foto.-Ejecución de 6 policías en jalisco en Diciembre de 2018.- |
El problema de la violencia y la inseguridad sigue siendo la demanda permanente de los mexicanos, demanda que viene de hace 15 años.
Sí, es cierto como señalan, que cuando el presidente Felipe Calderón en 2007 declaró la guerra al crimen organizado, que éste ya se la había declarado a la sociedad y a las autoridades, el conteo de muertes comenzó a subir, pero siguió en el sexenio de Enrique Peña y se ha mantenido al alza en los primeros 11 meses del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Por qué esa inercia?
Pues porque el crimen organizado no reconoce cambios sexenales. Para la delincuencia todo es gobierno no importa si es del PAN, del PRI o de Morena, ellos, que están por encima de la ley, por encima de los sexenios, de los presidentes y de sus estrategias, son criminales a los que nada ni nadie ha contenido, que cada día se extienden más, son más y más violentos.
Reitero, no les importa el presidente en turno, lo suyo es la delincuencia, realmente organizada. Ellos son más, mantienen sus estrategias, los gobiernos las cambian, las ajustan, respetan la ley, los derechos humanos lo que, paradójicamente, los pone en desventaja ante el crimen.
Un punto, que nada aporta, solo es para la memoria, es que aún como Presidente electo, López Obrador repetía su ofrecimiento de candidato: cuando llegue a la Presidencia (el 1 de diciembre de 2018) se acabará la violencia y la corrupción, y le puedo conceder la segunda, por el combate a la corrupción, pero no en el primero porque fue, como se documenta ahora con casi 100 muertos diarios, la media más alta de que haya registro.
Pero ahí están en pie más que nunca: la exigencia de seguridad de los mexicanos y su compromiso de acabar con la violencia que, heredada o no, se da ya en su gobierno.
fuente.-LopezDoriga/Digital.
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