Refugiada en la Ciudad de México, tras dejar su casa en Tabasco por miedo, Leidi Laura García, presuntamente violada por el Magistrado federal José Luis Legorreta Garibay, exige que se haga justicia para que pueda recuperar su tranquilidad y su vida.
"No sé si sabe, pero pues los jueces y magistrados son tratados como dioses intocables", expuso en entrevista con REFORMA.
El 25 de marzo de 2021, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) informó que suspendió a Legorreta 6 meses por indicios de hostigamiento y "violencia sexual grave" hacia una de sus colaboradoras.
La afectada aseveró que para romper el silencio y hacer público su caso, tuvo que tomar una serie de terapias, ya que ha sido diagnosticada con estrés postraumático y depresión severa.
Indicó que se le notificó que fue girada una orden de aprehensión en contra del Magistrado, pero no se ha ejecutado. Según fuentes, en el CJF podrían definir el destino del servidor público este año. A la víctima se le ha pedido regresar a Tabasco en diciembre para pasar de modo remoto a presencial, por fin de la licencia por su situación, entidad en la que resaltó, recibió amenazas y un atentado en contra de ella y sus hijos.
Contó que desde octubre de 2019 fue acosada por Legorreta, cuando asumió el cargo como Magistrado del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de Villahermosa, Tabasco.
La mujer, de 42 años de edad y casi 21 años de trabajo en el Poder Judicial, era oficial judicial en la Ponencia 2, donde el funcionario era su jefe.
"Todo lo que quieran y pidan los magistrados", es la frase que ella asegura es la que repiten año tras año en el gremio, y por la que, dijo, le daba miedo poner un alto a las insinuaciones del burócrata.
"Diciéndome siempre '¡que bonita te ves!', '¡qué guapa tabasqueña!', '¡qué bien te vistes!' (...), me dijo 'me gustas, estoy enamorado de ti', que sí conocía el amor a primera vista, que si lo había sentido. Es usual, 20 años las vengo escuchando (frases de hostigamiento) en mi trabajo y no soy la única", expuso.
El acoso, sostuvo, es una práctica usual de los superiores. Los halagos siguieron, mensajes a su celular frecuentes para temas personales y a menudo era solicitada en la oficina.
El 28 de agosto de 2020, narró, el Magistrado la invitó a comer a su casa, pero esta vez no fueron sus compañeros.
En un principio, aseguró, se negó a asistir, pero sus particulares fueron insistentes en que acudiera para no quedar mal con el funcionario. Al llegar a su departamento, recordó, intentó besarla y bajarle el pantalón entre cinco y seis ocasiones. La tiró a la cama con la amenaza de que, si no accedía, perdería su trabajo.
"Él bajaba y yo subía la ropa y él bajaba, y en eso me dice 'si no te dejas, vas a perder tu trabajo', y pues mi marido estaba sin trabajo, nos la estábamos viendo difícil y yo no sé qué me pasó, yo no sé si fue eso o no sé qué sería, que en ese momento me perdí", relató.
"Yo nada más me acuerdo que me empujó, caí en la cama. Yo sólo estaba como muerta, quería hacer algo y no podía, quería hacer algo y no podía, simplemente no me podía mover, estaba mirando hacia el lado derecho.
"Yo lo único que sentía es que me dolía. Intento quitármelo de encima con las caderas y me dice 'no, ya no te muevas, ya terminé'. Yo estaba en estado de shock, creí que había sido mi culpa porque ¿quién me mandó?, pero también me vi obligada. (Los compañeros) hoy que casi dicen que yo tuve la culpa por cómo soy, por cómo me visto".
Después de unos meses de dialogar con amigas, entendió que eso había sido una violación y encaró al Magistrado Legorreta.
Leidi pidió ayuda a las instancias del CJF y el 12 de marzo de 2021 interpuso una denuncia penal en la Fiscalía General del Estado de Tabasco, y el 15 de ese mes y año, una queja interna.
Lamentó que luego de eso hubo hostigamiento laboral y percibía que autos la seguían. Policías ministeriales le "aconsejaron" que dejara el caso porque el Magistrado era una persona muy poderosa y aseguró que una camioneta impactó su vehículo cuando viajaba con sus dos hijos.
"Me mandaron a hacer las pruebas a la clínica de Tabasco, no tenían todos los reactivos, me mandó a decir que llegáramos a un acuerdo, supongo que económico; fui al ISSSTE porque la ansiedad me estaba matando; está amparado porque según no tiene acceso a la carpeta y le juro que se sabe la carpeta al derecho y al revés, alguien le pasa todo", dijo.
"Ha sido un cúmulo de situaciones, hay testigos, en la Judicatura ya vislumbraron varias cosas, pero, sin embargo, no ha pasado nada. Estoy buscando que el magistrado presidente (Arturo Zaldívar) me reciba, y que se haga algo porque me amenazan que van a llegar los amigos del Magistrado (Legorreta) y él será más intocable, ¿me van a hacer caso hasta que me encuentren muerta?".
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