Oficialmente, las personas que llenaron los camiones pagados por Morena que el sábado salieron de Monterrey a la CDMX eran simpatizantes del Presidente Andrés Manuel López Obrador que iban a apoyarlo en la contramarcha del domingo.
La realidad, sin embargo, fue que buena parte de los que iban señalaron que su interés era el viaje gratis a la CDMX y "turistear", no marchar con AMLO y mucho menos escucharlo en el Zócalo.
Para tratar de cumplir con su cuota de unas 4 mil personas para la marcha del Presidente, morenistas de Nuevo León organizaron una red de acarreo que incluyó el pago de entre 150 y hasta 300 pesos en "viáticos" para los viajeros.
CIENTOS DE MILLONES DE PESOS GASTADOS DEL ERARIO:
Este periodista abordó de manera encubierta uno de los autobuses que salieron el sábado al mediodía de Monterrey rumbo a la CDMX y documentó toda su ruta hasta que regresó ayer por la mañana.
Durante el trayecto, los asistentes, en su mayoría empleados de la Secretaría de Bienestar federal acompañados por familiares y amigos, platicaron que iban no porque querían marchar, sino por la oportunidad de turistear.
Además de autobús sin costo, los participantes recibieron lonches, playeras y gorras de Morena. En el caso del camión en el que viajó este periodista, a cada persona se le dieron 150 pesos por concepto de "viáticos", dinero que el reportero tomó para poder ser apuntado en el viaje, pero que hoy será regresado al Comité Ejecutivo Estatal de Morena.
Tras arribar el domingo a la CDMX y pasar lista, los manifestantes regios se dispersaron entre la multitud y, de los miles que habrían ido, apenas se observó a un grupo de unas 250 personas marchando con Judith Díaz, delegada federal de Bienestar en Nuevo León.
El resto de los asistentes se fue a pasear. Según mensajes al grupo de WhatsApp creado para comunicarse, varios se fueron a comer a Tepito o Peralvillo, mientras que otros acudieron a restaurantes de la Zona Rosa.
"Vénganse un rato a Tepito, está cerca", escribió Moisés después de las 15:00 horas, cuando el Presidente daba su discurso ante un Zócalo que no se llenó.
Yolanda Álvarez, una de las organizadoras, dio la instrucción de estar en los autobuses a las 17:00 horas, pese a que el evento presidencial se prolongó más allá de esa hora.
"A las 5 (de la tarde) en el camión", escribió. "Ya comidos y van al baño antes".
Ya de regreso, la plática en el camión giró sobre los lugares que se visitaron.
Más se habló en el camión de lo que los viajeros comieron en Tepito y otros sitios, que de la marcha y el discurso.
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