Los cárteles mexicanos han comenzado a utilizar armamento de gran poder que incluso supera el blindaje de los vehículos del Ejército. Así lo dio a conocer el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quien afirmó que al menos seis países (Rumania, Georgia, Italia, Austria y Brasil, y mayormente EE.UU.), proveen de armamento a estos grupos criminales.
De contar con viejas armas soviéticas en el pasado, los cárteles pasaron a utilizar desde fusiles característicos de ejércitos en guerra hasta los drones con explosivos de tecnología más sofisticada, pasando por la fabricación de sus propios vehículos blindados o incluso submarinos. Y ahora, también minas improvisadas.
Para
Robert J. Bunker y John P. Sullivan, autores de dos libros sobre los avances en las tácticas de los cárteles mexicanos en los últimos años y sobre la evolución de su armamento con artefactos explosivos aéreos, la adopción de minas terrestres o drones armados refleja “una escalada de violencia potencialmente indiscriminada”.
Los expertos consultados por la BBC sitúan el inicio de esta evolución y militarización de las armas del crimen organizado en México, en el momento en que el Cártel del Golfo desplegó hace años por primera vez a exsoldados profesionales como parte de Los Zetas, su antiguo brazo armado.
Aquello fue el detonante para que cuando un cártel intentaba sobrevivir y competir contra grupos rivales, optara por reforzar sus unidades utilizando armamento de grado militar.
El origen de las armas
En el pasado, los cárteles mexicanos obtuvieron armas de arsenales de gobiernos centroamericanos como rifles de asalto, lanzagranadas, ametralladoras, armas antitanque y granadas. De un mercado ilegal más lejano llegaban armas de grado militar fabricadas en países como China, Rusia, Corea del Sur o Sudáfrica.
Un tercer origen de estas armas es el propio México. Según Bunker, “los cárteles han obtenido armas de funcionarios policiales, militares y gubernamentales corruptos. Incluso, cuando las autoridades incautan armas de grado militar de los cárteles, no siempre se destruyen y pueden volver a ellos por un precio acordado”.
Uno de sus puntos débiles es que “los cárteles se involucran en actos de corrupción que socaban las instituciones del gobierno mexicano. Las unidades de la Secretaría de Defensa en terreno pueden ser vulnerables a la corrupción si se despliegan en un área por periodos prolongados”, alerta.
Además, en los últimos años, los cárteles han aumentado sus conocimientos y capacidades para fabricar sus propias armas como las minas terrestres improvisadas o drones armados. Una de sus principales fuentes de aprendizaje es la interacción con otros grupos criminales.
“A veces, eso se aprende en prisión. Tales habilidades tácticas de armamento se han transmitido de grupos como las FARC de Colombia al Cártel Jalisco Nueva Generación, por ejemplo, cuando los grupos cooperan y forman alianzas”, destaca Sullivan.
Las armas predilectas del narco
En una conferencia de prensa en febrero, el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la SEDENA, mencionó que las armas como la Barret M82, el AK-47 ―mejor conocido como Cuerno de Chivo―, la M-16, la AR-15 y la ametralladora XM134 han sido identificadas como armas predilectas de los narcotraficantes.
Las granadas también son un arma empleada frecuentemente, ya que pueden producir heridas mortales entre los dos y cinco metros.
El Rifle Avtomat Kalashnikov, conocido mundialmente como AK-47 y cuyo sobrenombre en México es “Cuerno de Chivo” es de fabricación rusa, y aunque fue creado en 1947, es el arma más vendida del mundo debido a su bajo costo de fabricación. Su capacidad de disparo es de 600 balas por minuto y un alcance efectivo de 443 metros.
También hay pistolas consideradas de última generación que utilizan balas trazadoras capaces de traspasar blindajes. En México se conocen como “matapolicías”.
El reporte de la Sedena refiere que durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, se han asegurado 477 fusiles y ametralladoras calibre .50, una de las favoritas de los narcotraficantes.
Dichas armas son reconocidas por disparar el cartucho más grande y potente. Su ficha indica que es un arma efectiva contra infantería, vehículos y embarcaciones sin blindaje o que cuentan con fortificaciones ligeras.
Los fusiles Barret, utilizados por francotiradores de élite de las tropas estadounidenses, se han popularizado entre los grupos criminales. Está considerado como el rifle más poderoso del mundo. Perfora estructuras blindadas e incluso el cemento y es capaz de derribar aeronaves.
En 2015 el CJNG derribó un helicóptero de la Secretaría de Marina con un lanzacohetes RPG-7, de fabricación rusa. El arma entró al país por la frontera con Estados Unidos, según datos oficiales.
Durante una operación contra el cartel de La Familia Michoacana, la Sedena confiscó ametralladoras SAW 5.5 con capacidad de 700 disparos. También fusiles Remington 700 utilizado para francotiradores, granadas y bazucas. Al Cártel de Sinaloa se le han confiscado bazucas y morteros utilizados en el ejército estadounidense.
Por si eso fuera poco, “ahora el crimen organizado utiliza minas artesanales en los caminos y drones cargados con explosivos. Entonces, o te cuidas del suelo que pisas, o te cuidas de lo que hay sobre tu cabeza”, resume la situación para BBC Mundo Gilberto Vergara, párroco de Aguililla, Michoacán.
Vehículos monstruo
El mejor ejemplo de militarización de las armas de fabricación casera de los cárteles son los “vehículos monstruos“, es decir, unidades blindadas que usan los distintos grupos criminales y que han evolucionado para adaptarse a los cambios tecnológicos.
Según revela Telemundo, el CJNG poseía un potente monstruo con blindaje avanzado, aspilleras para disparar desde dentro sin quedar expuesto, y placas protectoras para los neumáticos.
Otro monstruo, decomisado por las autoridades en Michoacán, destaca la sustitución del parabrisas por placas de acero y una pequeña ventana para la visibilidad, así como revestimiento del vehículo con láminas de metal.
Los nuevos vehículos cuentan con una especie de quemacocos que sobresale del techo para proteger contra las explosiones de drones, y placas de metal enganchadas a la suspensión para detonar minas terrestres antipersonal, otra arma común en los campos de batalla de Ucrania, pero que decenas de países prohíben por su letalidad para los civiles que las accionan sin advertirlo, y son cada vez más comunes en México.