El cineasta León Serment y su esposa, la productora Adriana Rosique, fueron asesinados por dos personas contratadas por su hijo y su novia, informó la PGJ capitalina.
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"Pudo conocerse que los autores materiales intelectuales acordaron el pago de 100 mil pesos por la vida de cada una de las víctimas y que el hecho delictivo se planificó en el transcurso de 2 meses", informó la Procuraduría capitalina.
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Sin embargo, tras las investigaciones y debido a diversas inconsistencias en las declaraciones del hijo, determinaron que él y su novia fueron los autores intelectuales del ataque.
"De todo lo anterior se desprendió la existencia de un acuerdo previo, reparto de tareas y coordinación conjunta para privar de la vida a la víctima tomando en cuenta que el hijo no prestó el debido auxilio a su padre, que hubo comunicación telefónica entre los autores materiales con el hijo y su novia, advirtiéndose además que el robo fue posterior al homicidio", dijo el Procurador Ríos.
Sobre el caso de la productora Adriana Rosique, quien fue hallada sin vida en su casa -en lo que se consideró inicialmente como un suicidio-, la Procuraduría detalló que uno de los asesinos de Serment entró a la vivienda, acompañado por otro sujeto, luego que el hijo saliera del inmueble.
"En esa ocasión el hijo señaló haber salido la madrugada del domicilio de la víctima con el fin de llevar a su novia al hospital para ser atendida por un padecimiento, por lo que hasta las diez de la mañana del día siguiente se enteró del deceso de su madre.
"De la revisión de la cámara de videovigilancia de la Ciudad de México, instalada en la esquina opuesta de la casa de Adriana Rosique, pudo constatarse que durante la madrugada previa su hijo salió del domicilio haciendo uso de su teléfono móvil y que momentos después ingresaron sin complicaciones dos personas más a la vivienda, saliendo de la misma, posteriormente", agregó.
El hijo, la novia y los dos asesinos materiales fueron detenidos y trasladados al Reclusorio Norte y al penal de Santa Marta, donde son acusados de homicidio calificado, por lo que pueden alcanzar una pena de hasta 70 años de prisión.