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lunes, 2 de septiembre de 2019

EL EJERCITO y las POLICIAS del PAIS "OCULTAN LETALIDAD ASESINA"...a la hora de matar,excepcionalmente eficientes.

La opacidad y el abuso son factores frecuentes en el uso de la fuerza por parte de las autoridades México. Mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional y policías como la de Ciudad de México ocultan a cuantos civiles matan sus elementos, los registros de letalidad de la Secretaría de Marina y de diversas policías multiplican los límites establecidos en parámetros internacionales, e incluso superan los registrados en países como Brasil o Venezuela.

LO DIJO EL "New York TIMES":

Así lo revela el informe “Monitor de Uso de la fuerza Letal en América Latina”, elaborado por el CIDE, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, entre otras instituciones, y que por primera vez compara los índices de uso de la fuerza y posibles abusos en cinco países del continente: México, Venezuela, Brasil, El Salvador y Colombia.
El estudio –que se hace público hoy– concluye que la región padece de focos de alarma en el uso de la fuerza no solo porque la letalidad está por encima de parámetros aceptables sino, además, porque existen indicadores poco confiables y transparentes, siendo México el caso más preocupante pues de los 12 indicadores que se analizan, ocho tuvieron que hacerse con estimaciones de prensa y dos más fueron imposibles de calcular por la falta de información oficial.
Al profundizar en el caso de nuestro país el análisis destaca que la Secretaría de la Defensa Nacional (sobre la que ahora recae la operación de la Guardia Nacional y es pilar en el plan de seguridad) se ha negado, desde el 5 de enero de 2014 hasta la fecha, a revelar el número de civiles que mueren por disparos de sus elementos.
Lo anterior pese a que existen varias resoluciones del Instituto Nacional de Transparencia Acceso a la Información y Protección de Datos Peronales (INAI) que ordenan revelar esos datos, y a que sí cuenta con la información como quedó de manifiesto en el debate de aprobación de Guardia Nacional, cuando el titular de la Sedena refirió en enero pasado que en 2018 murieron más de 700 civiles en enfrentamientos con el Ejército.
Pero la Sedena no es el único caso. El informe revela que se solicitaron vía transparencia datos de uso de la fuerza a las 32 entidades del país, pero solo 24 de ellas respondieron en alguna medida y solo la mitad de forma completa. Entre las entidades que no revelaron información se encuentra Ciudad de México, situación especialmente delicada pues cuenta con la policía más numerosa de todo el país.
También se requirieron datos a 10 fuerzas de seguridad municipal y solo una proporcionó la información.
En ese contexto el informe realizó un análisis utilizando datos oficiales de las corporaciones donde sí se obtuvieron, y reportes de prensa en donde la información oficial no fue transparentada.
Entre los resultados destaca el elevado índice de letalidad de la Marina. Según los datos oficiales que esa institución sí proporcionó, en 2013 y 2014 los marinos abatieron a más de 60 personas por cada una que lesionaron; para 2015  bajó a un promedio de nueve muertos por cada herido; en 2016 volvió a subir 30 por cada herido, y en 2017 el dato fue de 21.
La Policía Federal reportó que en 2013, hasta 17 civiles fueron abatidos en enfrentamientos por cada uno que lesionó, disminuyendo en los siguientes años hasta llegar a tres civiles muertos por cada herido en 2016, para después repuntar a cuatro en 2017.
Todos esos son datos preocupantes según lo que marca el informe, pues la experiencia internacional indica que en los conflictos modernos y donde hay un uso racional de la fuerza, el número es justo a la inversa: la proporción de heridos siempre es mayor a la de muertos hasta en una relación de 4 a 1.
“En suma, el índice de letalidad (civiles muertos frente a heridos) debería ser siempre inferior a 1. Cuando el valor supera este umbral, es decir, cuando registramos más muertos que heridos, estamos ante un escenario de uso excesivo de la fuerza y, posiblemente, en presencia de ejecuciones sumarias”, alerta el informe.
Si el análisis se hace a partir de datos de prensa para extenderlo a otras corporaciones, la proporción en todos los casos también es superior a uno, aun con el sesgo de que no todos los casos se conocen en medios. Por ejemplo, en 2017 el índice de letalidad del Ejército fue de 4.1; el de policías estatales de 2.6 y el de policías municipales de 1.6. Mientras que en operativos conjunto el índice de letalidad crece hasta los 18.6.
Entre otros datos que el informe presenta se encuentra el de la relación entre agentes de la autoridad caídos, frente a los civiles abatidos en enfrentamientos. Los expertos destacan que según la experiencia internacional, los agentes (por su entrenamiento y equipo) matan en mayor medida de lo que son abatidos, pero que dicho parámetro como máximo debería ser de 10 civiles muertos por cada policía o militar.
En el caso de la Marina, que es la corporación que proporcionó datos oficiales, dicho índice se rebasó en todos los años de 2013 a 2017, siendo el caso más grave el de 2016 donde se reportaron hasta 60 civiles muertos por cada marino abatido, es decir, seis veces más de lo que marca como máximo la experiencia internacional.
Si la revisión solo se hace con notas de prensa ante la falta de información oficial, aun así se identifican indicadores elevados como en el Ejército Mexicano donde el indicador fue de 11.6 civiles abatidos por cada soldado, o de la policía estatal con una relación de 10.3, ambos por encima del promedio.
“En conclusión, luego de que en 2011 pareciera haber un descenso, la incidencia de la fuerza letal puede estar repuntando en 2017 y, como consecuencia, se hace aún más urgente la construcción de datos oficiales a nivel de todas las instituciones del país, policiales y militares”, sentencia el informe.

País y región problemática

El informe “Monitor de Uso de la fuerza Letal en América Latina” muestra varios puntos que despiertan preocupaciones respecto a niveles de violencia y uso de la fuerza.
En el caso de México, como ya se dijo, destaca la opacidad en la mayoría de los indicadores, pero también se identifican datos preocupantes. Por ejemplo, la relación de los civiles que los marinos en México abaten respecto a los que resultan lesionados en los enfrentamientos, que ha llegado a ser de 65 a  1, supera a la de las fuerzas del orden en Brasil que es de 58 abatidos por 1 herido, o de Colombia que es de 1.2 a 1.
Otro foco de alarma para México es el número de agentes muertos, pues tan solo en 2017 ascendió a 251 militares y policías abatidos, que supera por mucho a los otros países. Por ejemplo, Colombia registró 143 agentes asesinados, Brasil 81, Venezuela 57 y El Salvador solo cuatro.
Los otros países también presentan datos que despiertan preocupación ante posibles abusos.
“Los indicadores de abuso de la fuerza revelan un escenario preocupante en varios de los países estudiados. El caso extremo es Venezuela, donde más de un cuarto de los homicidios son debidos a la intervención de los agentes del Estado. El Salvador también supera el límite de 10% que está asociado al abuso de la fuerza; Brasil posee un indicador más moderado, pero aún elevado (7.3%)”. indica el informe.
El estudio añade que la relación entre civiles y agentes públicos muertos alcanza valores “alarmantes” en El Salvador, donde mueren más de 100 civiles por cada agente fallecido. En Brasil,  indica el estudio, el valor es inferior pero aún muy alto: 58 civiles por cada agente.
“En suma, las informaciones obtenidas por este estudio permiten llegar a dos conclusiones de gran relevancia. La primera es la limitada transparencia en lo que atañe al uso de la fuerza letal en América Latina y, en función de ello, la necesidad de exigir la divulgación pública (…) y la segunda es que los datos apuntan a un uso excesivo de la fuerza en varios países de la región”, subraya el informe.

¿Qué hacer frente a esto?

Los coordinadores del estudio, Catalina Pérez Correa, Carlos Sirva Forné e Ignacio Cano, establecieron en el informe  algunas recomendaciones para hacer frente a los problemas ya descritos en el uso de la fuerza en la región.
En cuanto al problema de la opacidad consideraron fundamental que exista a nivel nacional y subnacional un registro preciso sobre personas muertas y heridas en incidentes en los que participen miembros de las fuerzas de seguridad del Estado.
“Es indispensable, además, que estos datos sean divulgados regularmente, de forma que sea posible monitorear el fenómeno y tomar, en su caso, medidas preventivas o correctivas. La información registrada y divulgada debe contar con suficientes detalles sobre el contexto del incidente, su localización y horario, si los agentes estaban o no de servicio, el tipo de armas empleada”, señalaron los expertos.
En cuanto a regulación, señalaron que es indispensable que cada país cuente con una norma específica de uso de la fuerza de alcance nacional y que sea compatible con los estándares internacionales, situación que en varios de los países de América Latina no ocurre.
El informe destaca la importancia de que cada incidente donde se haya usado fuerza letal y resulte en la pérdida de vidas humanas se registre y se investigue de forma rigurosa, tanto administrativa como penalmente.
“Por su parte, la investigación de los hechos debe ser realizada por miembros de otras instituciones o, por lo menos, de otras unidades diferentes de aquellas que participaron en la acción, de modo que se garantice la independencia de la investigación, de acuerdo con la jurisprudencia existente por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, concluye.
Fuente.-

ENTRO con "TODO y CABALLO a COMPRAR CIGARROS al OXXO" y lo DETIENEN...que andaba borracho.

Diego, un hombre de 30 años, entró a comprar cigarros a una tienda de conveniencia montado en su caballo en Parras Coahuila.
El establecimiento está ubicado en las calles de 16 de Septiembre y Calzada.
Las despachadoras se sorprendieron por que la persona se encontraba en estado de ebriedad.
De inmediato dieron vista a las autoridades, por lo que acudieron elementos de la Policía Municipal.
El cabalgante salió huyendo de la tienda a todo galope cuando los uniformados llegaron.
Los elementos de seguridad lograron alcanzarlo unas cuadras más adelante de la tienda Oxxo.
Según las autoridades el detenido se encontraba con un fuerte aliento a alcohol.
Fue por la mañana que sus familiares acudieron a pagar la multa para que recuperara su libertad.
Los hechos fueron cerca de las 3 de la madrugada de este sábado.
fuente.-

VAMOS BIEN y de BUENAS: AGOSTO de 2019 es YA el MAS VIOLENTO entre los VIOLENTOS...el resto son informes deformes.


En agosto pasado se registraron 2 mil 469 víctimas de homicidio doloso en el país, un promedio de 79 al día, según el conteo diario de este delito que realiza el gabinete de seguridad federal.

El reporte que todos los días se le entrega al presidente Andrés Manuel López Obrador indica que agosto es el segundo mes más violento de lo que va de 2019, por debajo de junio que ocupa el primer lugar.

El 4 de agosto fue el día con más asesinatos violentos en el país, de acuerdo con el informe, el cual tiene una subestimación a la alza de entre 20 y 25 por ciento.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) aún no emite su informe mensual correspondiente a la incidencia delictiva en agosto, sin embargo el conteo diario permite establecer una tendencia mensual de los homicidios dolosos en el país.

Guanajuato, Baja California, Jalisco, Michoacán, Guerrero encabezan la lista con más muertes violentas.


 Fuente.-

"HERIDO NO QUIERE HABLAR": INDAGAN EJECUCION de 5 PERSONAS en TERMINAL de AUTOBUSES en CUERNAVACA...iban huyendo cuando los mataron.

La Comisión Estatal de Seguridad (CES) de Morelos afirmó que fue un ataque directo el asesinato de cinco personas registrado esta mañana en la terminal de autobuses de Cuernavaca.

"De acuerdo a los primeros indicios, se establece que los hechos ocurridos esta mañana en la Central de Autobuses Estrella de Oro en Cuernavaca, fue un ataque directo contra las personas que perdieron la vida en el lugar", informó la CES en un comunicado.

"Ha quedado establecido que en ningún momento se atentó contra turistas ni demás personas que se encontraban en el sitio".

Las instituciones de seguridad analizan los videos de las cámaras de videovigilancia de la zona, además de desplegar un operativo conjunto para dar con los responsables.

En tanto, la Fiscalía General del Estado (FGE) inició las investigaciones correspondientes.

La dependencia agregó que se analizan todas las líneas de investigación posibles y se recaba información para dar con los agresores.

Cerca de las 4:40 horas de este lunes se recibió el reporte de detonaciones de arma de fuego en el establecimiento ubicado en la Avenida Morelos Sur de la Capital morelense.

"De inmediato se activaron los protocolos de emergencia para atender los hechos suscitados en el área del mencionado establecimiento", abundó.

"Paramédicos que acudieron al lugar confirmaron el deceso de cinco personas del sexo masculino, así como un hombre más que resultó lesionado durante las agresiones".

La zona del ataque fue acordonada para que los peritos del Servicio Médico Forense (Semefo) realizaran las labores correspondientes y se brindara atención prehospitalaria a la persona herida, la cual fue trasladada al nosocomio.

Ante los recientes hechos violentos en la entidad, el Gobierno del Estado de Morelos afirmó que no existe riesgo alguno para la ciudadanía.

"Las actividades sociales se desarrollan en calma y de manera normal", afirmó.

"El Gobierno reitera que no existe riesgo alguno para la ciudadanía en general, derivado de la lucha entre grupos delictivos, a los que se combate de manera frontal para regresar la paz social al estado".

La compañía de transportes Estrella de Oro informó que el servicio de traslados se mantiene activo en Cuernavaca, Morelos.

A través de redes sociales, afirmó que el abordaje se realiza en un punto cercano a la terminal donde ocurrió la balacera esta mañana.

"Debido al incidente ocurrido hoy (que inició en las inmediaciones de nuestra terminal), el servicio de traslados se mantiene activo en Cuernavaca, realizando abordaje en un punto cercano a la terminal con el objetivo de poder llevar a nuestros usuarios a sus destinos", compartió.

"Seguimos dando información sobre nuestro servicio a través de nuestro call center, así como redes sociales".
"El herido no quiere declarar"

El Jefe de la Oficina de la Gubernatura de Morelos, José Manuel Sanz, afirmó que la persona herida en la balacera no quiere declarar.

En entrevista con medios locales, el funcionario estatal manifestó que a las 5:04 horas recibió el reporte del ataque y se mantiene en contacto con el titular de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), José Antonio Ortiz Guarneros. 

"Estoy en contacto con el comisionado, me dicen que hay una persona herida, que la persona herida no quiere declarar", declaró esta mañana previo a la reunión estatal de seguridad. 

"Lo primero que yo pregunté a las 5:30 de la mañana es que si fue un ataque indiscriminado o fue un ataque directo, lo que me dijeron es que aparentemente que venían huyendo, pero no sabemos en este momento, sobre todo por la persona que no quiere declarar".

Sanz dijo que espera obtener mayor información del ataque durante la reunión de seguridad.

"Está el semáforo rojo en este momento, y como digo la Guardia Nacional, Comisión Estatal de Seguridad y la Policía Federal se está trabajando en conjunto y de forma coordinada y ahora en la reunión de seguridad analizaremos los resultados que ha habido y como está la situación en este momento", señaló.

"En este momento hay un estado que tenemos que tener todas las fuerzas coordinadas y estar viendo que no suceda y que no escale esto".

El funcionario reconoció que han incrementando los hechos violentos desde la detención de Santiago Mazari Hernández, alias "El Carrete" y líder de Los Rojos.

fuente.-

"APRIETELE MI'JO y FIERRO PARIENTE": LA "GENTE del MENCHO" MUESTRA en VIDEO el LADO de su HISTORIA y le "JALA a la MATRACA" en TEPALCATEPEC...y la guardia por ningun lado.

Mediante un video, narcotraficantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) mostró su lado de la historia acerca del enfrentamiento que tuvieron contra el grupo de Juan José Farías Álvarez, alias “El Abuelo Farías” y los Cárteles Unidos, batalla de la que estos últimos se declararon ganadores, también mediante varios videos.

En las escenas que compartieron sicarios del grupo que dirige Nemesio Oseguera Cervantes alias “El Mencho“, o “El Señor de Los Gallos” o “El Gallero“, se ve a un sujeto encapuchado quien al parecer es grabado por alguno de sus cómplices, mientras dispara una especie de metralleta de grueso calibre, una de esas que solo se ven en las películas de acción.
El sujeto disparó por más de 40 segundos del minuto con 38 que dura el video, mientras recibe órdenes del hombre que está grabando mientras lanza maldiciones en contra de sus rivales.
Se desconoce cuál haya sido el destino de este par de sujetos que aparecen en el video, pero al parecer sobrevivieron a la cruenta batalla que duró varias horas y la cual dejó oficialmente un saldo 9 personas muertas y 11 lesionadas, en el municipio de Tepalcatepec, que colinda entre los estados de Michoacán, y Jalisco en México.
Previamente, con un video grabado con dron y un narcocorrido el grupo de “El Abuelo Farías” y los Cárteles Unidos, mostraron cómo “El Mencho“, sufrió una derrota tras este enfrentamiento.

NOTA RELACIONADA:

Pero no solo eso, mediante fotos y mensajes en el que aparece el cuerpo de un sujeto le mandan decir a un presunto cabecilla del Cártel Jalisco Nueva Generación que apodan “El Ruso“, que no podrán entrar a su territorio, y que lo mismo que le pasó a él, le sucederá a quienes entren en su territorio.
Mientras que el gobierno detalló que en la zona de la balacera también se aseguraron al menos 11 vehículos con impactos de bala, además que dos unidades fueron incendiadas y se usaron para bloquear vialidades para así evitar la intervención de las autoridades.
Fuente.-

MEXICO y el HORIZONTE "SIN RESPUESTA" de FOSAS CLANDESTINAS.. "¿Qué sucedió?, ¿qué pasó?, ¿por qué se lo llevaron?, por qué acabó en Colinas?"


La noche transcurre entre cigarros y más cigarros y pláticas que no terminan porque no hay cómo terminarlas, porque después de una idea se hace hueco la siguiente, después de un dolor aparecen más: ¿qué le habrán hecho a mi hijo?, ¿dónde se lo llevaron?, ¿qué fue lo que pasó?, ¿por qué? Así pasan las horas en casa de Rosalía Castro, envueltas en volutas de humo y el rumor de una lluvia que inunda poco a poco las veredas. Diluvia en el Puerto de Veracruz, el calor es asfixiante. La señora Castro, de 63 años, una mujer hecha de orgullo y dignidad, saca su celular y muestras fotos de unas fosas, ya tapadas. Cada una tiene su número: uno, dos, tres, así hasta 156. La pantalla de su teléfono parece un mosaico de fotos de pollitos, pero el color amarillo de las imágenes es en realidad la pintura con que han escrito el número de cada fosa sobre trozos de cemento. Así es hoy Colinas de Santa Fe, un cementerio amarillo, vacío, rescatado del olvido.

En el listado de horrores que acumula México desde hace ya más de una década, las fosas de Colinas ocupan un lugar destacado, quizá cerca de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014 o las masacres de migrantes en Tamaulipas unos años antes. Colinas es el mayor cementerio clandestino jamás encontrado en México: 156 fosas, al menos 298 cuerpos -o identidades, porque el número refiere en realidad a los cráneos hallados en las fosas- miles de fragmentos de hueso, ropa, basura... Un cementerio clandestino usado por criminales, a veces con uniforme y otras sin él. En Veracruz, como en otros Estados de México, la línea entre delincuentes y autoridades no es siempre clara. A veces colaboran, a veces se dejan hacer. Pocas veces se castiga a los responsables. El hecho es que la desaparición forzada de personas se ha convertido en uno de los dramas de un país que no ve fin a la escalada de violencia. Son decenas de miles y sus familias los buscan en todas partes, vivas o muertas, en fosas, en lagos, en desiertos. En humedales plagados de mosquitos como Colinas de Santa Fe. 

Repasado el terreno varias veces, en abril concluyeron las labores de búsqueda en Colinas. Todo lo que hubo allí ya está fuera. La semana pasada, familiares de personas desaparecidas del Colectivo Solecito instalaron un memorial en el predio, asistieron a una misa, cerraron una temporada de sus vidas. El Solecito ha sido clave estos años para las búsquedas. Han forzado a las autoridades a actuar, han sido ejemplo de constancia. Gracias al colectivo, algunos ya han encontrado a sus hijos, hermanos, esposos, aunque la mayoría no lo ha hecho. De los 298 cráneos desenterrados, las autoridades apenas han podido identificar a 22. Por un lado, faltan perfiles genéticos de familiares de personas desaparecidas, gente que no se ha acercado a las autoridades a dejar muestras de ADN, por miedo o el motivo que sea. Por otro, según Lucy Díaz, cabeza visible del Solecito, falta "voluntad política de la Fiscalía". Sea como sea, no es ningún secreto que México sufre una crisis forense de enormes proporciones. Faltan medios, profesionales e inversión. Por eso en junio, el encargado de la oficina de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, anunció una inyección de 20 millones de dólares para construir centros forenses y contratar profesionales.

La situación con los demás cementerios clandestinos de Veracruz es la misma que en Colinas. En el resto del país, igual. La lentitud en las identificaciones dificulta procesos psicológicos ya de por sí complicados, familias que un día supieron que alguien se había llevado a los suyos. La impunidad en muchos de los casos es irritante. Las familias han pagado de sus bolsillos parte de las investigaciones para esclarecer lo ocurrido, correteando a los fiscales, exigiéndoles trabajo, haciéndoles de chófer, llevando y entregando oficios, buscando lomas, páramos, desiertos donde buscar posibles fosas clandestinas. En el caso de Rosalía Castro, ella dice que al menos ha gastado un millón de pesos de su bolsillo, 50.000 dólares.
Rosalía Castro, en el centro, en una marcha junto a las compañeras del Solecito.FÉLIX MÁRQUEZ

¿Y ahora? Ahora más de lo mismo. El jueves pasado, la señora Castro dedicó la mañana a hacer "prospecciones", esto es, a localizar nuevos puntos de búsqueda cerca del Puerto, fijar los puntos en un mapa y mandar las coordenadas a la Fiscalía General de la República. Entre los puntos que ya han visitado y los que tendrán que visitar son más de 20.

"A mí el miedo que me da es que me muera sin yo haber encontrado a Beto", dice. Roberto Carlos Casso, su hijo, que ahora debe tener 46 años, calcula la mujer, desaparecido junto a su novia, Cynthia Vicencio, el día de Nochebuena de 2011, mientras conducía del Puerto a Huatusco, su pueblo. "Este domingo me dio un ataque de ansiedad por primera vez", cuenta. Ella estaba justamente en Huatusco, en el bazar que puso para sacar algo de dinero y financiar las búsquedas. Llegó un familiar, le habló de una sobrina nieta que cumplía años. Le mencionó el día en que ella y Beto fueron a ver a la sobrina nieta cuando nació, hace ocho años, que si se acordaba. Y cómo no iba a acordarse, ¡claro que lo recordaba! Solo que no evocaba esa imagen desde hacía mucho tiempo. Y aquel recuerdo, aquella visión inesperada de Beto le cayó de repente entre ceja y ceja y le quitó el aliento. Un ataque de pánico.

A casi ocho años de la desaparición de Beto no hay un solo detenido. Los fiscales han tenido pistas, pero ya sea por desidia, incapacidad, miedo o complicidad, no han hecho nada. Ha sido Castro quien ha investigado, quien pidió los vídeos del banco del que sacaron dinero de la tarjeta de Cynthia el día en que se los llevaron; quien recorrió todos lo depósitos vehiculares del Estado para encontrar el carro de Beto. Ha sido ella la que ha lidiado con el banco de su hijo, los pagos de su camioneta, de su casa; ella ha tenido que pedir el certificado de presunción de muerte de Beto, algo que le dolió en el alma, porque aunque sea exigua, guarda una pequeña esperanza de encontrarlo con vida. Pero lo pidió para quedarse con las escrituras de la camioneta y la casa y así, en un tiempo, darle ambas cosas a su nieto, el hijo de Beto.

EL PAÍS ha intentado entrevistar a Jorge Winckler, fiscal de Veracruz, para preguntarle por los avances en casos como el de la señora Castro, en la identificación de restos, en las búsquedas y la localización de nuevos cementerios, pero no ha obtenido respuesta. Igualmente, este diario solicitó una entrevista con Patricia Trujillo, coordinadora de la división científica de la Policía Federal, ahora en la Guardia Nacional, pero la Secretaría de Seguridad Ciudadana no ha dado permiso.
Corregir los errores del fiscal

Uno de los primeros cuerpos recuperados de Colinas fue el de Giovanni Palmeros. Desaparecido en enero de 2014 a manos de agentes de tránsito de Boca del Río, municipio vecino del Puerto, el cuerpo de Giovanni apareció en la fosa 21 de Colinas en octubre de 2016. Su padre, René, 61 años, explica que aún tardaron un año en analizar los restos, identificarlos y avisarle. El 11 de octubre de 2017 le llamaron de Fiscalía. En noviembre le entregaron a su hijo.

La suerte que tuvo, dice el señor Palmeros, es que Giovanni estaba solo en la fosa. Nada más había un cráneo en la 21. Si hubiera habido más de uno, piensa él, quizá habría sido más difícil, se mezclan los ADN. Pero él estaba solo.
La fosa 21 de Colinas. A la derecha, René Palmeros R. CASTRO / F. MÁRQUEZ

El viernes pasado, en un café cerca de su casa, en un municipio cercano al Puerto, Palmero recordaba el día en que fue a ver la dichosa fosa 21. Fue poco después de saber que habían identificado los restos de Giovanni, durante una misa que ofrecieron en Colinas. Una misa para tomar fuerzas. "En esa ocasión nos afectó mucho", dice, "me asomé a la fosa, estuve ahí encima".

El señor Palmeros ha podido enterrar a su hijo, pero encara todavía una batalla judicial que se antoja larguísima. Ya se lo ha dicho el juez que lleva el caso: paciencia. Dos de los agentes están presos, pero otros dos no. Hasta ahora se les imputaba un delito de desaparición forzada. Desde que apareció el cuerpo de su hijo, también de homicidio. El peso de la acusación recae en buena parte sobre el trabajo que él ha realizado estos años. De hecho el viernes por la mañana fue a ver al fiscal para repasar un escrito que este debe presentar ante el juez. Corregir los errores del fiscal.

Dice el sociólogo uruguayo Gabriel Gatti que "cuando alguien desaparece [cuando le desaparecen] todo significado se rompe. La desaparición de alguien quiebra el vínculo entre el nombre y el cuerpo, destruye su conexión con la comunidad y sus relaciones sociales. La intención de las políticas sobre la memoria es llenar el vacío con significado".

Visto en perspectiva, el escenario que enfrenta René Palmeros es casi ideal. Ya encontró a su hijo, se despidió, ha podido cerrar esa parte. Pero en realidad, él sabe que esto acabará cuando se muera. Ya no es solo el proceso judicial, es la verdad. El derecho a saber la verdad, de llenar el vacío con significado. "¿Qué sucedió?, ¿qué pasó?, ¿por qué se lo llevaron?, por qué acabó en Colinas?", se pregunta.
fuente.-Diario Español/

EL "INFIERNO y la DESESPERANZA" se PASEAN en COATZACOALCOS...el gobierno y la policia aliada del narco.



A Nayeli Irineo le daba miedo ir al trabajo, pero no podía dejarlo. Su sueldo como bailarina era el sustento de sus padres, su hermano más pequeño y sus dos hijos, de tres y cinco años. Procuraba no meterse en problemas con nadie. Tomaba todas las precauciones posibles. 



El martes pasado un comando armado incendió El Caballo Blanco, el bar donde trabajaba. La masacre dejó al menos 29 muertos y 8 heridos. "Cuando nos dijeron que murió asfixiada no lo podíamos creer", cuenta Carlos Gómez, su tío, mientras trata de contener la impotencia: "Tenía 24 años". Nunca antes un ataque había conmocionado tanto a Coatzacoalcos, una de las ciudades más peligrosas del Estado de Veracruz y de México. "Esta es nuestra realidad, el tema es que nunca sabes cuándo te va a tocar y esta vez le tocó a Nayeli", dice Gómez resignado. Todos los días se respira la violencia, pero hoy la desesperanza sofoca.

Las primeras noticias comenzaron a salir pasadas las diez de la noche. Los agresores irrumpieron en el bar, abrieron fuego contra los asistentes y después lo hicieron arder. Algunos testigos dicen que con cócteles molotov, otros afirman que vieron granadas y gasolina, todos escucharon el estruendo de las explosiones. Antes de que empezara el incendio, los atacantes bloquearon las puertas de salida para que nadie pudiera escapar. Pocos sobrevivieron. Los últimos cuerpos fueron rescatados sobre las seis de la mañana. Varios cordones policiales desperdigados custodian la escena del crimen 24 horas más tarde, dos uniformados con pasamontañas hacen guardia con armas largas y la luz de las sirenas alumbra la fachada del local, que permanece casi intacta. Atrás quedaron las ambulancias, los peritos y los destrozos, hacia dentro todo es oscuridad.

"Me enteré por Facebook y manejé [conduje] toda la noche desde Cancún", asegura David, de 51 años. Su esposa, Rocío González, de 53, había empezado a trabajar como limpiadora en El Caballo Blanco hace cuatro días. "No hay palabras para decir lo que siento, que Dios perdone a quienes hicieron esto porque no tiene nombre", lamenta David, que pide que no se revele su apellido por miedo. "Coatzacoalcos se está volviendo un pueblo fantasma por la inseguridad", afirma, mientras espera en la Fiscalía a que le entreguen el cuerpo de su mujer. Una treintena de personas, las últimas en identificar a sus familiares, aguardan sentadas sobre sillas de plástico y lloran a sus víctimas a las puertas de las oficinas.

El principal sospechoso fue identificado como Ricardo Romero, alias La Loca, y señalado como jefe operativo del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que se disputa la plaza con Los Zetas. Tras el señalamiento contra Romero como supuesto autor material comenzó un nuevo capítulo de una larga pelea entre el Gobierno y la Fiscalía locales, desmintiéndose y culpándose mutuamente en redes sociales por el desbordamiento de la violencia y por una tragedia que, se insinuaba, pudo haberse evitado encerrando a La Loca, que fue arrestado dos veces en las últimas semanas.
El funeral de Nayeli Irineo Gómez, en Coatzacoalcos. MÓNICA GONZÁLEZ

Otra línea de investigación sugiere que el blanco del ataque fue Agustín Ronzón, señalado por el portal Pie de Página y otros medios locales como dueño del bar. Ronzón y su amigo Josimar Río fueron detenidos por la Policía estatal y desaparecieron la noche del 24 de agosto, denunciaron sus familiares. Dos días después circuló un vídeo en el que ambos jóvenes aparecen arrodillados y maniatados. Después de decir sus nombres y que eran de Coatzacoalcos, un hombre les pregunta por qué los detuvieron y ellos contestan que por chapulines, que en la jerga del narco se refiere a quienes traicionan a un cartel y se pasan a otro. Menos de un minuto después, Ronzón y Río son decapitados. Las autoridades no han confirmado que ambos hechos estén relacionados ni que Ronzón sea realmente el propietario.

"Es un secreto a voces que hay gente del Gobierno y policías aliados con el narco, que padecemos la violencia en carne propia", asegura Gómez, mientras toma un respiro durante el velorio de su sobrina. Duda un momento y segundos después se levanta la camiseta y deja a entrever una cicatriz que le atraviesa el estómago y cierra el puño para enseñar otra marca. "Hace cuatro años iba caminando y me dispararon cuatro veces, nunca se supo quién fue".

El ataque contra El Caballo Blanco no fue un caso aislado. La tienda Bama fue incendiada el pasado 29 de mayo. El bar La Catrina fue atacado el 16 de julio y una mujer sufrió quemaduras y disparos. Dos días después se prendió fuego a una concesionaria automotriz y a una tienda de cocinas. El bar Mangos fue incendiado el pasado 22 de julio. En casi todos los casos, los dueños se negaron a ser extorsionados, a pagar el llamado derecho de piso. La masacre de Coatzacoalcos abre también la herida de Minatitlán, un municipio aledaño en el que fueron asesinadas 14 personas en una fiesta en abril pasado.

El avance de la violencia ha sido progresivo y se ha asentado. Entre enero y julio de 2015 hubo 13 homicidios dolosos en Coatzacoalcos, según datos oficiales. Para el mismo periodo de 2016 fueron 28 y en 2017 fueron 57. Los primeros siete meses del año pasado sumaron 98. Y hasta julio de 2019 ha habido 66 asesinatos. Hasta el mes pasado, el Estado de Veracruz acumuló 835 homicidios dolosos y en medio de la barbarie, más del 85% de los casos quedan impunes, según la organización Impunidad Cero. La historia reciente de Veracruz se completa con el drama de las desapariciones forzadas, las fosas clandestinas, un gobernador tras las rejas por corrupción y la pugna por el tráfico de drogas.

"Es algo muy fuerte, qué triste que una ciudad como esta esté pasando por esto, que las familias sean las más lastimadas", lamenta Alma del Carmen Ortiz, la abuela de Nayeli. Detrás de la tragedia, bajo la narrativa de la lucha contra el narco, en el cruce de intrigas y descalificaciones políticas está una bailarina y una trabajadora de limpieza. Un barman, un guardia de seguridad, un turista que salió a divertirse. Y quienes los sobrevivieron. "Solo queremos que se sepa la verdad y que se haga justicia", dice Gómez, antes de volver al funeral de su sobrina.

fuente.-Diario Español/