Este viernes 4 de marzo, el tricolor celebra un año más de existencia en medio de una desbandada de militantes, muchos de ellos para sumarse al movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y como un auténtico fantasma de la oposición.
La precaria situación que atraviesa el PRI no se dio de un día para otro, pues inició hace casi 4 años con la llegada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al poder en 2018 tras su triunfo arrasador en las urnas.
Esta histórica derrota electoral provocó la desbandada de gran parte de sus militantes, quienes ante el obscuro panorama que se avecinaba tras la victoria de López Obrador decidieron abandonar el barco y sumarse a las filas de la 4T.Pese a obtener un mejor resultado en las elecciones de 2021, en las que compitió con una histórica y criticada alianza con el PAN y PRD, el tricolor abrió la puerta a Morena para aliarse con ellos en el Congreso y así poder aprobar las reformas constitucionales propuestas por López Obrador.
Debido a todo lo anterior, parece que el PRI llegará a su aniversario 93 con prácticamente nada que celebrar y con la incertidumbre de ser arrasados una vez más por la Cuarta Transformación en las elecciones que se avecinan.
Esta es sólo una parte de la historia de debacle del tricolor, misma que inició hace ya 4 años con la llegada de Morena y López Obrador al poder.
La derrota electoral del PRI
En las elecciones de 2018, el PRI no sólo perdió la Presidencia de la República, sino que tampoco logró ganar ninguna de las gubernaturas que estuvieron en juego, además de perder el control de la Cámara de Diputados y del Senado de la República.
Tres años después, en las elecciones de 2021, la situación no fue diferente, pues tampoco ganaron ninguna de las elecciones para gobernador, aunque sí lograron recuperar parte de su influencia en el Congreso gracias a su alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Para las elecciones de este 2022, en las que el PRI se jugará la gubernatura de uno de sus últimos bastiones, todo parece indicar que el resultado tampoco será favorable para ellos en las urnas.
Las derrotas del PRI en 2018 y 2021
El primer golpe de la Cuarta Transformación contra el PRI se dio en las elecciones de 2018, cuando Morena prácticamente arrasó en las urnas y se posicionó como la primera fuerza política del país.
En dicho proceso electoral, en el que resultó electo como presidente Andrés Manuel López Obrador, el candidato del tricolor José Antonio Meade quedó en tercer lugar, detrás del morenista y del candidato panista Ricardo Anaya.
Además, el PRI no logró ganar en ninguna de las nueve elecciones para gobernador, por lo que perdió tres estados que antes gobernaba: Veracruz, Yucatán y Jalisco.
Tres años después de esta derrota, en las elecciones de 2021 la historia fue prácticamente la misma para el tricolor, pues tampoco ganó ninguna de las 15 gubernaturas que estuvieron en juego en los comicios.
Después de dicho proceso electoral, el priismo dejo de gobernar en ocho entidades más: Guerrero, Tlaxcala, Zacatecas, Sonora, Sinaloa, Campeche, Colima y San Luis Potos.
Una de las derrotas electorales más simbólicas que ha sufrido el PRI se dio en 2018 cuando Morena gano la elección por la presidencia municipal de Atlacomulco, en el Estado de México, considerada la cuna del priismo desde hace décadas
Aunque el tricolor logró recuperar el municipio mexiquense tres años después, en las elecciones de 2018, siempre quedará en la memoria que la 4T incluso le arrebató al PRI su bastión más importante.
José Antonio Meade, excandidato del PRI a la presidencia. Cuartoscuro
El PRI pierde el Congreso
Otro de los efectos de la derrota del PRI en las urnas durante las dos últimas elecciones es que el priismo ha perdido presencia en el Congreso de la Unión, tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores.
Tras las elecciones de 2018, tan sólo 45 curules de la Cámara de Diputados fueron ocupadas por legisladores del tricolor, lo que representa poco más del 20 por ciento de los 203 diputados que tenían antes de las elecciones.
Debido a lo anterior, el PRI pasó de ser el partido dominante en San Lázaro a la tercera fuerza política detrás de Morena y el PAN.
Para los comicios de 2021 el tricolor pareció recuperar un poco de fuerza gracias a su inédita, y casi antinatural, alianza con el PRD y el PAN, gracias a lo que logró incrementar sus diputados a 70 para la actual legislatura.
El PRI también perdió su mayoría en el Senado de la República durante los comicios de 2018, ya que antes de la elección 52 de 128 escaños eran ocupados por senadores priistas, mientras que luego de la votación el tricolor sólo cuenta con 13 legisladores.
PRI se juega uno de sus últimos bastiones
En los últimos procesos electorales, los el PRI ha perdido el poder en 15 de los 19 estados que gobernaba al final del sexenio de Enrique Peña Nieto, por lo que actualmente tan sólo cuatro entidades son gobernadas por el tricolor, dos de las cuales renuevan gubernatura este año.
En las elecciones de 2018 el PRI no ganó ninguna de las 9 gubernaturas que estuvieron en juego, mientras que en los comicios de 2021 la historia fue la misma, pues no ganaron en ninguno de los 15 estados que eligieron gobernador, mientras que Morena ganó en 11 entidades.
Con este antecedente, el tricolor llega a las elecciones de este 2022 con la amenaza de perder dos de sus últimos bastiones: Oaxaca e Hidalgo, donde hasta ahora es el único partido que ha gobernado.
Actualmente Oaxaca es gobernado por Alejandro Murat, una de las últimas figuras del priismo que quedan en el partido y quien hace apenas unos meses, en octubre de 2021, pareció dar una de las primeras señales de sumisión ante la 4T al declarar que hay que darle una oportunidad a la reforma eléctrica propuesta por AMLO.
Hidalgo, entidad gobernada por el PRI desde hace 93 años, podría estar viviendo sus últimos días bajo el régimen priista, pues el actual gobernador, Omar Fayad, ha dado múltiples muestras de tener una buena relación con López Obrador, quien ha respaldado su labor en el estado, además de que prometió entregar el cargo sin ningún contratiempo sin importar el partido al que pertenezca el ganador de la contienda electoral de este año.
Alejandro Moreno, líder nacional del PRI. Twitter @alitomorenoc.
El PRI se desmorona
El duro golpe que recibió el PRI con la llegada de Morena y la 4T no sólo le constó perder prácticamente todo el poder político que poseía, sino que también ocasionó una desbandada de militantes.
Algunos personajes con pasado priista decidieron sumarse desde el principio al movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, por han logrado alcanzar importantes puestos en el gabinete presidencial.
A ellos se suman otros priistas que recientemente fueron invitados para formar parte de la 4T por el propio presidente, lo que provocó que incluso puedan ser expulsados del partido.
Cualquiera que sea la razón, las filas del PRI se adelgazan cada día más mientras Morena integra a su movimiento a cada vez más expriistas.
Priistas abandonan el barco y se van con AMLO
Desde su creación, Morena se ha presentado como una “opción diferente”, sin embargo gran parte de los militantes que actualmente defienden a capa y espada a la 4T tiene un pasado priista.
Esta situación ha sido una de las críticas más constantes contra el actual gobierno, pues muchos consideran que no se respetan los ideales del movimiento al integrar a estos personajes a sus filas.
Aunque no se tiene una cifra exacta de los priistas que abandonaron el barco tricolor para sumarse a las filas de Morena, estos son algunos de los más destacados:
Andrés Manuel López Obrador: El propio presidente tiene pasado priista, pues durante 14 años fue militante del PRI.
Manuel Bartlett: Priista durante 30 años, exdirector de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y actualmente senador de Morena.
Félix Salgado Macedonio: Priista durante 30 años y excandidato de Morena en Guerrero.
Napoleón Gómez Urrutia: Priista durante 35 años, polémico exlíder minero y senador de Morena.
Alfonso Durazo: Priista durante 17 años y actual gobernador de Sonora.
Rocío Nahle: Empleada en Pemex cercana al PRI durante 30 años y actual secretaria de Energía.
Estaban Moctezuma: Priista durante 18 años, exsecretario de Educación de AMLO y actual embajador de México en EU.
Clara Luz Flores: Priista durante 22 años que renunció en 2020 para sumarse a Morena y contender por la gubernatura de Nuevo León.
Exgobernadores priistas a embajadores
Otra de las muestras de la descomposición al interior del PRI, misma que ha sido considerada casi una traición por la dirigencia tricolor, es la adición de exgobernadores priistas a las filas de la 4T de Andrés Manuel López Obrador.
En septiembre de 2021, un mes antes de que Quirino Ordaz concluyera su mandato como gobernador de Sinaloa, el presidente de México anunció que lo invitaría a integrarse a su gobierno como embajador en España.
Incluso, el exmandatario estatal solicitó licencia al Consejo Político Nacional del partido para ocupar el cargo, sin embargo le fue negado e incluso el líder del PRI Alejandro Moreno advirtió que podría ser expulsado de las filas del tricolor.
Pero el caso de Quirino Ordaz no fue el único, pues en enero de 2022 el presidente López Obrador envió al Senado la propuesta para que otros dos exgobernadores priistas se conviertan en embajadores.
Se trata de Claudia Pavlovich Arellano, exgobernadora de Sonora que fue propuesta como titular del consulado de México en Barcelona, y Carlos Miguel Aysa, exgobernador de Campeche propuesto como embajador en República Dominicana.
Hasta el día de hoy sólo el nombramiento de Quirino Ordaz ha sido ratificado por comisiones del Senado de la República, mientras que aún sigue en suspenso la decisión que tomará el partido acerca de si expulsarlos o no del tricolor.
PRI se desvanece como oposición
Desde la llegada de Morena al gobierno, el PRI se ha mostrado casi sumiso al presidente Andrés Manuel López Obrador y al movimiento que encabeza, lo que provocó que prácticamente desapareciera de la escena política como una figura de oposición, papel que muchos esperaban que asumiera.
Tras su derrota en los comicios de 2018, el Revolucionario Institucional pasó a ocupar el lugar de la oposición por segunda vez en su historia, sin embargo, su postura ha dejado mucho que desear
Mientras el Partido Acción Nacional (PAN) mantiene constantes luchas con el partido en el poder, como las denuncias contra Hugo López-Gatell por su manejo de la pandemia de COVID-19 o las interpuestas por el caso de la “mansión del bienestar”, el tricolor brilla por su ausencia.
Además de que en el Congreso el PRI ha mandado algunas señales acerca de que la bancada del tricolor podría respaldar la reforma eléctrica propuesta por el presidente.
Las alianzas del PRI: Va por México y “PRIMOR”
Luego de perder el control en el Congreso, el PRI ha intentado recuperar poco a poco su posición como fuerza política, para lo cual ha recurrido a firmar alianzas que en otros tiempos hubieran sido imposibles.
Desde que Morena asumió el control de la Cámara de Diputados y del Senado de la República mucho se ha especulado acerca de una supuesta coalición que el partido en el poder pactó con el Revolucionario Institucional, misma que fue bautizada como “PRIMOR”.
Gracias a esta aparente alianza, la 4T ha logrado que el Congreso apruebe prácticamente todas las iniciativas presentadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la primera mitad de su sexenio.
Algunas de las iniciativas de AMLO que han sido respaldadas por legisladores priistas fueron: la reforma para la creación de la Guardia Nacional; la Ley de Remuneraciones para que ningún funcionario gane más que el presidente , y la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión para crear el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil.
Incluso, el líder del PRI Alejandro Moreno no descartó la posibilidad de que el tricolor respalde la iniciativa de Reforma Eléctrica presentada por López Obrador.
En un escenario completamente opuesto, el Revolucionario Institucional ha logrado recuperar un poco de fuerza en el Congreso gracias a la alianza “Va por México”, conformada por PRI-PAN-PRD.
Esta coalición, misma que surgió con el propósito de hacer frente a Morena en las pasadas elecciones de 2021, ha sido duramente criticada por un amplio sector que considera que esta alianza va contra los principios de los tres partidos.
Alfredo del Mazo y Alejandro Moreno. Twitter @alfredodelmazo
PRI: Muerto por dentro pero de pie
El PRI llega a su aniversario número 93 evidentemente mermado luego de que la 4T le arrebatara prácticamente todo: el control del país, casi todas su gubernaturas, su poder en ambas cámaras del Congreso y hasta a sus militantes.
Este 2022, el tricolor enfrentará un complicado proceso electoral en el que pondrá en juego dos de las últimas cuatro gubernaturas que le quedan con el riesgo de que también le sean arrebatadas por Morena.
A esto se suma el adelgazamiento de sus filas luego de que algunos de sus propios exgobernadores se sumaran a las filas de la Cuarta Transformación por invitación del propio presidente Andrés Manuel
López Obrador.
Esta es sólo parte de la triste realidad que vive actualmente el que hace menos de una década regresara al poder con el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Estados gobernados por el PRI
El PRI llegó a tener el control de más de la mitad del territorio nacional a mediados del sexenio de Enrique Peña Nieto, el último presidente emanado del tricolor que ha tenido México, cuando 19 estados eran gobernados por priistas.
Sin embargo, la ola de Morena y la Cuarta Transformación que arrasó en el país durante los comicios de 2018 y 2021 le arrebató al tricolor prácticamente todo su poderío, dejándole sólo cuatro entidades: Estado de México, Coahuila, Oaxaca e Hidalgo.
Este 2022, el PRI se jugará la gubernatura en dos de dichas entidades, Oaxaca e Hidalgo, aunque los pronósticos apuntan a que el tricolor tendrá una tarea casi imposible para poder mantener ambas, lo que significaría la pérdida de uno de sus bastiones más importantes.
Ellos son los últimos cuatro gobernadores priistas que quedan en el país y las entidades que gobiernan:
Alfredo del Mazo en el Estado de México.
Miguel Ángel Riquelme en Coahuila.
Alejandro Murat en Oaxaca
Omar Fayad en Hidalgo
Las últimas figuras del Priismo
Ante la desbandada de militantes para sumarse a la Cuarta Transformación, así como a la aparente sumisión de algunos de sus representantes al presidente Andrés Manuel López Obrador, las filas del PRI se ven reducidas cada día más.
Lo anterior se suma a que el partido prácticamente ha desaparecido como oposición al actual gobierno de Morena, con quien incluso ha llegado a pactar alianzas en el Congreso.
Por todo lo anterior, son pocas las figuras priistas que han resaltado en los últimos tiempos o que sean dignas de mencionar.
Estos son algunos de los representantes del PRI más destacados actualmente:
Alejandro Moreno
Alejandro “Alito” Moreno es dirigente nacional del partido desde 2019 y quizá una de las pocas figuras reconocidas del priismo actualmente.
El líder priista ha sido criticado durante su gestión al frente del tricolor debido a su aparente relación cercana con el presidente, además de que en múltiples ocasiones se ha expresado a favor de una alianza con Morena.
“Alito” Moreno es uno de los dos priistas que hasta el momento han expresado su intención de competir como candidato presidencial en 2024.
Enrique de la Madrid
Enrique de la Madrid, hijo del expresidente Miguel de la Madrid, es el otro priista que ha expresado abiertamente su intención de buscar la candidatura del PRI por la presidencia en las próximas elecciones.
El exsecretario de Turismo de Enrique Peña Nieto reveló sus aspiraciones presidenciales durante un foro con empresarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en diciembre pasado.
Actualmente, Enrique de la Madrid no ostenta ningún cargo político ni al interior del PRI.
Alfredo del Mazo
Alfredo del Mazo, actual gobernador del Estado de México, se ha mantenido al margen desde que Morena asumió el poder en 2018, por lo que no se descarta que pueda ser quien represente al tricolor en las próximas elecciones presidenciales.
En el pasado, era tradición priista que su candidato a presidente fuera quien en ese momento se desempeñara como gobernador mexiquense, lo que lo posiciona como uno de los posibles presidenciables para 2024.