Al iniciar funciones, el nuevo gobierno de Tamaulipas se topó con un problema que le dejó la desaseada administración cabecista en la Secretaría de Seguridad Pública: cuatro helicópteros no pueden volar, están descompuestos.
Para que una de estas aeronaves vuelva a la actividad se necesitan cuatro millones de pesos en su reparación.
Otro helicóptero ‘solamente’ requiere de una inversión de millón y medio de pesos para que vuele. Sin embargo, no hay dinero para solventar ese gasto.
Eso se suma a más de 400 patrullas que se encontraron fuera de servicio, situación que afecta los operativos de vigilancia en campo, los que combaten los delitos más comunes, como los robos domiciliarios.
Pero existe un problema mayor y poco comentado: el gobierno de Cabeza de Vaca dejó una deuda de 137 millones de pesos por el arrendamiento de instalaciones que no pagó.
El desbarajuste con el que recibió el nuevo gobierno morenista la Secretaría de Seguridad Pública no solo tiene que ver con unidades en mal estado, sino también con el pésimo manejo del personal: 650 elementos se encuentran suspendidos por faltas relativamente menores.
Ninguno de esos policías reprobó el examen de control de confianza. Algunos solo tenían una suspensión de 8 días por faltas al reglamento interno, pero por un mal manejo del recurso humano esos elementos todavía no regresaban a trabajar.
el amigo y vecino de toda la vida:
Para colmo, sin saber el motivo, el gobierno cabecista dejó de pagar más de 40 seguros de vida del personal policiaco.
Ese fue el diagnóstico que presentó ayer el secretario de Seguridad Pública, Sergio Hernando Chávez García, en una rueda de prensa en la que sostuvo que ‘las condiciones en las que se encontró el área no fueron las óptimas’.
Los cuatro helicópteros descompuestos son el mejor ejemplo de que el equipo de la Secretaría no está en condiciones óptimas de operar.
Se debe recordar que cuando Cabeza de Vaca puso en marcha el Grupo de Operaciones Especiales (Gopes), presentó, junto a los elementos, 3 helicópteros Robinson 66 Police de turbina, supuestamente con la capacidad de volar durante el día y la noche. Ahora no pueden volar porque la gestión cabecista no les dio mantenimiento.
Por el momento, como el nuevo gobierno estatal no cuenta con recursos económicos ante el desastre que recibió, los helicópteros no serán reparados. El general lo dijo muy bien: o se le paga al personal o se reparan las aeronaves. El recurso humano es prioridad.
En ese sentido, espera desactivar ‘fast track’ las suspensiones que impiden trabajar a los 650 elementos que fueron sancionados. Sergio Chávez García afirmó: ‘Necesitamos tener a la policía en la calle’.
Esa visión es la correcta: la autoridad debe estar en la calle con los suficientes elementos para prevenir el delito.
No obstante, eso no fue aplicado por el gobierno anterior, por el gobierno de Cabeza de Vaca, hoy prófugo de la justicia.
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