“La policía estatal secuestró a mi esposo. Lo sacó forzosamente de mi casa. Se lo llevaron y quiero justicia”. Nora Estefanía Noyola Fernández, de 22 años, lleva casi tres semanas sin saber nada de su esposo, Luis Alberto Herrera Ávalos, de 27. El pasado 6 de enero se encontraba en su casa de Ciudad Mier, Tamaulipas, cuando policías estatales irrumpieron al interior del domicilio y se lo llevaron.
Horas después supo que civiles armados se lo llevaron de las oficinas de Tránsito en Miguel Alemán, donde lo tenían encerrado. La última noticia que recibió fueron videos en los que su esposo aparece siendo torturado mismo día.
Su caso no es el único. Ese día fue detenido Jaime Santacruz, de 28 años, y los hermanos Mario Alexis García Bocanegra y Brian Eduardo García Bocanegra. Del primero tampoco se ha vuelto a saber nada mientras que los otros dos regresaron tras escapar de los agentes que los custodiaban.
“Quiero justicia. Que me lo regresen. Que ya no amenacen ni se lleven a gente inocente. Temo por mi vida, la de mi familia y la de la gente del pueblo”, explica Noyola Fernández.
Junto con varios integrantes de su comunidad, la mujer se desplazó hasta la Ciudad de México para interponer una denuncia ante la Fiscalía General del Estado y pedir medidas cautelares ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Además, también solicitaron exponer su caso ante Presidencia y la Secretaría de Gobernación.
Una semana después de las desapariciones, vecinos de Ciudad Mier protestaron cortando la vía y fueron reprimidos por agentes del Grupo de Operaciones Especiales de la Seguridad Pública de Tamaulipas (GOPES). Los agentes disolvieron a balazos, según las denuncias presentadas por las víctimas ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Animal Político quiso saber la versión de la secretaria de Seguridad Pública de Tamaulipas, pero al cierre de la edición no había recibido respuesta.
Capturados en sede oficial
Los hechos se iniciaron el 6 de enero cuando agentes de la Policía estatal de Tamaulipas desarrollaron un operativo en Ciudad Mier. Ahí fueron capturadas cuatro personas: Luis Alberto Herrera Ávalos, Jaime Santacruz, Mario Alexis García Bocanegra y Brian Eduardo García Bocanegra.
Todos ellos fueron conducidos a Barandilla, que es como se conoce a las oficinas de Vialidad y Tránsito en Ciudad Miguel Alemán. Entre ambos municipios apenas hay 15 kilómetros de distancia en paralelo al Río Bravo, unos 20 minutos en coche. Sin embargo, ahí existe una frontera invisible. Ambas localidades marcan la división en el enfrentamiento entre dos de los cárteles que operan en Tamaulipas. Al este, del lado de Ciudad Mier, el Cártel del Noreste. Al oeste, hacia Ciudad Miguel Alemán, el Cártel del Golfo.
En el momento en el que los cuatro estaban bajo custodia policial sus familias comenzaron a recibir llamadas exigiéndoles el pago de un rescate.
A RATOS POLICIAS,PERO SIEMPRE MALEANTES:
“Me pidieron 50 mil pesos. Al yo decirles que no podía entregárselos me hablaron con palabras groseras, diciéndome que ya daba igual”, explica Anabel Bocanegra, de 39 años, madre de los dos jóvenes detenidos. Esa misma llamada recibió Nayala Fernández, solo que en su caso llegaron a negociar. “Me bajaron hasta los dos mil pesos”, afirma.
Pero algo ocurrió que cambió todo. Recibieron una llamada desde Ciudad Miguel Alemán en la que les informaban que un grupo de hombres armados se estaba llevando a sus familiares.
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