Visitanos tambien en:

sábado, 23 de agosto de 2025

LOS “ATORÓ el PUEBLO ?”: “RETIENEN 40 MILITARES ACUSADOS de IRRUMPIR en DOMICILIOS,ROBOS y TORTURA como SI HUBIERAN IDO a la MISMA ESCUELA que MALANDROS”…cuando el uniforme actúa como banda, la gente responde como pueblo organizado.


Mientras en Ayutla de los Libres claman por la ayuda que no llega y narcos siguen masacrando a la comunidad,los Pobladores del Municipio de Juan R. Escudero, tambien del estado de Guerrero,pero de la región centro, retuvieron ayer viernes a un grupo de 40 elementos del Ejército y la Guardia Nacional, a quienes señalaron por presunto abuso de autoridad,robo y torturas durante un operativo en la localidad de Tlayolapa. 

Los militares y los efectivos de la GN fueron retenidos sobre la carretera federal México-Acapulco, en el punto conocido como San José del Puente, con el apoyo de taxistas y choferes de urvans del transporte público de Tierra Colorada.

De acuerdo con reportes locales, las autoridades irrumpieron en Tlayolapa durante la madrugada y causaron destrozos en al menos 12 viviendas, con el objetivo de buscar armas y droga. 

Un medio local documentó los daños causados a dos de las viviendas cateadas, que quedaron con vidrios rotos, ropas y diversas posesiones tiradas en el suelo.Los pobladores denunciaron que durante el operativo les fueron robadas sus pertenencias, como dispositivos móviles, joyería y hasta dinero en efectivo. 

Además, acusaron un presunto caso de tortura en contra de una pobladora que habría sido asfixiada con una bolsa de plástico para obligarla a desbloquear un teléfono celular. 

Militares actuando como criminales

Lo ocurrido en Tlayolapa, Guerrero, es un retrato incómodo: la línea que supuestamente separa al crimen organizado de las fuerzas castrenses se ve borrosa, porque los métodos descritos por los pobladores se parecen demasiado a los códigos de la delincuencia de la que, irónicamente, deberían protegerlos.

Las semejanzas entre tropa y malandro

  1. La irrupción nocturna.
    Igualito que las bandas de asalto: entrar de madrugada, derribar puertas, causar destrozos y dejar a la comunidad con miedo. A eso en el Código Penal no se le llama “operativo”, se le llama allanamiento de morada y daño en propiedad ajena.
  2. El botín.
    Robos de celulares, joyas y dinero. Si lo hace un grupo con pasamontañas se califica como robo con violencia; si lo hacen con uniforme verde olivo, se intenta maquillar como “aseguramiento de indicios”. Aquí no hubo actas, hubo saqueo descarado.
  3. El terror pedagógico.
    Una mujer asfixiada con bolsa de plástico para sacar información de un teléfono. Técnicamente eso se llama tortura. En la jerga del hampa: “la bolsa del nylon”. ¿Quién lo copió de quién? Parece que ejército y narco van a la misma escuela.
  4. La intimidación colectiva.
    Catear doce casas, destrozar pertenencias y sembrar la sospecha de que todo el pueblo es cómplice. Eso en cualquier manual de mafias es la demostración de poder frente al barrio: aquí mandamos nosotros. Sólo que esta vez al Estado se le volteó el cálculo, porque la población hizo exactamente lo que suele hacer con los delincuentes: los atoró y los retuvo en la carretera.

Delito por delito, sin eufemismos

  • Abuso de autoridad: por realizar actos fuera de procedimiento y violentar derechos humanos.
  • Allanamiento de morada: entrar a domicilios sin orden judicial válida.
  • Daño en propiedad ajena: destruir casas, romper ventanas, causar destrozos.
  • Robo: despojo de bienes personales durante la irrupción.
  • Tortura y tratos crueles: la asfixia con bolsa plástica para obtener información.
  • Posible desaparición de objetos asegurados: si es que reportan incautaciones “inventadas”.

En términos llanos: hicieron el combo que en la colonia se llama “levantar, robar y amedrentar”, con la única diferencia de que portaban un gafete oficial.

El giro de tuerca

La ironía mayor es que quienes en el discurso encarnan “el orden y la seguridad” terminaron cercados y exhibidos por la misma gente a la que deberían defender. Atorados no por sicarios, sino por campesinos, transportistas y vecinos hartos. Una escena que quiebra el relato oficial de control: el pueblo cercó al “protector”, y lo sometió a la vergüenza pública.

El Gobierno, con la cara sonrojada, improvisa mesas de diálogo y ministerios públicos móviles, como quien pone curitas en una herida abierta. Pero la percepción ya se instaló: cuando el uniforme actúa como banda, la gente responde como pueblo organizado.

Con informacion: ELNORTE/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tu Comentario es VALIOSO: