Una de las balas disparadas durante el enfrentamiento entre un grupo criminal y policías de Fuerza Civil recorrió 60 metros y atravesó al menos una pared y una ventana, hiriendo a una niña de 12 años, en Ciénega de Flores.
Y es que asumiendo, que la bala pudo haber sido disparada por un arma larga,de entre dos de los rifles mas comunes usados por criminales, uno de ellos el conocido Ak-47 de Cal. 7.62 x 39mm,cuya bala tiene una velocidad de recorrer 715 metros en un segundo, mientras que el AR-15 empleado por criminales y tambien por policias,tiene una velocidad superior al Ak-47,por su ojiva mas aguda de 5 x 56mm y con velocidad de hasta 975 metros en un segundo.
Las detonaciones, registradas alrededor de las 21:40 horas del sábado, alertaron a los padres de Melissa.
Instantes después escucharon a su hija gritar, por lo que subieron a su cuarto y la encontraron sangrando del hombro izquierdo.
Fue hasta después que se enteraron del tiroteo que había ocurrido a 60 metros de distancia, en el cruce de la Carretera a Laredo y la Avenida Del Sol, en la Colonia Real del Sol, en Ciénega.
Los papás de la niña ubicaron el cristal de una ventana rota y fue cuando se dieron cuenta que una bala perdida había alcanzado a su hija, por lo que solicitaron una ambulancia.
La casa donde reside Melissa y su familia se ubica a menos de una calle donde se desató la balacera, donde también resultaron cuatro policías de Fuerza Civil con lesiones.
Aunque inicialmente se mencionó que las heridas de al menos dos de los oficiales eran graves, ayer se descartó, pues el personal médico que los atiende en un hospital de Monterrey los reportó fuera de peligro.
Una fuente policial mencionó que, durante una inspección, se detectó que algunas balas disparadas durante el enfrentamiento atravesaron las paredes de tablarroca de la fachada del acceso de la colonia.
Uno de esos proyectiles continuó su trayectoria, impactó el protector de la ventana del cuarto de Melissa, rompió el cristal y la lesionó, señaló la fuente.
Hasta ayer, la menor continuaba hospitalizada, y de acuerdo con vecinos, se encontraba fuera de peligro.
Melissa fue uno de los cuatro menores víctimas colaterales de la violencia en el Estado durante el pasado fin de semana.
El caso más grave se registró cuando Roberto García, de 14 años, murió tras haber sido usado como escudo humano por un hombre que intentó evitar un ataque a balazos en su contra, en Apodaca.
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