Edgar Moya, pescador, aseguró a Univisión que los submarinos del crimen organizado llegan desde Colombia y algunos de estos trabajadores llevan los paquetes a tierra.
La capacidad del submarino no les permite llegar a la orilla. ¿Por qué? Porque se vararía y ya no saldría el submarino. Se vara, como una ballena”, mencionó Moya a la reportera Peniley Ramírez.
Las lanchas, conocidas como “pangas”, tienen compartimientos cubiertos, donde los pescadores colocan los paquetes de estupefacientes y así evitan ser detectados por las autoridades.
Los narcotraficantes pueden pagar entre 400 y 500 dólares diarios a los pescadores, quienes se alejan entre 8 a 12 kilómetros de la costa, recogen la droga de los submarinos y se la llevan a través de canales, donde los barcos de la Marina no pueden cruzar.
Moya, quien es líder de una cooperativa local, añadió que los pescadores no son obligados a trasladar la droga y que incluso los criminales no insisten en caso de que rechacen el empleo.
Posteriormente, algunos de ellos son trasladados a Colombia, con la función de “cuidar” la mercancía en su traslado a México.
Una vez que la droga llega cerca de la costa, ya en México, son humildes pescadores mexicanos quienes van a buscarla y traerla a tierra, según múltiples testimonios obtenidos para nuestra investigación #Narcosubmarinos #Viajealfondodelmalhttps://t.co/aXFb11mnaf— Peniley Ramírez (@penileyramirez) 26 de noviembre de 2019
Con información de: Univisión/imagen mundocriminal.wordpress/
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