmica: los capricornio siempre buscan cerrar ciclos —aunque esos ciclos incluyan toneladas de cocaína y silenciar testigos a la antigüita.
El juez Brian Cogan le reprogramó la cita como quien adelanta una colonia porque la astrología no miente: el 13 trae mala suerte, y a Zambada le siguen alcanzando los reflejos supersticiosos. Quizá teme que Mercurio retrógrado le complique la sentencia, o que Saturno, su planeta regente, lo ponga a meditar sobre karma mientras el jurado respira en estéreo.
El Mayo,nacido el 1 de enero de 1948, cerrará su ciclo solar 11 dias después de cumplir 78 años, pidiendo perdón con voz cavernosa e imagen de abuelo arrepentido, cuando en realidad lo que hace es lo que todo Capricornio haría: calcular fríamente la conveniencia de cada palabra, cada gesto y cada lágrima. Porque hasta en la redención, los viejos narcos aplican la misma lógica que en el negocio: nada se hace gratis y todo se factura… incluso el remordimiento.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, formalizó la creación de un cuerpo de agentes de élite adscrito a la Unidad Nacional de Operaciones Estratégicas (UNOE), pese a que la SSPC ya no tiene bajo su mando ninguna corporación policial.
El acuerdo, publicado ayer lunes en el Diario Oficial, delega a la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial (SIIP) la facultad de integrar este cuerpo para dirigir investigaciones y operaciones basadas en inteligencia, análisis y tecnología. La UNOE, directamente adscrita a la SIIP, coordinará sus trabajos.
La creación del nuevo cuerpo de élite de Harfuch es, en los papeles, un experimento de “inteligencia avanzada”; en la realidad mexicana, huele a refrito de los mismos grupos especiales que terminaron con credenciales oficiales en una mano y la nómina del crimen en la otra.
Qué dice el acuerdo
Omar García Harfuch formalizó en el Diario Oficial un “cuerpo de agentes de élite” adscrito a la Unidad Nacional de Operaciones Estratégicas (UNOE), bajo la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial (SIIP).
Ese cuerpo se diseña para investigaciones y operaciones basadas en inteligencia, análisis y tecnología, coordinadas por la UNOE, que responde directamente a la SIIP.
El acuerdo deja en manos de la persona titular de la UNOE la organización, coordinación y operación del grupo, aunque ni siquiera está claro quién ocupará la subsecretaría después del movimiento de Héctor Elizalde Mora a la AIC de la FGR.
El aparato que lo sostiene
La SIIP es la llave de la Plataforma Central de Inteligencia (PCI), un monstruo de datos que conecta fuentes públicas y privadas para nutrir estas operaciones “estratégicas”, con un margen enorme para vigilancia masiva sin controles visibles.
La UNOE empezó a operar desde la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, con unos 250 elementos y la meta de cerrar el año con 800, entrenados por unidades de élite de Estados Unidos, Colombia, España y Francia.
Aunque la SSPC ya no manda ni sobre la Guardia Nacional ni sobre la AIC, conserva al Servicio de Protección Federal y piezas del Centro Nacional de Inteligencia, suficientes para armar una red operativa civil alrededor de Harfuch.
El reglamento bonito, la realidad fea
El nuevo reglamento interior de la SSPC no nombra a la UNOE, pero sí una Unidad de Investigación de Delitos de Alto Impacto y Operaciones Estratégicas y una Dirección General de Operaciones Estratégicas, es decir, la arquitectura burocrática para operar grupos encubiertos con nombre o sin él.
Sheinbaum facultó a la SSPC y a la subsecretaría de inteligencia para conducir entregas vigiladas, operaciones encubiertas y apoyo a órdenes de aprehensión, lo que en la práctica significa poner en manos del mismo bloque político la inteligencia, la operación y el relato del “combate al crimen”.
Sobre el papel suena a Estado moderno; en el terreno, basta mirar Tamaulipas, Jalisco o Guerrero para ver cómo esos “grupos especiales” terminan coexistiendo, pactando o desapareciendo frente al poder real de los cárteles.
La promesa de élite vs el país que sangra
El relato oficial vende que este grupo de élite es la manera de recuperar liderazgo civil frente a los militares y dejar atrás los “abrazos, no balazos”, pero los antecedentes de fuerzas especiales mexicanas están llenos de episodios de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y filtraciones hacia el crimen organizado.
El plan de Harfuch recicla expolicías federales y elementos de grupos especiales anteriores, ahora con entrenamiento extranjero y un presupuesto alterno, como si cambiarles el parche al uniforme borrara la historia de cuerpos como los GOPES ,loes GERI ,los UNOPES de la MARINA o los GAFES del ejercito que terminaron alimentando al narco.
Mientras en Ciudad de México y en la capital federal se firman acuerdos y se estrenan uniformes tácticos, en colonias de Tamaulipas, Zacatecas o Chiapas la gente sigue poniendo “toques de queda” autoimpuestos porque el Estado llega en comunicado, pero no en patrulla.
Contraste con la “realidad lastimosa”
Se habla de PCI, SIIP, UNOE y “estrategia 2024–2030” mientras en este país siguen apareciendo fosas, sigue desapareciendo la gente y hasta agentes de inteligencia luego devueltos tras un tácito acuerdo por quienes siguen mandando los grupos armados que no necesitan decreto para ejercer su ley.
El gobierno presume 250, 800 o mil elementos de élite, pero en la calle lo que se ve son ministerios públicos rebasados, policías municipales mal pagados y comunidades que aprenden a vivir entre balaceras, asaltos carreteros,retenes ilegales y comunicados que siempre prometen que “ahora sí” este grupo será diferente.
Así, el nuevo cuerpo especial de Harfuch nace con discurso de modernidad y sello de élite, pero en un país donde la frontera entre operativo y levantón, entre cateo y allanamiento, entre inteligencia y espionaje político, es tan delgada que cabe exacta en un oficio sellado por el Estado.