Dámaso Anaya, el rector de la Universidad Autonoma de Tamaulipas (UAT),por obra y gracia de su primo, Americo Villarreal Anaya, es y ha sido el personaje del momento, pero no por su aportación académica, ni por gestas heroicas en la educación pública, sino porque parece competir diariamente por el título al mayor escándalo de Tamaulipas ,y que empezaron en junio de 2022 cuando fue penosamente detenido, como cita REFORMA.
Originario de la modestia, el hombre que escaló a dirigir al alma mater tras prostituir al Consejo Universitario por orden de su primo,tambien manchado hasta el cogote, lo mismo de chapopote que de ligas con el crimen organizado, desde antes,durante y depues.
Pero mientras la UAT se hunde en parálisis, falta de insumos, amagos de huelgas medio resueltas con promesas,mega-marchas estudiantiles y el repudio generalizado de la comunidad universitaria —¡y cómo no! si el dinero para lo importante siempre brilla por su ausencia, pero la flota de camionetas de lujo está surtida los directivos, y los Rolex suizos del rector y su familia relucen a plena luz del día—, mero saldo del dispendio y los contratos amañados.
Como niño en parque de diversiones, el “primo rector”, flor de la llamada “primocracia”, olvida los valores familiares —esos que tanto presume la primera dama estatal— y decidio lanzarse a la conquista de su propia belleza universitaria, Edmy Ríos Medrano, estudiante de la misma UAT que gobierna a su antojo y ya esta haciendo arder las redes con su calentura de muchachon de la tercera edad.
Pero, claro, como dice el escandaloso video pletórico de imagenes,Ciudad Victoria es pueblo chico, infierno grande, y la discreción solo existe en los cuentos. Por eso, los encuentros se pactan por su asistente (“quinta columna” y amigo de sus amoríos) en suites discretas del Hampton Inn de Ciudad de México, bien lejos del chismorreo victorense.
¿Y la esposa?
Una mujer de lucha, compañera de pobreza y días difíciles, ahora traicionada ante la vista de todos. “Pero no es tu culpa, Isolda Rendón”—dice la crónica, en un acto casi misericordioso—, porque Dámaso ya no recuerda ni a su raíz, ni el amor auténtico, ni los mínimos valores de sociedad.
Afuera, los escándalos siguen: desvíos millonarios, narcos fotografiados en los mismos restaurantes de la élite universitaria, secuestradores en libertad en imagenes con el rector, amenazas veladas a estudiantes, compras institucionales con sobreprecio, y una “primocracia” que tambien reparte el pastel del presupuesto entre la prensa de prepago como si fuera botín familiar. Si sobra algo entre contratos mágicos y casas que “florecen espontáneamente”, es el cinismo institucionalizado que tiene a la UAT como epicentro de la corrupción en Tamaulipas.
La estampida se escribe en mega marchas y llamados a la destitución, mientras el rector, en lugar de rendir cuentas o avergonzarse, luce un Rolex nuevo junto a Ministro Presidente de la Suprema Corte , sonríe para la foto y presume su título de “muñeco primo de Américo” en un banquete donde la educación y la decencia hace mucho no son invitadas.
Esta tragicomedia, larga como telenovela y corrupta como caricatura política, solo deja una certeza: cuando el rector es Damaso y la universidad es la UAT, Tamaulipas demuestra que la realidad —por absurda, lujosa y descarada— siempre supera la ficción más desvergonzada,a tono con el primo gobernador exhibido en imagenes con narco,que también conoce el rector y que sera materia de nuestro próximo reportaje.
El remate: ¿Te gustaría que un hombre así se acercara a tu hija? Damaso, no hagas lo que no quieres que te hagan», finaliza diciendo el video en alusión a la hija del rector.

La joven ya habia sido exhibida también, luego de publicar desde sus redes un viaje a Nueva York,video que luego fue dolosamente borrado.
Por que de nuestro titulo ?
Nuestro encabezado creémos que está plenamente justificado por los hechos y simbolismos que emergen de este reciente escándalo.
El sentido de «traición»
La palabra “traición” se ajusta no solo al plano privado (infidelidad conyugal) sino al público: Dámaso Anaya, según el video y las crónicas, ha traicionado tanto a su familia —una esposa que lo acompañó desde la “cultura del esfuerzo”— como a los valores sociales y familiares que presumen proclama su prima, la primera dama,que es conocida también por «Doña Vitamina”.
Mientras la narrativa oficial impulsa discursos de familia y buenas costumbres, el rector, a escondidas pero sin la menor sutileza, organiza encuentros amorosos con una joven estudiante bajo la complicidad de asistentes y maneja la universidad como un feudo personal.
El “muchachón de la tercera edad” y el doble discurso
Con el mote de «muchachón de la tercera edad» ironizamos la incongruencia: un adulto mayor actuando como adolescente, embriagado de poder, dinero y escándalos, incapaz de autorregularse y sumido en aventuras de joven aprendedor, mientras olvida su edad, su rol y todo el discurso de honor familiar que, “de dientes pa’ fuera”, exige la moral gubernamental y su propia familia política. La traición alcanza a su primo el gobernador, como corresponsable de esta crisis que afecta no solo la imagen universitaria, sino la del círculo familiar dominante en el estado y que sobrevive a los peores escándalos.
“Doña Vitamina” y el fracaso del discurso de valores
La burla a “Doña Vitamina” refiere a la contradicción entre la retórica pública de la primera dama —abanderada de valores, apoyo a la educación y el reforzamiento de la familia— y la realidad en la cúpula, donde los valores son letra muerta apenas las cámaras se apagan y no es caso unico,ni aislado. Dámaso Anaya se convierte, en suma, en el ejemplo más cínico de cómo los funcionarios pueden repetir los eslóganes familiares solo “de dientes pa’ fuera”, mientras traicionan en privado y en público lo que dicen defender.
Por todo esto, nuestro encabezado es un retrato ácido y preciso del actual rostro de la UAT y su “realeza” universitaria, donde los valores quedan relegados ante el espectáculo de los privilegios, la impunidad y el doble discurso.
Nuestro título destaca y justifica el centro del escándalo: la traición múltiple de Dámaso Anaya, rector y primo incómodo del gobernador, quien traiciona a su esposa (su compañera de vida humilde) por una relación con una joven estudiante que no lo niega —mientras el rector presume defender “valores familiares” en público solo de dientes pa’ fuera, apadrinado por “Doña Vitamina” la primera dama, tambien envuelta en sus propios escándalos.
Anaya es exhibido como “muchachón de la tercera edad”: un adulto mayor perdiendo la cabeza por el poder, los lujos, el dinero y las aventuras amorosas propias de un adolescente, olvidando sus raíces, despreciando los valores de casa y traicionando la confianza que le depositó su propia familia política. La ironía es que, mientras el aparato oficial presume el ejemplo familiar, la crisis moral empieza justo en la cúpula —y el rector representa mejor que nadie esa hipocresía institucionalizada.
El caso es un espejo cínico y ácido de la doble moral pública: la UAT presume exigir integridad, pero su rector estrella ostenta escándalos, relojes, contratos y traiciones, abusos sexuales,todo mientras la “patrona” predica valores que nadie en palacio aplica más allá del discurso. De ahí que el título no solo sea pertinente, sino una síntesis mordaz, precisa y profundamente simbólica de la vergonzosa realidad universitaria.
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