Ya basta de menospreciar los esfuerzos sobrehumanos y éxitos que la Cuarta Transformación ha traído. Ya estuvo bueno de críticas. Imagínese tener que recuperar el país de más tres décadas de las garras del neoliberalismo salvaje, esto debe de ser apreciado por todo el pueblo, pues, pese a que aún siguen rondando por el país los espectros, los fantasmas, los demonios del neoliberalismo, México ha logrado posicionarse como potencia mundial en varios rubros.
Por ejemplo, pese al fantasma Felipe Calderón, que es culpable hasta del mal clima, la gloriosa 4T ha podido llevar al país a convertirse en un oasis de paz y de seguridad, como se prometió en 2018 cuando llegó al poder el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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— Arlequín (@ElArlequin_Univ) November 4, 2022
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Desde luego, lograr los estándares de paz y seguridad en que hoy vive el pueblo mexicano no ha sido nada fácil. Haiga sido como haiga sido, hoy en México ya solo son asesinadas con dolo 80 personas por día. En octubre, el mes más violento del año, se registraron 2 mil 481 homicidios dolosos. Con estos crímenes, en lo que va del sexenio de AMLO, la cifra se acerca a los 130 mil homicidios dolosos, muy cerca de los 156 mil registrados en todo el sexenio de Enrique Peña Nieto, y ya por arriba de los 120 mil del gobierno completo de Felipe Calderón.
Si usted ve los números en frío, podría pensar que estamos peor con López Obrador, pero lo que usted no toma en cuenta es que aunque son más asesinatos que en los otros gobiernos, la cifra ya no crece al ritmo de antes.
Además, usted debe estar consciente de quienes causaron este problema fueron Felipe Calderón y Genaro García Luna, dos de los principales fantasmas que penan en esta 4T. A AMLO y su eficiente gabinete de seguridad les tocó venir a componer este problema, así que todos los días desde las seis de la mañana se reúnen en Palacio Nacional para buscar enderezar el entuerto, y no tenga duda de que alguna mañana de estas darán con la solución. Por lo pronto, se reparten abrazos, se liberan a los hijos de los capos, se mantiene una buena relación con las mamacitas de los patrones del crimen, y en la medida de lo posible, no se les molesta, no se incomoda a las organizaciones criminales.
Y sí, podrá decir usted que los resultados no han sido muy esperanzadores, que hay más homicidios que antes, que los cárteles han ganado terreno al gobierno, pero recuerde que Roma no se construyó en un día, y que ahuyentar a los necios fantasmas de Calderón y García Luna, no ha sido nada sencillo, ya van casi cuatro años y todos los días están presentes en la conferencia mañanera del Presidente, no fallan un solo día.
Y donde hay un éxito, aún más rotundo, es en el tema de la igualdad. Los fantasmas Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, padres del neoliberalismo pusieron las piedras fundamentales de la desigualdad en el país y Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, perfeccionaron la obra. Pero hoy, gracias a la 4T y a su líder supremo, la igualdad está llegando al país. ¿No lo cree? Pues, como estas palabras no son artículo de fe, y ahí le van los datos duros, que digo duros, durísimos.
Cuando inició este sexenio, y con ello la Cuarta Transformación, en México había 52 millones de pobres, pero, para cuando finalice 2022, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que la cifra superará los 58 millones de pobres. Es decir, en cuatro años la 4T sacó de la clase media y de la riqueza a 6 millones de mexicanos y los igualó con otros 52 millones de compatriotas en la pobreza. Si, por fortuna, en 2024 llega al poder un régimen de Morena, que dé continuidad a las políticas de AMLO, calcule que varios millones más se sumen a las filas de los pobres, lo que construirá un camino sólido hacia la igualdad. Algún día, el sueño del benemérito AMLO se hará realidad y todos los mexicanos seremos iguales, todos seremos pobres, y felices. Será un México sin fifís.
Pero más importante que la seguridad, que la economía, es la educación. Y en este rubro, ahí si la 4T tiene quizá su mejor éxito, pues el verdadero cambio para el país vendrá cuando los niveles educativos de los mexicanos salgan del oscuro bache en los que los sumió en neoliberalismo.
Lejos quedó el fantasma de la maestra Elba Esther Gordillo, pues ahora la educación esta en manos de la maestra Lety, que continuará la obra que inició la maestra fina. Leticia Ramírez, Delfina Gómez y Marx Arriaga, serán nombres que algún día, no muy lejano, se inscribirán en las paredes del Congreso con letras de oro. Estos tres patriotas, han cambiado el modelo educativo de los anteriores regímenes, en el que la competencia, la competitividad, la evaluación y la calidad educativa, eran las deidades adoradas. Ahora, se migró hacia un moderno sistema de corte socialista, donde la ideología, la lucha de clases, el fin de dominio de la burguesía y el triunfo del proletariado, son los objetivos por alcanzar en la Nueva Escuela Mexicana. El futuro de México está en sus manos, podemos estar tranquilos.
Zedillo, Salinas, Calderón, Peña y García, no son espíritus que hacen inocentes chocarrerías, no, son fantasmas malignos que se niegan a salir de Palacio Nacional. Ahora que todos sabemos que los culpables de todo lo pasado, lo presente y lo futuro son estos fantasmas neoliberales, quizá ya habría que dejar de mentarlos para que, por fin, se vayan a penar a otro lado.
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