En septiembre de 2022,el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo claridoso: “:”De la Policía Federal salieron los que ahora están en la cárcel o prófugos“, para enseguida fustigar a Genaro Garcia Luna ,quien como respuesta, pero hasta septiembre de 2024,lo acuso de Narco desde la prision.
Con el preámbulo buscamos ilustrar que muchos de aquellos federales, cuya corporación fue extinta por el ex-presidente ,muchos renunciaron y muchos mas permanecieron en la Guardia Nacional,la cual ya terminó por deshacerse del “estorbo” que le representaban estos elementos provenientes de la Policía Federal.
Esos mismos que durante años —sexenios enteros— cargaron con fama de corruptos, de extorsionadores, de aliados del crimen organizado con quienes hacían negocios al amparo del uniforme y que tan bien los conceptua la periodista Anabel Hernandez,quien muchos antes después de la captura de Garcia Luna,nos dijo quien era cuando el narcopolicia hacia alarde de poder, incluso por encima de la Marina y el Ejercito,como hoy lo hace su pupilo Omar Garcia Harfuch.
Pero hoy ,ya no queda ningun rastro de ellos en la Guardia Nacional,que como ya se sabe tambien se fue al ejercito de donde habian salido y tambien con todos sus vicios, ahora, ya sin máscaras ni disfraces de policia civil, funcionan de lleno como brazo operativo de la Secretaría de la Defensa Nacional.
¿Y dónde fueron a dar los exfederales?
Pues de acuerdo con EL UNIVERSAL+ y tal como se esperaba,directo a la cancha de Omar García Harfuch en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Así, los elementos que López Obrador despreció y estigmatizó como “herencia podrida” ahora reaparecen con traje nuevo en áreas sensibles: inteligencia, análisis e investigación.
Chango viejo… ¿maroma nueva?
Pues dicen que no. Porque aunque con nuevas siglas y nuevos jefes se intente blanquear el pasado, los vicios bien aprendidos son como tatuaje: ahí se quedan.
El discurso del “borrón y cuenta nueva” suena bonito en mañaneras o en actos oficiales, pero la realidad es más tozuda: lo que en su momento fue una corporación en decadencia, hoy se recicla bajo otro mando, “causalmente” con el mismo pasado,tan asi,que nunca pudo pasar un examen de control de confianza, pues los reprobaba cada que lo cuestionaban a ante el polígrafo,sobre la relación que guardaba con narcos.
Los que no “aguantaron” y renunciaron, muchos se fueron a diseminar la semilla en cuarteles de otras policías de otras partes del pais, a donde llegaron a refugiarse, muchos tan solo para morir.
Los ciudadanos, claro está, miran con suspicacia: ¿pueden realmente reinventarse quienes por años fueron señalados como parte del problema y no de la solución?
¿Es Harfuch un redentor, un exaliado del crimen organizado arrepentido ?,sera capaz como cuña del mismo palo de domar viejos demonios ? o simplemente esta en pausa esperando aterrizar las viejas prácticas, pues ya se oyen esos malos oficios en gran parte del pais a donde ha mandado a sus incondicionales.
Mientras tanto: la Guardia Nacional ya se quitó de encima cualquier tinte civil para convertirse en lo que siempre se sospechó: un brazo militar en uniforme de policía. Y la jugada política terminó por añadirle a Harfuch un nuevo ejército de exfederales.
Así que la pregunta es inevitable: en este país donde lo viejo nunca muere sino que se recicla, ¿le toca a los ciudadanos esperar “maroma nueva”…, o resignarse a ver el mismo circo de siempre con distinto rótulo en el chaleco táctico ?
Con informacion:ELUNIVERSAL+/

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