El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) anunció este jueves una recompensa de $10 millones por información que conduzca al arresto o condena de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera.
“Él y sus hermanos, los ‘Chapitos’, se hicieron del control de la facción del ‘Chapo’ en el Cartel de Sinaloa”, se lee en la publicación compartida por ICE en redes sociales con la ficha de búsqueda y la fotografía de Guzmán.
Que dicen los astros ?
Jesús Alfredo Guzmán Salazar, nacido el 17 de mayo de 1986 bajo la constelación de Tauro, confirma lo que dicen los horóscopos mal intencionados: “cabezón, testarudo y amante del lujo, pero con una fijación por la herencia familiar que ni Freud podría explicar”.
Como buen Tauro, se aferra más al poder que a la lógica, y en vez de cultivar rosas, cultiva imperios del miedo. Heredero de un legado oscuro —gracias a papá “El Chapo”—, Guzmán Salazar pisa fuerte y quiere dejar huella, aunque sea por los laberintos del narco y las listas de los más buscados del planeta.
El horóscopo delictivo del Chapito
- La terquedad taurina de Guzmán Salazar se traduce en una capacidad insólita para resistir detenciones así como Zambada resistió décadas de cacería, burlando un sistema tan laxo que parece diseñado en una oficina de gobierno vacía un viernes a mediodía.
- Porque en México, ni Mercurio retrógrado es tan impredecible como la ley: capos como Ismael “El Mayo” Zambada sobreviven medio siglo entre narco-corridos e impunidad —no por su estrella astral, sino porque el aparato estatal gira a su favor, lento y cansino—.
- Aquí no castigan, solo posponen el castigo; los expedientes criminales envejecen, se empolvan, mientras los “Tauro” del crimen, testarudos y pacientes, pastorean negocios sucios y ganan terreno.
La culpa no es del narco, sino del sistema
No es que los capos sean genios del mal; es que el Estado es campeón mundial en el arte de mirar para otro lado. Si la justicia funcionara como debería, Jesús Alfredo seguiría solamente el horóscopo en el periódico y no el rastro de sangre del cártel. En cambio, la “suerte” de los Guzmán se escribe con la pluma del desgobierno, con leyes piloto automático y jefes que, como Tauro, odian moverse si no hay buen incentivo.
Así, los Chapitos crecen y se multiplican, amparados en el eterno letargo institucional. Quizá algún día caigan —como predicen las estrellas—, pero mientras tanto, seguirán siendo la absurda postal del fracaso del Estado mexicano: “Most Wanted” en EE.UU,pero en Mexico pero apenas molestados. Eso sí, siempre bajo el auspicio de su signo, terco, extravagante y sin miedo a la cárcel, porque el sistema se asegura de que tarden siglos en llegar ahí.
El por que deltítulo “LA ‘TERQUEDAD TAURINA YA VALE 10 MILLONES DE DÓLARES’: RECOMPENSA POR CHAPITO DEJA VER QUE CULPA NO ES DEL NARCO, ES DEL SISTEMA NARCO”…capos no son genios del mal; el Estado ha sido campeón mundial en el arte de mirar para otro lado.
Este sintetiza una realidad cruda pero irrefutable: la obstinación, resistencia y permanencia de capos como Jesús Alfredo Guzmán Salazar —el Chapito— no radican en una habilidad sobrehumana para evadir la justicia, sino en la profunda negligencia, complicidad y letargo del Estado mexicano.
La terquedad taurina como metáfora
La “terquedad taurina” hace referencia directa al signo zodiacal de Guzmán Salazar, Tauro, conocido por su perseverancia y terquedad, atributos que aquí se usan irónicamente para ilustrar la longevidad y resiliencia de su carrera criminal frente a esfuerzos de persecución, que muchas veces parecen más simulacro que otra cosa. La recompensa de 10 millones de dólares ofrecida por su captura convierte esta obstinación casi legendaria en símbolo del fracaso institucional de Mexico; una mítica perseverancia del criminal que en realidad es lubricada por la ineficiencia o corrupción de las instituciones.
La culpa no es del narco, es del sistema… narco
El título busca subráyale que no se trata de capos genios del mal, sino de un Estado campeón en mirar para otro lado: no se combate el narcotráfico de forma efectiva porque es el propio sistema el que lo permite, lo alimenta y, en no pocos casos, se beneficia encubiertamente de su existencia. Ejemplos sobran: Ismael “El Mayo” Zambada, cinco décadas como líder visible e intocable; expedientes que envejecen y recompensas millonarias que rara vez logran su propósito. El verdadero “crimen” de los Chapitos es tener la suerte de operar en un entorno donde la ley dormita y la impunidad es política de Estado.
Mirar para otro lado: la gran habilidad institucional
Así, el Estado no ha fallado en atrapar capos: ha tenido éxito en garantizarles longevidad. La recompensa no es tanto un reconocimiento a la peligrosidad del criminal, sino un retrato de la incapacidad –o falta de voluntad– del aparato encargado de perseguir y castigar. Esa “terquedad taurina” que hoy cotiza en dólares no es del narco, sino del sistema que elige, cada sexenio, no ponerle fin.
Por eso, neustro título no sólo ridiculiza la supuesta astucia criminal: desnuda el verdadero mal sistémico. Mientras existan gobiernos que aplaudan su propio fracaso con espectáculos mediáticos y recompensas, la terquedad de los capos seguirá valiendo millones —y la impunidad, mucho más.
Con informacion: UNIVISION/

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