Un ventilador con mal funcionamiento y que no servía para atender casos críticos de Covid-19 marcó el destino de un paciente. El 2 de junio del año pasado, en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, una persona murió a consecuencia de un contrato plagado de irregularidades: sobrecostos, pagos indebidos, retrasos en la entrega y uso indebido de atribuciones y facultades.
Ese día, en el cambio de turno de matutino a vespertino, tras intubar al paciente y conectarlo a uno de los ventiladores que la empresa Multicorporación Brexot, S.A. de C.V. vendió al ISSSTE, la pantalla se apagó 10 minutos después y apareció un aviso de que necesitaba recalibrar –un proceso tardado–, por lo que se procedió a hacer una ventilación manual. No obstante, mientras se reanudaba el equipo, el paciente falleció, consta un acta de hechos realizada el 15 de junio por el personal médico de ese hospital.
“El uso de estos ventiladores es meramente de soporte por algunos minutos u horas, por lo que se considera como ventilador de traslado y no como ventilador volumétrico sofisticado indicado para el tipo de paciente complejos que estamos manejando. Pretender usarlos en estos pacientes únicamente aumenta las complicaciones y mortalidad”, determinó el equipo médico del área de Covid.
Ventiladores que costaron millones al ISSSTE –que dirige Luis Antonio Ramírez–, mucho más que los que el hijo de Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad, también costaron la vida y salud de las personas.
Cada unidad tuvo un precio de 2 millones 300 mil pesos, 750 mil pesos más costosos que los que la empresa de León Bartlett Álvarez vendió al IMSS a través de su empresa, Cyber Robotics. Comparten la misma responsabilidad de dar al gobierno equipos defectuosos de los que depende la vida de muchos mexicanos.
En la información, que se desprende de la auditoría del Órgano Interno de Control (OIC) del ISSSTE, se expone que los médicos del 20 de Noviembre también advirtieron que dos pacientes tuvieron deterioro en su salud por la disfunción de los ventiladores marca Aeonmed.
Ante las fallas súbitas, el día en que falleció la persona se retiraron 16 unidades, que fueron devueltas a la Subdirección de Regulación Hospitalaria de la Dirección Normativa de Salud. Ahora están arrumbados en el Almacén General del Instituto.
Pese a la denuncia y los hallazgos de la OIC, no se le había solicitado al proveedor responder por los defectos y vicios ocultos.
EL SOBRECOSTO
Un gran negocio hizo Multicorporación Brexot, una compañía de la que hay poca información. En medio de la contingencia sanitaria se abrió la puerta a adjudicaciones directas, de prisa, por atender la emergencia de Covid-19. Estos ventiladores defectuosos forman parte de un contrato para suministrar al ISSSTE, en una primera instancia, 250 equipos. Después, con el convenio modificatorio, se demandaron otros 50.
El importe pagado por cada equipo fue de 2 millones 300 mil pesos sin IVA, que da un total 690 millones de pesos.
De acuerdo con el OIC, la compra de 200 equipos Aeonmed la hizo Multicoporación Brexot a la empresa Highchem Company, con residencia en Japón. Gracias a la evidencia del acta de entrega de recepción de mercancías importadas por la Secretaría de Salud, la factura deja ver que se le vendieron al ISSSTE con un sobrecosto de un millón 260 mil 824 pesos.
Esto porque Highchem se los vendió a Multicorporación en 1 millón 39 mil pesos, y esta última, como ya se mencionó, se los dejó al Instituto en 2 millones 300 mil pesos: más del doble.
Teniendo como referencia esto, la auditoría realizada por el OIC determinó que también los 100 ventiladores restantes tuvieron el mismo sobrecosto. Entonces, los 300 equipos en total, resultaron 378 millones 247 mil 356 pesos más caros, comparados con el precio de la factura de Highchem.
Los equipos resultaron 378 millones de pesos más caros.
Se precisa que los 100 ventiladores restantes corresponden a otras marcas, pero aún así se le vendieron al ISSSTE al mismo precio que las Aeonmed.
Además, el Instituto, en los 200 ventiladores que se importaron, incurrió en un pago indebido: es decir, que no le correspondía hacer. Se trata de 39 millones 595 mil 636 pesos que dio de impuestos de comercio exterior y de transporte aéreo que tenían que correr a cuenta del proveedor.
“Se validaron los números de serie de cada equipo, contra las actas de entrega realizadas a las diferentes unidades médicas del Instituto, a efecto de comprobar que los ventiladores corresponden al contrato DEM/DA/CM/0057/2020 o al convenio… corroborando que se tratan de los mismos”.
LA EMPRESA
De acuerdo con el Registro Público de Comercio, Multicorporación Brexot se constituyó en 2017 en la Ciudad de México. Como socias aparecen: Mariana Diana Álvarez Vargas y Norma Lizbeth Ramírez Pérez.
Registro público de la propiedad.
En su objeto social, además de prestar varios servicios al sector salud, también se dedican a hacer campañas de publicidad, a la coordinación y explotación de toda clase de espectáculos, diversión y atracciones, así como al outsourcing, entre otras muchas actividades, que se describen en 10 páginas de su acta constitutiva.
El domicilio fiscal de esta empresa, que ahora factura millones con el ISSSTE, es una modesta oficina del piso de una propiedad con fachada beige en Turmalina 3, Tlalnepantla de Baz. Más allá de estos datos no se sabe mucho de esta empresa que se ha visto beneficiada con la pandemia.
Fachada de las oficinas en Tlalnepantla.
Además del contrato millonario de los ventiladores que investiga el OIC, en Compranet hay registrados 10 contratos en 2020 para esta empresa, todos del ISSSTE y por adjudicación directa. Para material de curación, equipo médico y de laboratorio, así como servicios de sanitización, desinfección y fumigación, que en conjunto suman 29 millones 786 mil pesos.
Su suerte se acabó el pasado 24 de noviembre, cuando la Secretaría de la Función Pública la inhabilitó por no entregar en su totalidad los primeros 250 ventiladores pactados con el ISSSTE, pues le faltaron 50.
La inhabilitación tiene una duración de 3 años nueves meses, por lo que terminará hasta el 24 de agosto de 2024. También le impuso una multa de un millón 954 mil 800 pesos, nada en comparación al jugoso contrato que obtuvo.
TODO MAL
De los ventiladores que sí entregó, el OIC no logró identificar el documento para saber la ubicación, resguardo y entrega de seis ventiladores, “no obra evidencia documental del destino de esos equipos; por lo que de no localizarse podría generar un presunto daño al patrimonio institucional por un importe total de $13,800,000”.
Si no bastara con todo esto, no entregó los equipos en las fechas pactadas. En la primera de los 250 ventiladores, se detectó que se dieron al ISSSTE 38 días después, eso sí, el pago se realizó a tiempo, según consta la transferencia de la factura de BBVA.
La auditoría apunta que, por los días de retraso, a Multicorporación se le tenía que haber aplicado una penalización equivalente a 52 millones 292 mil 800 pesos. Lo mismo sucedió con la segunda entrega de los 50 ventiladores, tuvo 14 días de atraso y ahí el castigo tenía que ser de un millón 610 mil pesos, pero el administrador del contrato se hizo de la vista gorda, ya que el documento menciona que incumplió al no informar a la Subdelegación del ISSSTE en el Estado de México.
Dicha subdelegación, en suma, incurrió en uso indebido de facultades y atribuciones, pues no puede realizar adquisiciones para diversas unidades médicas adscritas al Instituto a nivel nacional.
Fuente.-@emeequis